Para manipular los residuos nucleares hemos construido un palacio para el olvido. Lo que quedará después de nuestra civilización será, pues, olvido y silencio. Y un veneno escondido en las profundidades de una catedral excavada donde nunca podrá entrar la luz. Los primeros dioses a los que suplicó el hombre al principio de su historia […]
Para manipular los residuos nucleares hemos construido un palacio para el olvido. Lo que quedará después de nuestra civilización será, pues, olvido y silencio.
Y un veneno escondido en las profundidades de una catedral excavada donde nunca podrá entrar la luz.
Los primeros dioses a los que suplicó el hombre al principio de su historia estaban casi siempre ligados al sol. El mayor prodigio era, a la sazón, que el sol saliera otra vez cada mañana. En culturas que nunca tuvieron contacto entre sí existen por lo general relatos similares de cómo surgió el ser humano. En todos está presente el sol. Pero en esta civilización nuestra, que ha llegado más lejos que ninguna otra sociedad anterior, por avanzada que fuera, el último recuerdo que dejamos es sólo oscuridad.
Henning Mankell (2014)
Si analizamos a los pueblos del Sur de Europa, no hay pueblo de mentalidad más centroeuropea que el catalán […] Porque es un pueblo que ha hecho bandera de la cultura del trabajo, del esfuerzo y de la austeridad personal. Esto no lo encontraréis en ningún otro pueblo del Sur […] Si un alemán mira al Sur de Europa, lo que más se parece a Alemania del Sur de Europa es Cataluña.
Artur Mas (2015)
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2016/01/02/catalunya/1451736636_136970.html
Ha habido muy pocos casos en los que se me haya atacado tanto como escribiendo de política catalana. De hecho, he vivido mi único caso de ciberacoso de mi carrera con ello. Y fue por un asunto menor: entrevisté a un exponente de la lista de «Catalunya Sí que es Pot» que ni tan siquiera se había declarado contrario a la independencia, solo había matizado las prioridades. Quizá para atacarlo a él me arrastraron a una serie de descalificaciones públicas que me sorprendieron.
Luca Tancredi Barone (Il Manifesto, 2015)
Por si fuera necesario (aunque sin serlo): el acuerdo o imposición Casa del Rey-Gobierno en funciones sobre el discursito españolista-borbónico de fin de año y el menosprecio mostrado a la presidenta del Parlament de Catalunya, personaje sobre el que por supuesto cuesta mucho sentir alguna simpatía política (pero este no es el punto), pasará a la historia universal de la idiotez y la chulería. ¡Qué torpeza… a no ser que se esté pensando de nuevo en réditos electorales y en la defensa neofranquista de una España numantina contraria al interés de la propia ciudadanía española! Por lo demás y por si fuera también necesario (también sin serlo): no se andan muy lejos el entusiasmo de Jordi Sánchez, el presidente de la ANC, ante la posibilidad de un gobierno de derechas «en Madrid» ni la forma de prometer su cargo por parte del nuevo president de la Generalitat. Que no se cite la Constitución ni el Rey ni el Estatuto a mí, personalmente, me importa un higo pero que hable, precisamente él, un dirigente y cargo político de un partido que ha machacado a las clases trabajadoras catalanas y, especialmente, a sus sectores más desfavorecidos, de prometer por la «voluntad de un pueblo» es motiva de risa indignada. ¿De qué pueblo estará hablando?, ¿del «pueblo convergente»? Los trenes se ban alimentando con combustible fósil y tóxico. Vale la pena recordar el poema de Brecht: entre los vencidos, el pueblo salió perdiendo; también entre los vencedores.
No sé si hemos meditado suficientemente sobre el hecho de que el nuevo presidente de la Generalitat haya sido tercer candidato de la lista de Girona de JpS, alguien que nunca fue presentado ni se presentó, durante la campaña ni posteriormente, como candidato presidenciable (ya sé que todos los diputados pueden serlo pero no es eso, como es obvio, no es eso). De golpe ahí lo tenemos. ¿Alguien habló de transparencia, claridad, de nuevos tiempos y de respetar la voluntad de la ciudadanía? Si quieren leer un análisis excelente sobre este punto no se pierdan el artículo de Miguel Riera sobre el tema. Lo pueden leer en la nueva página electrónica de El Viejo Topo. ¡40 años después, larga y fructífera vida a nuestra insumisa y rebelde revista!
