Nacimos en el mismo año; ella dos meses antes que yo. Pero Yoyes fue asesinada el 10 de septiembre de 1986. Tenía 32 años; yo sigo aquí. «Temprano levantó la muerte el vuelo». Su asesinato fue para muchas de nosotras una línea de demarcación, un punto de inflexión, de no retorno. Muy tarde, demasiado tarde. […]
Nacimos en el mismo año; ella dos meses antes que yo. Pero Yoyes fue asesinada el 10 de septiembre de 1986. Tenía 32 años; yo sigo aquí. «Temprano levantó la muerte el vuelo».
Su asesinato fue para muchas de nosotras una línea de demarcación, un punto de inflexión, de no retorno. Muy tarde, demasiado tarde. Los años de lucha antifascista en común y el terrorismo de Estado de don Felipe Gal-exGas nos cegaban, nos cegaron durante años. Recuerdo la impresión que nos causó leer notas de su diario en mientras tanto: «Muchos son culpables de esta injusticia, ¡demasiados! Hay otros que no pero son impotentes ante ella. Hay también mucho silencio cómplice. Mucho miedo en la gente ante todo, ante su propia libertad… ¡cuánta mierda! (…) El mito de ETA, la hidra sangrienta que nos atenaza: En este mito, la persona de carne y hueso que es un sustrato, no existe más que como tal sustrato, no es humana» [1]. En Nicaragua, al año siguiente, con fuertes disensiones, discutimos con amigas vascas sobre aquella muerte.
El tema de esta nota: unas «reflexiones» de un ex alcalde de su pueblo, Ordizia.
El País publicó el pasado jueves un artículo de Íñigo Domínguez en el 30º aniversario de la muerte-asesinato de Yoyes [2]. Me detengo en este paso que supongo veraz:
«La conversación sobre Yoyes con el que fue alcalde de Ordizia por EH Bildu entre 2011 y 2015, Igor Eguren [quien tenía en el momento del asesinato 10 años], y ahora concejal de la formación, lleva inevitablemente al meollo de la cuestión, la pregunta de siempre, la clave: ¿Asesinar a Yoyes estuvo mal?».
La respuesta de Eguren:
«Sinceramente sería injusto que yo o un miembro de EH Bildu en Ordizia dijera que aquello estuvo mal y lo dejáramos así, porque creo que eso no satisface ni a las víctimas de aquel suceso ni a las de después. Porque decir que estuvo mal una cosa, en el contexto actual, sin hacer memoria del contexto del momento, para mí solo significa un titular, es un titular vacuo».
Más aún:
«A Eguren le parece mejor ir resolviendo estos dilemas en privado que en público -«sentarse cara a cara»- y, mientras tanto, optar por un «posicionamiento efectivo» de reconocimiento de todas las víctimas. ‘No sirve con condenar. Si estuvo bien o estuvo mal son términos de la moral de cada uno, que pueden interpretarse como quieran interpretarse, nuestro objetivo es pensar en el futuro, no quedarnos en clichés».
A ver, a ver. Reconocimiento de todas las víctimas, por supuesto. De todas, claro está, incluyendo las del terrorismo de Estado, sin olvidar torturadas, maltratadas y perseguidas. Vale, por supuesto que vale. No habitará aquí el olvido.
Pero no es ése el punto: ¿qué es eso de un posicionamiento efectivo?, ¿qué significa esa apelación al contexto de aquellos años? ¿Qué es eso de que depende de la moral de cada uno si estuvo bien o mal el asesinato de Yoyes? ¿Y su moral, la moral de Eguren, qué dice? ¿Cómo que no sirve condenar un atentado fascista? ¿O no fue un atentado fascista? ¿Cómo que no sirve decir en voz alta, y no sólo en encuentros privados cara a cara, que aquello fue asesinato vil e inadmisible que tiene en su trasfondo una moral anclada en una zafia poliética militarista tipo «un ejército no puede permitirse el lujo de la traición de sus militantes y mucho menos de sus generales»? ¿Aún seguimos en esas coordenadas de abyección? ¿Estamos justificando, apelando a supuestas profundidades y densidades políticas, el asesinato de Yoyes? ¿Es injusto que alguien de EH Bildu de Ordizia dijera que aquello estuvo mal? ¿Qué tendrán que ver las víctimas de después con aquella muerte-asesinato? ¿Los asesinatos posteriores de los Gal o de la Guardia Civil, pongamos por caso, justifican del algún modo aquel tiro a bocajarro a una Yoyes indefensa que, además, si la memoria no me falla, estaba jugando con su hijo en un parque? ¿De qué titular vacuo se nos habla? ¿A que vacío se está refiriendo este ex alcalde? ¿Clichés? ¿Futuro? ¿Términos morales que pueden interpretarse como quieran interpretarse? ¿Pero de qué habla este hombre? Más aún: ¿cómo habla? , ¿podemos admitir un lenguaje así?
¿Seguimos inmersos en esta lodazal de ignominia y ceguera poliética? No es nuestro nombre, no en el nombre de muchas de nosotras.
Notas:
1) Tomado de la voz Yoyes» de Wikipedia. Consulta 23 de septiembre de 2016.
2) Tomado de la voz Yoyes» de Wikipedia. Consulta 23 de septiembre de 2016.
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