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Entrevista a Alejandro López González, ingeniero electricista y experto en energías renovables

La crisis eléctrica venezolana: una oportunidad para la sostenibilidad energética

Fuentes: Rebelión

¿Qué hacer en el corto plazo? Ante la situación que nos tocará vivir en el próximo tiempo, si no llueve y el Guri no logra cubrir en estos meses la demanda eléctrica del país, se anunciará un mayor racionamiento al registrado en los últimos años. La pregunta es cómo será revertido el colapso eléctrico a […]

¿Qué hacer en el corto plazo?

Ante la situación que nos tocará vivir en el próximo tiempo, si no llueve y el Guri no logra cubrir en estos meses la demanda eléctrica del país, se anunciará un mayor racionamiento al registrado en los últimos años. La pregunta es cómo será revertido el colapso eléctrico a pesar de El Niño y si existe alguna solución a corto plazo.

Para el ingeniero electricista, Alejandro López González, quien trabajó como ingeniero de estudios eléctricos en PDVSA occidente y se desempeña actualmente como investigador en energías renovables y profesor invitado del Centro Socioeconómico del Petróleo y Energías Alternativas de La Universidad del Zulia (CESPE-LUZ), la medida técnica que se debe tomar de inmediato, como lo han indicado también otros expertos, es la reactivación del Parque Termoeléctrico, a pesar de que, según López, la meta de alcanzar una generación eléctrica estable y poder suplir toda la demanda, tardaría, al menos, de uno a dos años.

Para las entidades responsables del servicio de energía eléctrica en el país, Vicepresidencia Sectorial de Desarrollo del Socialismo Territorial, Ministerio del Poder Popular para la Energía Eléctrica y CORPOELEC, el fenómeno de El Niño se constituye en la causa principal de la actual crisis eléctrica en el país. Así quedó registrado, en febrero de este año, con la activación de la comisión presidencial del Estado Mayor Eléctrico (Decreto N° 2.241, del 18 de febrero de 2016, publicado en la Gaceta Oficial núm. 40.855). Sin embargo, para algunos expertos en la materia, el colapso eléctrico no es culpa absoluta de El Niño, sino la suma de un acumulado de fallas de planificación y gestión en todo el Sistema Eléctrico Nacional que incluye tanto al Guri (Central Hidroeléctrica Simón Bolívar), como al Parque Termoeléctrico y los Parques Eólicos de La Guajira y Paraguaná.

«Ante el ‘colapso eléctrico’ del Guri, la reactivación del Parque Termoeléctrico es la medida técnica que debe asumirse de inmediato para poder suplir toda la demanda eléctrica durante este lapso, evitando la sobreexplotación del Guri. Además deben reactivarse los Parques Eólicos de La Guajira y Paraguaná para dar paso a las energías renovables y disminuir el uso de combustibles fósiles».

-BP: El actual ministro de Energía Eléctrica y presidente de CORPOELEC, el Mayor General Luis Motta Rodríguez, advirtió este año que en el mes de abril podríamos llegar al colapso eléctrico. Ayer, el ministro anunció racionamientos en bloques de 4 horas por 40 días. Según el experto eléctrico, José Aguilar, quien fue entrevistado para un excelente reportaje publicado el 1 de marzo de 2016 en El Estímulo: http://elestimulo.com/climax/colapso-de-guri-camino-al-apagon-nacional/, «el mínimo histórico del Guri quedó registrado el 11 de mayo del 2003, cuando el embalse alcanzó 244,55 m.s.n.m.». Para el día 13 de abril, la cota registrada en el portal de CORPOELEC es de 242,88 m.s.n.m., ( http://www.corpoelec.gob.ve/generaci%C3%B3n). Es decir, se acaba de superar el mínimo histórico, según el dato. Aguilar también señala que lo único que puede revertir la tendencia hacia el mayor colapso conocido es o un diluvio o la activación del Parque Termoeléctrico que cuenta con una «mayor capacidad instalada que el hidroeléctrico». ¿Coincides en esto?

-AL: Lo primero que hay que decir, cuando se habla de ‘colapso eléctrico’, es que hay que tener cuidado con lo que se interpreta. Al decir colapso eléctrico nos estamos refiriendo a que la capacidad del país de suplir la demanda eléctrica es insuficiente. El país no es capaz de suplir toda la demanda eléctrica que recibe, por lo tanto se tiene que limitar el acceso a la energía. El colapso eléctrico es una ruptura entre la demanda y la generación que conlleva a la interrupción del servicio para evitar el daño de los equipos. Lo que quiere decir esto también es que los racionamientos, que son una consecuencia de esta situación, pasarían de las dos horas a las que estamos acostumbrados a una cantidad superior de horas que pueden rotarse, pero que podrían llegar a tener un lapso de entre 8 y 12 horas de carencia del servicio. ¿Qué consecuencias puede traernos esto?, pues muchísimas. Las actividades productivas dependen casi completamente de la electricidad. En la parte residencial podrían surgir problemas que no se han visto de seguridad. «El racionamiento es sencillamente una medida de emergencia ante una situación sobrevenida que hay que atender de manera inminente. El racionamiento no soluciona nada de raíz, pues es una consecuencia del problema».