Sobre las citas iniciales. La de Mankell, de Arenas movedizas, es en su honor, en honor del gran escritor no olvidado y de su Wallander, y sirva de paso para recordar que Cataluña es un territorio altamente nuclearizado.
La segunda permite gritar, una y mil veces, como en «El grito» de Munch. ¿Cómo es posible que alguien que hable en esos términos pueda haber sido considerado un excelente político-pensador, uno de los grandes presidentes de la Generalitat de Cataunya, un gran y original estratega, un político de profunda cultura e inteligencia? ¿De qué pueblos habla cuando habla de pueblos? ¿Mentalidad centroeuropea? ¿Cultura del trabajo, del esfuerzo, de la austeridad personal? ¿La cultura de trabajo y del esfuerzo de Millet y tantos otros de su condición? ¿La austeridad de la familia Pujol? ¿A qué Alemania se parece Cataluña? ¿A la que representa Merkel y la Volkswagen? ¿No hay, además, un neto menosprecio de los otros pueblos del sur de Europa? ¿Mejor, pero qué es eso de mejor? ¿Pero de qué van, qué se han creído, quiénes son realmente, qué nos quieren hacer creer de nosotros mismos? ¿De que cultura, trabajo y austeridad hablan gentes que lo único que han hecho, tras ser preparados para ellos familiarmente, es decir sí a quien les han enseñado que debían decir sí y a ubicarse a codazos en el mundo de los negocios, en la política profesional y, sobre todo, entre las cuatrocientas familias con mando en plaza?
Uno de los mejores análisis que conozco sobre el, digamos, acuerdo de esclavitud es el siguiente. Es de José Luis Martín Ramos, un maestro de muchos de nosotros (comunicación personal, enero de 2016).Es un poco extenso pero vale la pena:
«Por muchas vueltas que le doy no encuentro explicación política coherente a la decisión de la CUP. Coherente a partir de lo que decían y pretender ser, claro está. No se han pegado un tiro en el pie; lo han hecho sobre su cuerpo. Yo creo que todos, empezando por ellos, habían entendido que el no a Mas no era un veto personal, sino el no a un representante destacado de Convergencia, un representante de la continuidad convergente; y en algún momento se dieron nombres.
Han aceptado un nombre dado por Mas que es, hoy por hoy, un hombre de confianza de Mas, ¿para guardarle la viña? Las primeras respuestas al interrogante de por qué lo han hecho son muy poco satisfactorias ¿Han tenido miedo a un castigo electoral? Pero, ¿no estábamos ante un proyecto revolucionario, que no podía dejarse dominar por el electoralismo? ¿Han tenido miedo a ser estigmatizados de botiflers? ¿Tan poca confianza tienen en sus propias convicciones? Para hacer lo del fin de semana, mejor que hubiesen investido a Mas el primer día, sin tener que pasar por decir perdón y «prestar» sus representantes al grupo parlamentario de JpS. Cuando han tenido en sus manos dar el tiro de gracia a Convergència, y encarar un proceso electoral en el que combatir en defensa de una proyecto independentista revolucionario, han salvado a Convergència; que gana todo el tiempo y el poder para refundarse tranquilamente -dentro de lo que cabe- y mantener el hegemonismo en el espacio nacionalista, más allá de las aritméticas electorales. Increíble. ¿Incomprensible? En la explicación de su decisión la «cúpula» de la CUP dice que ha apartado la piedra del camino; es cierto, pero la piedra apartada no es Mas y CDC, sino ellos mismos: ellos eran desde el 27S la piedra que tenía la clave del camino; no lo han podido o querido ver».
