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650 organizaciones de 83 países afirman que el informe de la FAO sobre transgénicos es «incompetente, ilógico y de mala voluntad»

Fuentes: La Jornada

Más de 650 organizaciones de la sociedad civil y movimientos sociales de todo el mundo consideraron que la Organización para la Agricultura y la Alimentación de la ONU (FAO por sus siglas en inglés) presentó un informe sobre biotecnología agrícola «incompetente, ilógico y con mala voluntad» y condenaron su incapacidad en referencia a temas científicos […]

Más de 650 organizaciones de la sociedad civil y movimientos sociales de todo el mundo consideraron que la Organización para la Agricultura y la Alimentación de la ONU (FAO por sus siglas en inglés) presentó un informe sobre biotecnología agrícola «incompetente, ilógico y con mala voluntad» y condenaron su incapacidad en referencia a temas científicos y técnicos. Según informó en México el Grupo ETC, la FAO debe luchar contra el hambre, no contra los agricultores, evitando basar su informe 2003-2004 en la información de las compañías biotecnológicas mundiales y acudir a los científicos independientes.

Las consideraciones de esas organizaciones, así como de 800 personas en lo individual, pertenecientes a 83 países, fueron entregadas el miércoles pasado en la sede de la FAO, en Roma, Italia, mediante una carta abierta en la que, ante los avances de la biotecnología, cuestionaron el compromiso del organismo internacional con los agricultores a pequeña escala.

La carta fue elaborada un mes después de la publicación, el pasado 17 de mayo, del documento Biotecnología agrícola: ¿satisfaciendo las necesidades de los pobres?, que según el Grupo ETC capítulo México evidencia el enfoque principal del informe anual de la FAO titulado Estado de la alimentación y la agricultura que, según las organizaciones, intenta ser neutral, «pero parece una herramienta de relaciones públicas para promocionar las semillas transgénicas y la industria biotecnológica».

El reporte carece de rigor científico e integridad intelectual», afirmó Jim Thomas, del Grupo ETC en Gran Bretaña, organización que consideró como «retroceso inexplicable» que el reporte aparentemente acepte la esterilización genética de semillas, práctica a la que el director general de la FAO, Jacques Diouf, se había opuesto públicamente junto con el panel de expertos sobre ética en la alimentación y la agricultura, además de que afirma que las semillas transgénicas pueden ser ambientalmente seguras y benéficas para los campesinos.

El informe de la FAO promueve, «sin evidencia o argumentos lógicos», los monopolios sobre los cultivos para estimular la investigación en favor de los pobres. «A pesar de que cada vez más gente reconoce que el sistema de patentes va en contra del desarrollo de los países del sur, la FAO se pone del lado de las corporaciones y en contra de la opinión de los propios gobiernos miembros del organismo», afirmó por su parte Silvia Ribeiro, de la oficina de ETC en México.

«A pesar de que la contaminación genética está llegando al corazón mismo de los centros mundiales de diversidad de los cultivos, la FAO ignora esta tragedia», agregaron las organizaciones firmantes de la carta. «Sin embargo, para las comunidades y pueblos que crearon la agricultura, se trata de una agresión contra su vida, contra los cultivos que crearon y nutrieron, y contra su soberanía alimentaria».

Además, lamentaron que la dirección general de la FAO haya ignorado el compromiso escrito -admitido el 16 de enero de 2003- para discutir los asuntos de la política alimentaria con las propias organizaciones no gubernamentales y movimientos sociales antes de publicar el reporte cuestionado.