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La hora de la verdad del permafrost

Fuentes: Voces del Mundo [Imagen: Ales Krivec]

Traducido del inglés por Sinfo Fernández

Robert Hunziker (máster en Historia Económica por la Universidad DePaul) es un escritor independiente y periodista medioambiental cuyos artículos se han traducido a varios idiomas y han aparecido en más de 50 periódicos, revistas y sitios de todo el mundo, como Z magazine, European Project on Ocean Acidification, Ecosocialism Canada, Climate Himalaya, Counterpunch, Dissident Voice, Comite Valmy y UK Progressive. Se le ha entrevistado sobre el cambio climático en Pacifica Radio, KPFK, FM90.7, Indymedia On Air y World View Show/UK. Email: [email protected].

«Algo burbujea en las profundidades de la superficie reluciente de un lago ártico congelado, algo que podría hacer que el calentamiento global se acelere más allá de todas las proyecciones anteriores… Ahora la puerta del congelador se está abriendo, liberando el carbono en los fondos de los lagos árticos. Los microbios lo digieren, lo convierten en metano y los lagos lo expulsan». Los científicos calculan que el permafrost contiene hasta 950.000 millones de toneladas de carbono. Al descongelarse, sólo los lagos siberianos podrían liberar a la atmósfera 50.000 millones de toneladas de metano. Eso es diez veces más metano del que contiene la atmósfera ahora mismo» (Katey Walter Anthony, biogeoquímica, exploradora del National Geographic desde 2011).

El rápido calentamiento del permafrost ártico ha supuesto una importante amenaza para todas las formas de vida. En consecuencia, The Royal Society (fundada en 1660) se sintió obligada a apoyar la publicación de un nuevo vídeo que expone esta amenaza: What Happens When the Permafrost Thaws? (¿Qué ocurre cuando se descongela el permafrost?), de la BBC en colaboración con The Royal Society, dirigido por Daniel Nils Roberts, director británico-noruego, 15 de abril de 2024.

«Se prevé que los lagos termokársticos (que se forman cuando se funde el permafrost) liberen este siglo aproximadamente el 40% de las emisiones de carbono del antiguo suelo permafrost». (Fuente: K.M. Walter Anthony, et al, Decadal-scale Hotspot Methane Ebullition Withing Lakes Following Abrupt Permafrost Thaw, Environmental Research Letters, Vol. 16, No. 3, 2021)

«La meseta tibetana es la mayor región alpina de permafrost del mundo, y representa aproximadamente el 75% de la superficie total de permafrost alpino del hemisferio norte. Al igual que las regiones de permafrost de latitud alta, esta región ha experimentado un rápido calentamiento climático y un extenso deshielo del permafrost, lo que ha desencadenado la expansión generalizada de los lagos termokársticos y otros tipos de deshielo abrupto del permafrost. El número de lagos termokársticos en esta región de permafrost se estima en 161.300». (Fuente: Guibiao Yang, et al, Characteristics of Methane Emissions from Alpine Thermokarst Lakes on the Tibetan Plateau, Nature Communications 14, Article No. 3121, 2023)

Los ecosistemas de todo el planeta se están transformando rápidamente debido al calentamiento global generado por el hombre. Después de todo, ¿qué dice la formación de 161.300 lagos termokársticos sólo en la región del permafrost alpino acerca del impacto del calentamiento global?

Los científicos expresan de nuevo su preocupación por los fenómenos climáticos monstruosos que acechan bajo el suelo helado del permafrost, que constituye el 15% de la superficie terrestre expuesta del hemisferio norte (MIT Climate Portal). Y los monstruos acechan por encima del suelo sólido en las formaciones glaciares antárticas, que empiezan a fracturarse a medida que las fisuras se ensanchan como ogros de las profundidades.

