En diferentes medios levantaron el mismo análisis que hizo y repite Página 12: nunca antes hubo tantas candidatas mujeres para una elección, sin embargo, ninguna levanta como programa la lucha por los derechos de género y menos aún el derecho al aborto. En el suplemento LAS 12 del 9/9, Soledad Vallejos se refirió a las […]
En diferentes medios levantaron el mismo análisis que hizo y repite Página 12: nunca antes hubo tantas candidatas mujeres para una elección, sin embargo, ninguna levanta como programa la lucha por los derechos de género y menos aún el derecho al aborto.
En el suplemento LAS 12 del 9/9, Soledad Vallejos se refirió a las «Mujeres en Campaña» diciendo que impresiona más su cantidad que «por traer junto a su figura una batería distinta de temáticas.» Entre críticas que podemos compartir con la periodista, se comenta que las candidatas mujeres «suelen afirmar que alguna vez habrá que debatir sobre aborto, pero que bueno, en fin, aún no es el momento: la sociedad no está preparada.»
Otras encuestas, como la realizada en Rosario entre candidatos a diputados, se enfadan con la realidad ¡ni siquiera las mujeres que abogaron por proyectos de despenalización del aborto se pronuncian claramente al respecto! Muchos de los varones candidatos, incluso los progresistas y los que se dicen «100% de izquierda» prefirieron no responder el cuestionario.
Quizás las periodistas mantienen la ilusión de que el género hace al programa político por el cual se lucha. Pero no es así.
No nos asombra de las candidatas de la derecha. Pero tampoco nos asombra de las candidatas oficialistas de un gobierno que se ha pronunciado repetidamente contra el derecho al aborto. En alguna oportunidad, Cristina K tuvo el «buen tino» de asegurar «no soy progre, soy peronista», cuando le preguntaron si durante la gestión de su marido se iba a despenalizar el aborto en Argentina.
Hoy, 28 de setiembre, Día de Lucha por la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe, nos desayunamos con la noticia de que la candidata cool que gusta de las carísimas carteras Gucci y la ropa elegante, estuvo visitando la Basílica de Luján en señal de acercamiento a la jerarquía eclesiástica. Frente a un obispo que respetó los «votos de silencio» durante la dictadura y ante 500 empresarios (¿esos serán los «votos de pobreza»?), la senadora en plena campaña electoral «abandonó su tono de barricada» (dice Clarín, no nosotras).
De todos modos, sigue bajando la confianza en el gobierno -según dicen las encuestas- y ya son menos los que esperan algo progresista del presidente que se dice «hijo de las Madres de Plaza de Mayo» pero gasta 25 millones de pesos en seguridad para la visita de Bush a la Argentina.
Pero hay quienes aún esperan que, en la oposición de centroizquierda, se encuentren voces favorables a los derechos de las mujeres.
Allí están, para quienes quieran ver, las que como Lilita Carrió, levantan su catolicismo como bandera y llevan en sus listas a los de la «vieja política» que tanto le gusta criticar, como Olivera. Mientras los diarios anuncian que, por la crisis, hay 40.000 personas más viviendo en villas en la Ciudad de Buenos Aires, la señora Carrió se alía con el ex intendente porteño que favoreció impunemente a los pulpos inmobiliarios mientras crece el problema de la vivienda y cada vez son más las mujeres que, con sus familias, quedan en la calle.
Otras, como María José Lubertino, después de posar junto a De la Rúa, el ARI, el Partido Socialista, Ibarra y ahora sacarse la foto junto a Kirchner -pasando, en el post-diciembre 2001, por el reality show «El candidato», de canal 2-, sólo hablan del derecho al aborto en los encuentros de mujeres, en los foros feministas y en las conferencias de ong’s, pero se callan a la hora de la campaña electoral.
Las candidatas del sistema no quieren enfrentarse a la reaccionaria institución de la Iglesia. Y menos aún al gobierno al que, en esta materia, le sobra cinismo y le faltan acciones.
Lamentablemente, la mayoría de la izquierda -que está a favor del derecho al aborto- actúa de la misma manera a la hora de la campaña electoral, por miedo a «perder votos» con un tema tan controvertido.
El resultado es que Graciela Frañol docente y candidata del PTS – Neuquén, Chiche Hernández, obrero de Siderar y candidato del PTS – Santa Fe y yo fuimos los únicos que a la hora de la campaña electoral, dijimos en los medios -cuando nos dieron la oportunidad-, en comunicados de prensa que se negaron a publicar y en afiches y otros medios públicos, lo mismo que decimos todos los días: ahora también es «el momento» de luchar por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito.
No es una casualidad. Desde el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), hace muchísimos años hacemos lo contrario de lo que hacen estas candidatas, aprovechando incluso la exposición que permite la campaña electoral, para seguir planteando el derecho al aborto, tal como lo hacemos en los encuentros de mujeres, en las luchas, en las movilizaciones, en la militancia cotidiana. Tan es así que nos valió, en otras épocas, los comentarios detractores de Neustadt y Grondona y, actualmente, el «ninguneo» de una prensa «progresista» adicta al oficialismo.
No nos preocupa. No tenemos dos caras ni dos discursos. No queremos ni una muerta más por aborto clandestino en la Argentina y luchamos por ello consecuentemente, en cada espacio y en todo momento por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito.
* Candidata a legisladora por la Ciudad de Bs. As.