En 2017, el mundo registró uno de los más altos promedios anuales de temperaturas de la superficie del planeta; un resultado que sorprendió incluso a científicos que esperaban que las temperaturas promedio disminuyeran en comparación con años recientes. Los científicos de la NASA clasificaron al año pasado como el segundo más caliente desde que comenzaron […]
En 2017, el mundo registró uno de los más altos promedios anuales de temperaturas de la superficie del planeta; un resultado que sorprendió incluso a científicos que esperaban que las temperaturas promedio disminuyeran en comparación con años recientes.
Los científicos de la NASA clasificaron al año pasado como el segundo más caliente desde que comenzaron a llevarse registros confiables en 1880; con ello 2017 queda apenas detrás del récord de temperaturas promedio establecido en 2016. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por su sigla en inglés), que utiliza un método analítico distinto, clasificó al año pasado en tercer lugar, detrás de 2016 y 2015.
Los datos fueron inesperados para los científicos porque el año pasado no se presentó el fenómeno de El Niño, un cambio en patrones climáticos en las aguas tropicales del Pacífico que normalmente conlleva más calor en la superficie terrestre y que había contribuido a las altas temperaturas en los dos años previos. De hecho, el 2017 debía haberse beneficiado de una versión más débil del fenómeno opuesto, La Niña, que generalmente se asocia con temperaturas atmosféricas más bajas.