Desde el Ártico hasta la Antártida, el planeta se hunde, gotea, se encorva, cambiando la faz de 10.000 años de coexistencia de la naturaleza con la humanidad hasta hace poco, al transformarse en una relación de adversarios. El permafrost es, junto con el Ártico, la Antártida, Groenlandia, la Gran Barrera de Coral y las tres mayores selvas tropicales del mundo, el factor más determinante de este futuro cambiante. En los confines del permafrost existen miles de años de ingredientes latentes que tienen el potencial de incendiar el mundo. Su impacto podría ser trascendental.

«Un equipo internacional de científicos ha llegado a la conclusión de que la mayor parte del permafrost cercano a la superficie de la Tierra podría haber desaparecido en 2100, tras comparar las tendencias climáticas actuales con el clima del planeta hace 3 millones de años… El equipo descubrió que la cantidad de permafrost cercano a la superficie podría disminuir un 93% en comparación con el periodo preindustrial de 1850 a 1900. Así sería en el escenario de calentamiento más extremo del último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático.» (Fuente: Study: Near Surface Permafrost Will Be Nearly Gone by 2100, Geophysical Institute, University of Alaska, Fairbanks, 15 de septiembre de 2023)

What Happens When the Permafrost Thaws? (¿Qué ocurre cuando se descongela el permafrost?) (video): «El permafrost es de enorme importancia para todo el planeta… incluida la mitad de Canadá y dos tercios de Rusia… y la meseta tibetana… el permafrost es roca, sedimento o hielo que permanece a una temperatura igual o inferior a cero grados centígrados durante dos o más años consecutivos… dependiendo de dónde se encuentre, el permafrost puede tener millones de años».

Las entrevistas en el documental What Happens a quienes viven en regiones de permafrost, como Svalbard (Noruega), al hablar sobre el notable cambio climático: «No se supone que este tipo de clima debiera ser así en octubre, se supone que tendríamos que tener una temperatura de menos 15°, con un tiempo claro, seco, y no lo es. Es un aguacero».

Como consecuencia de un comportamiento anómalo del clima, sobre todo en los lugares donde se extiende el permafrost, la «capa activa» del mismo es cada vez más profunda en todo el mundo. Esta es una mala noticia y crea más y más exposición a miles de años de acumulación de «quién sabe qué». Está sucediendo a un ritmo lo suficientemente rápido ahora como para poder llegar a exhibir unos 10.000.000 de mamuts lanudos (¿una estimación muy desmedida de alguien?), así como virus antiguos, y quién sabe qué más.

Además, aparte de los 10.000.000 de esqueletos de mamuts lanudos, algunos de ellos con pieles, pelajes, etc. muy bien conservados, un estudio único afirma que podrían quedar al descubierto hasta 20.000 lugares de contaminación tóxica: «Aquí identificamos unos 4.500 emplazamientos industriales donde se manipulan o almacenan activamente sustancias potencialmente peligrosas en las regiones del Ártico dominadas por el permafrost. Además, estimamos que entre 13.000 y 20.000 lugares contaminados están relacionados con estos emplazamientos industriales.»  (Fuente: Moritz Langer, et al, Thawing Permafrost Poses Environmental Threat to Thousands of Sites with Legacy Industrial ContaminationNature Communications, 28 de marzo de 2023).

«Pero hay algo más que preocupa en mayor medida a los científicos. Lo más aterrador que está ocurriendo con el permafrost es lo que está haciéndole al propio clima… el permafrost actúa como un almacenamiento… encierra el carbono de la vegetación muerta con bastante eficacia, y se ha acumulado durante muchos miles de años». (What Happens).

Ahora, la puerta del congelador está abierta. Nadie sabe con certeza qué saldrá por ella. Pero lo que más preocupa es que el permafrost compita con las emisiones de carbono de origen humano, como el CO2. Esto podría llevar el calentamiento global a niveles indescriptibles.

«Se calcula que hay cuatro veces más carbono en el permafrost que en todas las emisiones de CO2 generadas por el hombre en la historia moderna. La liberación a la atmósfera de incluso una fracción de esto como dióxido de carbono y metano tendrá un profundo impacto en el clima». (What Happens)

«¿Qué se puede hacer?» es una pregunta abierta que se aborda a medias en la película What Happens: Podemos tomar decisiones más informadas y construir comunidades que sean resistentes a los cambios, puestos de relieve por las formas en que los seres humanos están involucrados con la naturaleza. En otras palabras, la adaptación es la solución más realista, aparte de detener los combustibles fósiles, cosa que no está ocurriendo.

