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2010, el año del mayor ataque del neoliberalismo a las conquistas laborales y sociales de la democracia

Fuentes: Rebelión

El año que se acaba, deja un reguero de sufrimiento para demasiada gente. Un sufrimiento injusto e inútil porque se produce como resultado de una salida cruel a una crisis que han generado los especuladores financieros y cuyas consecuencias las está cargando el Gobierno sobre las espaldas de las víctimas. Ha sido un año triste […]

El año que se acaba, deja un reguero de sufrimiento para demasiada gente. Un sufrimiento injusto e inútil porque se produce como resultado de una salida cruel a una crisis que han generado los especuladores financieros y cuyas consecuencias las está cargando el Gobierno sobre las espaldas de las víctimas.

Ha sido un año triste porque hay más pobres y más ricos, más paro, más inseguridad en el trabajo, más miedo, más marginación social, más gente en el abismo, más opulencia e indiferencia y más individualismo y racismo frente a la castigada inmigración. Ha decrecido la fraternidad y nos han robado la débil democracia. Demasiados espacios de la Justicia están ciegos y complacientes ante los poderosos e inquisidores con los que luchan contra la corrupción y por la memoria histórica. A la juventud mejor formada de nuestra historia le han robado la esperanza y el control mediático del pensamiento libre es asfixiante, debilitando el medio público y sustituyendo canales de información por tele basura.

Ridiculizando la soberanía nacional, el Gobierno puso la democracia de rodillas ante el poder financiero, claudicó ante el Vaticano con la retirada de la Ley de Libertad Religiosa, privilegió a Marruecos con vergonzosos tratados comerciales no condenando la masacre contra el pueblo saharaui y se descubrió el sucursalismo vergonzoso del Gobierno de EEUU, a través de las informaciones de Wikileaks.

Los desahucios de más de 100.000 familias de sus viviendas demuestra la usura insaciable de la Banca. No sólo hipotecaron a millones de familias con precios escandalosamente especulativos de la vivienda, por la ausencia de intervención pública del gobierno, sino que ahora los desahucian y pretenden dejarlos esclavizados para pagar la deuda de la especulación. Como premio el gobierno, de acuerdo con el PP, ha decidido bancarizar las Cajas de Ahorro.

Tiembla el Estado frente a las notas de las agencias de calificación, que son sencillamente instrumentos al servicio de los especuladores financieros para que los inversores en la deuda soberana incrementen sus impúdicos intereses mientras piden que se reduzca el déficit para que así se garantice el pago de la deuda y sus jugosos beneficios para repartir en los Consejos de Administración de unas elites cada vez más ricas y poderosas.

Un gobierno esclavo, que no soberano, que decretó el primer estado de alarma de la democracia, nos miente una y mil veces con el coro de voceros del neoliberalismo que machacan como un martillo pilón nuestro pensamiento; «solo hay una receta para salir de la crisis» la del pensamiento único, la receta de que paguen los de abajo el festín de los de arriba.

Así se ataca al débil estado del bienestar como nunca. El tijeretazo con recortes salariales a los empleados públicos, a los fondos de cooperación, congelación de pensiones, reducción de la inversión y del empleo público, que provoca una perdida del poder adquisitivo de la mayoría, debilitando el consumo e incrementando la crisis y el paro.

Asistimos a un ataque sin precedentes a los sindicatos de clase y a los recortes de derechos laborales con una reforma injusta e inútil que subvenciona los despidos, precariza el empleo y ataca la negociación colectiva. Se rebajan los impuestos a las grandes empresas mientras se ahoga a las pequeñas y a los autónomos. Se aumentan los impuestos indirectos a los de abajo y se permite un fraude fiscal escandaloso, consintiendo a los paraísos fiscales. La exigua hacienda pública se nutre mayoritariamente de los impuestos a las rentas del trabajo mientras se reducen los provenientes de las rentas del capital. No hemos conocido ni una sola medida fiscal del gobierno ante los responsables de la crisis para que contribuyeran a una salida social.

Se ha aprobado para 2011 el presupuesto más antisocial de la era Zapatero y se barrunta un nuevo año de más sufrimiento para muchos porque ya recoge las recomendaciones de las 37 mayores empresas al gobierno. Suprimir los 426 euros a los pobres más pobres, privatizar parcialmente empresas públicas rentables como AENA y la Lotería Nacional y rebajar impuestos a grandes empresarios con beneficios. La escandalosa subida de la luz queda como el regalo de navidad de Zapatero a las Eléctricas, mientras el SMI más bajo de Europa, sube por debajo de la inflación.

En la Comisión del Pacto de Toledo, los nacional-neoliberales, PP y PSOE y los nacionalistas de derechas, CIU, PNV y algún otro, han abierto la puerta para que Zapatero siga ilusionado con aumentar la edad de jubilación y el periodo de calculo de las pensiones, con los objetivos de recortar las pensiones futuras y alimentar los planes privados para favorecer a la banca.

Mientras tanto la CEOE elige un presidente nuevo con discurso viejo. Menos sector público y más neoliberalismo y en el PP brindan con champán con música de fondo de «El Padrino» por dos razones. Una porque Fabra ha sido absuelto por una justicia que ha dejado prescribir cuatro graves delitos, y, la otra, porque Zapatero, con su negativa a reformar la ley electoral, prefiere que gobierne el PP antes que la izquierda crezca en el Parlamento y le pone así la alfombra azul a Rajoy hacia la Moncloa sin más mérito que la Gurtel.

Con este panorama, que no ha frenado la HG del 29S ni las movilizaciones sindicales que hemos apoyado, el 2011 será un año duro que debemos afrontar con más organización y movilización, con los sindicatos y el tejido social crítico que queda en éste país para poner coto a tanto despropósito y ataques a los derechos y conquistas laborales y sociales de los trabajadores y trabajadoras.

La lucha por el empleo y contra la marginación y exclusión social, el derecho a la vivienda frente a los desahucios, la defensa de lo público, del estado del bienestar y de los derechos laborales, regenerar la democracia y la ética en las instituciones y la lucha por la igualdad son algunos de los objetivos irrenunciables para el nuevo año enmarcado en las elecciones municipales y autonómicas en las que debemos ganar presencia en las Instituciones.

El PP y el PSOE defienden el mismo modelo neoliberal. La alternativa de izquierdas a ese neoliberalismo salvaje es la tarea que tenemos por delante. No nos resignamos y como recordó Josefina de Marcelino, «Si uno se cae, se levanta inmediatamente y sigue adelante».

Fuente: http://www.izquierda-unida.es/node/8156