Prosigue Martín Ramos sobre esta supuesta incomprensibilidad:
«Su decisión no es incomprensible si los juzgamos por lo que hacen, no por su propaganda; no tienen un proyecto independentista propio y, lo que es peor, aceptan que sólo puede haber un proyecto independentista; muchos de ellos se consideran marxistas, comunistas, pues ¡vaya ejercicio de análisis de clase! La única explicación política coherente es que lo del independentismo revolucionario, de hoy, es un cliché, una consigna de agit-prop, pero no un proyecto. No existe como tal. Yo pensaba en la CUP en términos de orfandad del PSUC -poco original ahora, pero lo dije desde el primer día-; ¿tendré que pensar en ellos en términos de los hijos edipianos de Convergència?»
No reflexión final:
«La principal novedad de toda esta obra de enredo es la resurrección de Convergencia. Y, de rebote, el freno a una ERC que ahora podrá seguir creciendo sobre los errores de la CUP; pero lo tendrá más difícil en el campo del nacionalismo centrista, si Más sigue saliéndose con sus maniobras. Que el conglomerado de «En Comú» tome nota; y espero que no se equivoque intentando competir con ERC para disputarse los restos del naufragio del independentismo revolucionario. Que abra su propio camino, empezando por anclarse un proyecto social, blindado ante cualquier tentativa de subordinación la nacionalismo triunfante».
Tomo yo la palabra de nuevo. Si han podido sobreponerse, sé que no es fácil, a la cita inicial de uno de los hijos políticos del gran defraudador y manipulador (el actual president es otro de sus hijos, Carles Puigdemont dixit), déjenme que les cuente algo para animarles.
Según una reciente encuesta de salud, sólo el 16% de la ciudadanía de la ciudad de Barcelona no conviviría con un enfermo mental. Ni siquiera 2 de cada 10 ciudadanos. No conozco muchas pruebas tan claras de la buena salud cívica, humanista y republicana de la ciudad de Salvat-Papasseit y Teresa Pàmies. Y además, probablemente, ese 16% esté compuesto por ciudadanos hasta ahora mal informados, con alguna mala experiencia directa (y muy infrecuente) e incluso que en algún caso hayan contestado sin pensar con calma. Los que hace años convivimos con personas que sufren estas enfermedades (dolorosas como muchas otras) sabemos lo mucho que nos aportan, lo mucho que necesitan de nuestros cuidados y compañía y de las dificultades que tienen en ocasiones para desarrollar sus vidas. Difíciles como las que casi todo aunque un poco más si cabe.
Hace algunos años Jorge Riechmann nos regaló un criterio para delimitar las buenas sociedades: veamos, comprobemos como éstas tratan realmente a sus miembros más vulnerables señaló. Excelente la propuesta del poeta, traductor, profesor y matemático, amigo y discípulo de Francisco Fernández Buey. Podemos concretarla un poco más: una comunidad, una sociedad, una ciudad será más o menos humanista según el trato que dispense y se esfuerce en dispensar a las personas de las que hablamos. ¿Qué les parece? ¿Les parece?
Vuelvo al tema de nuevo.
Sobre el acuerdo secesionista de mando-y- subordinación, dos breves reflexiones que nos pueden servir de guía. La primera desde el interior de la organización herida, desde uno de los colectivos cupistas; la otra, de un periodista crítico y siempre informado.
1. «Nos intervienen políticamente… ¿Cómo es posible que se ate de pies y manos a nuestros diputados?» . De Lluita Internacionalista
2. «La CUP, en todo caso, y con la información hoy disponible, ha realizado, fácilmente y con rapidez, un cambio radical en su trayectoria: de proponer la unidad popular ha pasado a formar un frente nacional». De Guillem Martínez.
Transitando por la misma senda y partiendo de la información disponible (no sé si hay nudos oscurecidos en un acuerdo que empieza con una posible prórroga de presupuestos anunciada por el vicepresidente económico)
1. El argumento de la justificación: la dirección de la CUP afirma que no han contraído la obligación de apoyar medidas contrarias a su ideología y que el compromiso con Convergència y Esquerra se limita al proceso soberanista.
