Podemos se enfrenta a sus primarias más decisivas para elegir al candidato a la Moncloa y a los aspirantes a diputados y a senadores con división interna, exigencias de mayor democracia y un debate abierto sobre la confluencia con otras fuerzas políticas. Las dos almas que conviven en Podemos vuelven a enfrentarse por el mecanismo […]
Podemos se enfrenta a sus primarias más decisivas para elegir al candidato a la Moncloa y a los aspirantes a diputados y a senadores con división interna, exigencias de mayor democracia y un debate abierto sobre la confluencia con otras fuerzas políticas.
Las dos almas que conviven en Podemos vuelven a enfrentarse por el mecanismo de las primarias, dejando atrás la calma autoimpuesta que rodeó las últimas elecciones locales.
De un lado se encuentran quienes defienden que Podemos debe ser una herramienta democrática desbordada por la participación ciudadana y alejada de los corsés de la lógica partidista. De otro, quienes apuestan por Podemos como una maquinaria electoral para disputar las elecciones.
Entre los primeros, en minoría, están Pablo Echenique y la andaluza Teresa Rodríguez, perteneciente a la corriente interna del otrora partido Izquierda Anticapitalista. Entre los segundos, la cúpula de Pablo Iglesias, Iñigo Errejón, al frente de la secretaría política, y la mayor parte del Consejo Ciudadano estatal.
Tres son los ámbitos de conflicto: el plazo -comenzaron el pasado 4 de julio y finalizan sólo veinte días después, el 24- la circunscripción única y el llamado «voto en plancha».
Respecto a los plazos se critica la urgencia, que para los críticos obstaculiza la igualdad de oportunidades y beneficia a Iglesias. La dirección las justifica en un posible adelanto electoral, cada vez más improbable.
En cuanto a la circunscripción, los de Iglesias apuestan por candidaturas para todo el territorio para que haya coherencia en torno a una alternativa de Gobierno sólida y defienden que existirá un mecanismo corrector. Quienes se oponen creen que Podemos persevera en el error de otros partidos al posibilitar los «candidatos cuneros», los que no pertenecen a la provincia que representan.
Por último, la protesta en torno al voto «en plancha», poder seleccionar con un sólo click una candidatura completa, se arrastra desde hace un año; es criticada por beneficiar a las listas avaladas por los más conocidos, de nuevo el equipo de Iglesias.
Lo cierto es que este sistema de voto sí ha permitido alumbrar consejos ciudadanos muy heterogéneos como ocurrió en el caso de Madrid, ciudad que vio nacer a Podemos y donde las dos corrientes principales tienen fuerza.
La fractura en torno al mecanismo de primarias, donde nadie parece tener intención de disputar el liderazgo a Pablo Iglesias, ha cobrado dimensión territorial con las quejas formales de los consejos de Madrid, País Vasco, Asturias y Aragón y un manifiesto que pide firmas para impugnar el proceso.
Entre tanto, el partido de Pablo Iglesias -retratado como autoritario por sus oponentes- está inmerso en una ronda de contactos para sumar fuerzas de cara a las generales, sobre todo en los territorios con organización política previa y afín a Podemos como Galicia, Cataluña, la Comunidad Valenciana o el País Vasco.
Además Podemos está haciendo esfuerzos para fichar en sus listas a personas con reconocimiento en la sociedad civil, emulando la estrategia que ya usaron con Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, en la capital. En la lista presentada por Iglesias destaca el jurista José Manuel Gómez Benítez y Tania Sánchez Melero, antes en las filas de IU.
Pese a los críticos, Podemos es ahora el único partido del arco político que somete a votación popular la composición completa de sus listas.
Por su parte, el coordinador federal de Izquierda Unida, Cayo Lara, no se ha quedado al margen y ha criticado el proceso a pesar de que siempre se opuso al proceso en su propio partido, que celebra primarias desde hace sólo un año.
El filósofo Santiago Alba Rico, cercano al partido, critica en una columna el proceso, que a su juicio juega en contra de las expectativas de Podemos. «Estas primarias soliviantan a una pequeña izquierda que tiene razón fuera de sitio, reactivan divisiones internas, alimentan el conservadurismo organizativo y, sobre todo, limitan las posibilidades de arrancar votos al PSOE y a la abstención con una lista realmente ‘popular'», escribe.
Fuente: http://www.efedocanalisis.com/noticia/las-primarias-de-podemos-reavivan-la-division-interna/