Una coalición de especialistas internacionales de referencia mundial publican un demoledor informe sobre el estado del planeta pero lanzan diversas propuestas para hacer frente a la crisis climática y la pérdida de biodiversidad.
La crisis climática escala sin precedentes ante la mirada impasible de buena parte de los poderes políticos y económicos. Un nuevo estudio publicado este martes en la revista BioScience sostiene que 25 de los 35 signos vitales del planeta están al límite y que el calentamiento global será de 2,7 ºC respecto a niveles preindustriales a finales de siglo si nada cambia. Es una “nueva fase crítica e impredecible de la crisis climática“, según sus autores.
Estas conclusiones forman parte de la edición de 2024 del Informe sobre el estado del clima: Tiempos peligrosos para el planeta Tierra que dirige por quinto año un equipo internacional de científicos liderados por William Ripple y Christopher Wolf, de la Universidad Estatal de Oregón (Estados Unidos), y que han financiado la Fundación CO2 y el abogado Roger Worthington. Detrás de este trabajo también están referentes de la ciencia del clima como Johan Rockström, Michael E. Mann, Naomi Oreskes, Tim Lenton y Stefan Rahmstorf.
“Estamos inmersos en un cambio climático abrupto, que pone en peligro la vida en la Tierra como nada que los seres humanos hayan visto jamás”, clama Ripple. Una de los ‘signos vitales’ que más ha fallado este año ha sido la temperatura media de la superficie terrestre, que estuvo en máximos en 2023 y, según alertan los autores, no tiene visos de mejorar: los tres días más calurosos de la historia han tenido lugar en 2024.
Le sigue, en gravedad, el consumo de combustibles fósiles, que creció un 1,5% en 2023, con un aumento del carbón del 1,6% y del petróleo en un 2,5%.
Aunque el consumo conjunto de las energías eólica y solar creció un 15% a nivel global en 2023 respecto a 2022, los investigadores recuerdan que el uso de las renovables sólo supone una cuarta parte del total de los combustibles fósiles, al tiempo que advierten de que el crecimiento de las energías limpias tiene que ver más con cubrir la nueva demanda energética que con sustituir fósiles.
El informe muestra que la pérdida anual de cubierta arbórea en todo el mundo aumentó de 22,8 millones de hectáreas en 2022 a 28,3 millones en 2023, contribuyendo también al aumento de las emisiones de dióxido de carbono.
La ganadería también creció, a un ritmo de 170.000 cabezas de ganado más al año, y con ello las emisiones de metano; la acidificación de los océanos se aceleró por el récord de calor en las temperaturas marinas; y las masas de hielo de Groenlandia o la Antártida están en mínimos históricos, como también lo está el grosor de los glaciares.
“Ya estamos en medio de una alteración climática abrupta, que pone en peligro la vida en la Tierra como nada que los humanos hayan visto jamás”, señala William Ripple. No obstante, los investigadores subrayan que hay soluciones viables para hacer frente a la crisis climática, y hablan de la eficacia de un impuesto mundial al CO2, que además de reducir las emisiones proporcionaría una financiación para medidas frente al calentamiento.
Aumentar la eficiencia energética, proteger y restaurar ecosistemas, fomentar hábitos alimentarios más saludables, centrados en los alimentos de origen vegetal, reducir la producción y el consumo, promover una economía más sostenible o implementar la educación ambiental son otras de las medidas que proponen.
“El futuro de la humanidad pende de un hilo. Sólo mediante una acción decisiva podremos salvaguardar el mundo natural, evitar un profundo sufrimiento humano y garantizar que las generaciones futuras hereden el planeta habitable que merecen”, concluye el informe.
“A pesar de los seis informes del IPCC, otros cientos de informes, decenas de miles de documentos científicos y 28 reuniones anuales de la Conferencia de las Partes de la ONU [las COP], el mundo ha avanzado muy poco en la lucha contra el cambio climático“, denuncia Christopher Wolf.
El próximo 11 de noviembre arranca la cumbre de clima (COP29) de Bakú (Azerbaiyán), donde los autores esperan que haya un cambio de rumbo en la política mundial: “El futuro de la humanidad depende de la creatividad, la fibra moral y la perseverancia. Si queremos que las generaciones futuras hereden el mundo que se merecen, es necesario actuar con decisión, y rápido”.
Fuente: https://climatica.coop/25-de-35-signos-vitales-al-limite-informe-2024/