El 17 de abril se celebra el día Internacional de la Lucha Campesina con cientos de acciones en todo el mundo [1]. Plataforma Rural, plataformas territoriales contra los transgénicos y por la Soberanía Alimentaria, Red de Semillas y Greenpeace reivindican una agricultura y alimentación libres de transgénicos y se suman al llamamiento de La Vía […]
El 17 de abril se celebra el día Internacional de la Lucha Campesina con cientos de acciones en todo el mundo [1]. Plataforma Rural, plataformas territoriales contra los transgénicos y por la Soberanía Alimentaria, Red de Semillas y Greenpeace reivindican una agricultura y alimentación libres de transgénicos y se suman al llamamiento de La Vía Campesina para defender la Tierra, la Vida y los alimentos sanos. Este año quieren denunciar también la desprotección física y legal que sufren activistas, campesinos y campesinas por defender los derechos de sus comunidades. En los próximos días se celebrarán acciones reivindicativas y actividades lúdicas en todo el estado [2].
En la Unión Europea hay una creciente oposición a estos cultivos. Diecinueve países se acogieron a la nueva legislación sobre organismos modificados genéticamente y prohibieron en 2015 el cultivo de transgénicos en su territorio: Letonia, Grecia, Francia, Croacia, Austria, Hungría, Países Bajos, Polonia, Lituania, Bulgaria, Alemania, Chipre, Dinamarca, Italia, Luxemburgo, Malta y Eslovenia y las regiones de Valonia (Bélgica) y Escocia, Gales e Irlanda del Norte (Reino Unido) [3]. Mientras, en España se siguen cultivando más de 100 000 hectáreas de maíz MON 810, desarrollado por Monsanto y cuya autorización caducó en 2008. Una situación que compromete un modelo agrario sostenible en manos de los campesinos y respetuoso con el medio ambiente.
Tras dos décadas de cultivo hay evidencias suficientes de que los transgénicos no suponen una solución para los problemas que afronta la agricultura. Los ensayos realizados en Aragón durante los últimos seis años demuestran que el maíz transgénico no ha obtenido una producción mayor a la del maíz convencional y que el taladro, la plaga que debe combatir el maíz MON810, no ha provocado daños relevantes en los cultivos convencionales [4]. Además, siguen apareciendo nuevos riesgos como el teosinte, una especie invasora, pariente silvestre del maíz con el que se puede cruzar. La expansión del teosinte en las regiones de Aragón, Navarra y Cataluña cuestiona completamente todas las evaluaciones realizadas hasta el momento sobre el maíz transgénico [5].
En estos momentos de incertidumbre en el contexto político, los colectivos denuncian que el medio rural, la agricultura y la alimentación han estado completamente ausentes en la discusión pública. Los cambios en la legislación europea son una oportunidad para que los Gobiernos Autonómicos en el Estado Español tomen acciones concretas para avanzar hacia la soberanía alimentaria y prohíban los cultivos transgénicos en su territorio.
A su vez las organizaciones firmantes denuncian la desprotección de los defensores de derechos sociales y ambientales, en muchos casos miembros de movimientos campesinos. El modelo agrario actual, sinónimo de acaparamiento de tierras y monocultivos, es también responsable de crímenes contra los derechos humanos.
Notas:
[1] Llamamiento de La Vía Campesina: http://viacampesina.org/es/
[2] Las acciones de la Semana de la Lucha Campesina se pueden consultar en el blog https://noquierotransgenicos.
[3] Listado de países y regiones que han prohibido el cultivo de maíz MON810 en su territorio: http://ec.europa.eu/food/
[4] Gobierno de Aragón. Dirección General de Alimentación y Fomento Agroalimentario. Informaciones técnicas. http://www.aragon.es/
[5] Nota de prensa: «Una nueva maleza pone en jaque la autorización de maíz transgénico en el Estado»: http://www.tierra.org/spip/
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