Mientras tanto, los científicos cifran la posición de respaldo a la frustración por el aumento continuado de las emisiones de CO2, ahora en máximos históricos, en pedir cada vez más la «adaptación al cambio climático» en lugar de golpear la mesa para que se detengan las emisiones. Por ejemplo, en un informe reciente de la prestigiosa Columbia Climate School se argumenta lo siguiente: «Los expertos advierten de que los responsables políticos deberían considerar como una preocupación primordial la adaptación a la subida del nivel del mar». Pero, cómo adaptarse al deshielo del permafrost es un asunto totalmente distinto… el más desafiante de todos.

En realidad, el cambio climático va muy adelantado, ya que los modelos científicos de antaño parecen historia lejana. Es probable que la historia designe al siglo XXI como «La era de la adaptación» por defecto, a medida que los países reaccionen, a posteriori, al colapso de los ecosistemas, lo que garantiza un futuro lleno de sorpresas más allá de lo imaginable.

Hay científicos que creen que el deshielo del permafrost acelerará el calentamiento global más allá de la zona de confort de la vida en varias regiones del planeta; de hecho, ya está muy cerca de producirse a gran escala en Pakistán, el valle del río Indo en la India, el este de China y el África subsahariana.

Sin embargo, independientemente de las circunstancias, encontrar un camino hacia el futuro está en la sangre vital de la humanidad. En este sentido, hay buenas noticias (más o menos buenas): Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), las energías renovables cubrirán el 35% de la «generación mundial de electricidad» en 2025, por lo que es improbable un aumento significativo de las emisiones de CO2 derivadas de la actividad energética mundial en los próximos años. Sin embargo, la generación mundial de electricidad no es la enchilada completa de la energía mundial: En este sentido, se espera que el consumo de carbón caiga un 13,5% de aquí a 2030, pero tanto el gas natural como el petróleo aumentarán a medida que las energías renovables, junto con los combustibles fósiles, experimenten un fuerte crecimiento para satisfacer los crecientes niveles de demanda. Según la AIE, en 2030, los combustibles fósiles seguirán representando el 70% de la energía mundial, frente al 82% actual. Supone un progreso, pero ¿no es demasiado lento? Por otra parte, y tal y como afirman varios presidentes de empresas petroleras, la AIE espera que el suministro de petróleo siga siendo sólido hasta 2050… Humm… El calentamiento global se debe al exceso de emisiones de CO2 procedentes de combustibles fósiles. Esas emisiones no van a desaparecer pronto, lo que complacerá a los dioses del deshielo del permafrost.

En cuanto a la influencia estadounidense para atenuar el impacto del deshielo del permafrost, aunque no se indica expresamente como tal en el proyecto legislativo, la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés) prevé 370.000 millones de dólares en inversiones en energías limpias. Pero ¿podrá la IRA de Biden sobrevivir a las guerras políticas? ¿Está la IRA a prueba de balas? Y lo que es más importante, ¿es lo bastante rápida?

Según Barron’s del 1 de abril de 2024: Trump Is Taking Aim at Biden’s Climate Law (Trump apunta hacia la Ley del Clima de Biden): Él la llama un desperdicio de dinero, y en su lugar, ha prometido a los CEO del petróleo y del gas, si es elegido, un trato favorable, incluyendo la eliminación de la IRA de Biden, a condición de que apoquinen  mil millones de dólares para su campaña. ¿Es esto un soborno? Es el BMGW de MAGA «Compren Más Calentamiento Global, por sus siglas en inglés» para subvencionar el deshielo del permafrost.

Texto original: https://www.counterpunch.org/2024/05/17/permafrost-showdown/

Fuente: https://vocesdelmundoes.com/2024/05/17/la-hora-de-la-verdad-del-permafrost/