Un estudio revela que la mitad de los presos deberían estar en libertad si se adecuase el encarcelamiento a la tasa de criminalidad y la media europea. 133 personas de cada 100.000 entran en prisión, más del doble que en Finlandia, Suecia o Dinamarca. Los mitos sobre seguridad ciudadana y sistema penitenciario están muy presentes […]
Un estudio revela que la mitad de los presos deberían estar en libertad si se adecuase el encarcelamiento a la tasa de criminalidad y la media europea. 133 personas de cada 100.000 entran en prisión, más del doble que en Finlandia, Suecia o Dinamarca.
Los mitos sobre seguridad ciudadana y sistema penitenciario están muy presentes en la sociedad española: que en España se cometen muchos delitos, que el sistema penal es «blando», que nadie va a la cárcel…
Sin embargo, la ROSEP, una red de organizaciones sociales que intervienen en el entorno penal y penitenciario, demuestra en un informe que estos prejuicios no se corresponden con la realidad. Su Estudio de la realidad penal y penitenciaria: una visión desde las entidades sociales, presentado este jueves en el Espacio Mood de Madrid, señala que la mitad de la población penitenciaria en España podría estar en libertad si existieran los mecanismos para hacer efectivo el principio de reinserción que avala la Constitución.
1. España no es un país inseguro
Según el estudio, en España el índice de delitos es bajo, y de los que se cometen, muy pocos violentos. La tasa de delincuencia española, que desciende desde 2009, es un 27% inferior a la media europea y está muy por debajo de países considerados como muy seguros, como Suecia, Dinamarca o Finlandia. Los delitos más comunes son contra el patrimonio (robos y hurtos), mientras que el índice de homicidios es el tercero más bajo de Europa.
2. Encarcelamos a muchas personas
La tasa de encarcelamiento de España es la segunda más alta de Europa, un 34% por encima de la media. 133 personas de cada 100.000 entran en prisión, más del doble que en Finlandia, Suecia o Dinamarca. La población penitenciaria se ha multiplicado por ocho en los últimos 40 años, pero no por un aumento de la criminalidad, sino por un incremento en la duración de las penas.
3. Las penas son muy elevadas
En España, la duración de las penas de prisión es más del doble que la media europea: duran nueve veces más que en Dinamarca. Esto se debe a continuas reformas del Código Penal, que han incrementado la dureza del sistema punitivo.
4. Robos, hurtos y tráfico de drogas
El 60% de las personas presas lo están por delitos contra el patrimonio (robos y hurtos) y delitos contra la salud pública (tráfico de drogas). El 65% tiene problemas de drogodependencia y un 8% problemas graves de salud mental, consecuencia del déficit en nuestro Estado del Bienestar, según el informe.
5. La mitad de los presos deberían estar en libertad
Con una tasa de encarcelamiento acorde con la tasa de criminalidad y la media europea, la población penitenciaria en España debería ser de 30.769 en vez de 61.614. Un 50% de las personas encarceladas no deberían estarlo, según recoge el estudio. «España criminaliza la pobreza», sentencia.
6. Menos presos no significan más criminalidad
La ROSEP señala que es posible reducir el número de personas encarceladas sin que aumente la criminalidad o la alarma social. En los últimos 6 años, la población penitenciaria se ha reducido en 14.000 personas y la tasa de delincuencia ha seguido descendiendo. Sería posible, reivindica el estudio, continuar este descenso utilizando medidas alternativas a la prisión para los delitos más comunes.