¿Es eso? No es eso. La frase textual relacionada que se recoge en el acuerdo es la siguiente: «Nos comprometemos a no votar en ningún caso en el mismo sentido que los grupos parlamentarios contrarios al proceso y/o al derecho a decidir cuando esté en riesgo dicha estabilidad».
Aparte del alfabestimo lógico-político de este y/o, con la disyuntiva no excluyente es suficiente, la cosa parece más que evidente. La CUP se compromete «a no votar en ningún caso en el mismo sentido que los grupos parlamentarios contrarios…»
En ningún caso, como se sabe o se debería saber, significa en ningún caso.
2. Sobre el grupo parlamentario: La CUP también asegura que mantiene a sus 10 diputados y, por supuesto, un grupo con voz propia.
¿Cómo si no? Pero la formación tendrá que decidir quiénes serán los dos diputados que se incorporarán a las reuniones de Junts pel Sí para seguir de cerca su actividad en el Parlament. Los anticapitalistas independentistas y revolucionarios de los Países Catalanes afirman que solo participarán en la «dinámica parlamentaria» de la coalición de Gobierno pero que no formarán parte de sus filas.
¡Pues menos mal! ¿No parece esto, en la práctica, una especie de tamayazo pactado o camuflado? Por lo demás, más allá de lo conocido, ¿hay vetos de nombres?, ¿hay indicaciones sobre ellos? ¿Nos imaginamos a Anna Gabriel, por ejemplo, formando parte de las reuniones del grupo de Junts pel sí?
Se me estoy extendiendo más de la cuenta. Lo dejo.
En resumen: después de convertir una elecciones en plebiscito, después del mínimo del 55% de David Fernández, después de reconocer (don Antonio Baños) haber perdido el plebiscito, después de conocer las heladas aguas del cálculo egoísta durante más de tres meses, después de tratar con el lago oscuro e impío de la fuerza y de sus cómplices, después de ser conscientes de las posiciones de una gran parte de las clases trabajadoras barcelonesas y metropolitanas, después de ser menospreciados e insultados por una gran parte de los intelectuales orgánicos del «proceso», ¿se quiere seguir formando parte de un frente neoliberal, secesionista y netamente antiespañol sin matices (Negrín, Azaña, Ibárruri, Lorca y Machado en el mismo saco que Aznar, Franco, Queipo de Llano y Arias Navarro) que conduce y guía al «pueblo catalán» hacia no se sabe dónde? ¿Pero no se trataba de candidaturas de unidad popular? ¿De qué unidad popular se hablaba? ¿Han cambiado el nombre? ¿CAFSN, candidaturas de apoyo al frente secesionista neoliberal?
PS: Una breve información de Clara Valverde sobre los nuevos nombramientos para el gobierno de la Generalitat:
Compañerxs, corren rumores de que posiblemente el próximo Conseller de Salut podría ser Toni Comín. Esto sería una mala noticia. Muy mala.
http://www.naciodigital.cat/noticia/101207/primers/noms/nou/govern
Durante la ILP Fibromialgia-Síndrome de Fatiga Crónica (2007-2008), Marina Geli puso a Toni a cargo de machacarnos a los que estábamos en la Comissió Promotora de la ILP. Y lo hizo brutalmente. Son famosas sus llamadas a todas horas acosándonos para que dejáremos de recoger firmas porque «si vosotros hacéis una ILP, entonces todo el mundo va a querer hacer una ILP y eso no puede ser». Tampoco sabe NADA sobre el tema de salud. Nada. Y en los últimos 10 años ha pasado de la izquierda a la derecha a una velocidad impresionante.
Aparte de ser una persona cruel y oportunista. Los que le conocemos bien a nivel personal / familiar nos preocupa esta posible noticia porque Toni pone su carrera política ante el bienestar de la gente. Algunos hemos sido testigos de su capacidad de crueldad que nos preocupa en relación a temas como el ICAM, las desigualdades y etc.
Aunque hecho de menos a su padre, Alfons [Carles Comín], me alegro que no esté vivo para ver o que ha devenido su hijo».
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