AL: El colapso eléctrico se ha dado progresivamente, no es algo que se da de un momento a otro, no es una puerta que se cruza. El Guri está muy próximo a tener una cota en el embalse que ya hace imposible la generación de electricidad desde una cantidad importante de sus máquinas. La energía del Guri es proporcional al nivel de la cota del embalse, y si se llega a un nivel tan bajo, aunque quede agua, ya las turbinas no son capaces de generar electricidad con ese nivel. Este es el momento de ‘colapso eléctrico’ al que técnicamente se refieren el ministro o los gerentes. Cuando la cota del Guri ya realmente no permite generar electricidad en las turbinas del embalse, de la manera como normalmente se hace, se habla de un colapso, porque se pierden 7600 MW que ya no se aportan al Sistema Eléctrico Nacional y, a partir de ese momento, es imposible generar la electricidad que sí deberían empezar a generar las termoeléctricas y los parques que actualmente no tenemos en toda su capacidad. BP: En el sector salud, la falta de electricidad sería lo más grave, pues muchas personas podrían morir o agravarse debido a la ausencia de electricidad o hasta por causa de un apagón de segundos o minutos.

AL: Por supuesto, se generarían situaciones que nos ocasionarían serias dificultades en todos los sectores y tan graves como las que señalas para el sector salud. Por eso es que, de acuerdo con el experto al que haces referencia, esas son realmente las dos únicas salidas que hay en este momento. Sin embargo, no están en el mismo nivel. Cuando hablamos de la recuperación del Parque Termoeléctrico estamos hablando de una recuperación técnica. Así que la primera solución está aquí, en la misma causa de la crisis, pues la crisis se origina también allí y no solamente en El Niño que es un fenómeno climatológico muy estudiado cuyo registro se remonta a 5 mil años atrás. El fenómeno de El Niño siempre ha sido reconocido en nuestro continente, en los periodos de calentamiento y reflujo del agua. Incluso se le bautizó ‘El Niño’ por la relación que había entre el advenimiento del niño Jesús en la época de Navidad y la producción de estos flujos cálidos de agua provenientes de los cambios en la atmósfera, generándose sequías o lluvias. Entonces El Niño es un fenómeno muy antiguo. «Cuando se construyó el Guri, la hoy llamada Central Hidroeléctrica Simón Bolívar, se tomaron en cuenta todos los riesgos, pues el Guri era el proyecto más importante de una hidroeléctrica a nivel mundial».

AL: Por lo tanto, al hacer una inversión de este tipo, todos los riesgos fueron considerados. ¿Por qué digo todo esto? Actualmente no podemos decir que El Niño es un fenómeno sobrevenido que causó una sequía inesperada, aunque ciertamente la intensidad, frecuencia, longitud y duración del fenómeno, que se han venido presentando en los últimos años, han sido mayores como consecuencia del cambio climático. Pero no ha sido algo totalmente novedoso. ¿A dónde voy? Desde el año 2004, el gobierno previó atender esta situación de El Niño a través del Parque Termoeléctrico y se instalaron más centrales termoeléctricas en el país que todas las que se instalaron en la IV República o en los últimos 30 años. Esa es la verdad, se instaló una gran capacidad termoeléctrica. Sin embargo, lamentablemente, la instalación de las plantas no es lo único que se necesita. Además, se necesita capacidad operativa, suministro y disponibilidad financiera para el mantenimiento. Al no haber estos dos últimos elementos, el Parque Termoeléctrico va mermando su disponibilidad con el tiempo y, cada vez más, desde el año 2010 para acá, tomando el caso del estado Zulia por ejemplo, la disponibilidad ha venido bajando de manera importante. «Si tuviésemos el Parque Termoeléctrico a una disponibilidad estándar internacional, esta situación ni siquiera la estuviésemos planteando. Claramente la sequía agudiza la situación, mas no tendría que ser tan grave, desde el punto de vista eléctrico, si el Parque Termoeléctrico estuviese plenamente disponible».

AL: Entonces la situación real, a corto y a mediano plazo, es la recuperación inmediata del Parque Termoeléctrico, pero también de los Parques Eólicos, ya que es lo que a nosotros nos garantizaría suplir las necesidades de demanda eléctrica del país sin tener que sobreexplotar la represa del Guri o recurrir a racionamientos. Es como el que ahorra. Ahorramos siempre que nuestros egresos sean inferiores a nuestros ingresos, si gastamos más de lo que recibimos, evidentemente ese ahorro va a ir bajando hasta que caiga en cero, y esa es la situación que anualmente se ha ido presentando en la represa.

-BP: Sabemos que el Guri genera hasta casi el 70% por ciento de la energía eléctrica del país, cuándo se habla de Parque Termoeléctrico, ¿a qué nos referimos?, y ¿en qué condiciones se encuentra actualmente?

-AL: El Parque Termoeléctrico está compuesto por un conjunto de centrales que utilizan combustibles fósiles para la producción de electricidad, que son básicamente: gas natural, gasoil y fueloil. Planta Centro utiliza fueloil. Las demás plantas utilizan gas natural y gasoil. Los combustibles son producidos en el país como derivados de la producción petrolera. Hay centrales termoeléctricas en los estados Zulia y Falcón, en el centro del país, en Los Llanos. Todo el conjunto de estas centrales termoeléctricas es lo que se llama Parque Termoeléctrico, como cuando hablamos del parque automotor que está compuesto por todos los vehículos del país. Estas plantas termoeléctricas pueden funcionar en ciclos simples o combinados. En el occidente del país básicamente se opera con gasoil. No nos encontramos ante un déficit de combustible. «El principal problema del Parque Termoeléctrico está en las condiciones actuales de su infraestructura o disponibilidad de las máquinas, producto de las fallas que presentan de operación y mantenimiento en los últimos años»

-AL: La disponibilidad es un término técnico que se refiere a la capacidad de las plantas de generar electricidad. Cuando las máquinas están instaladas y no son capaces de generar electricidad se consideran indisponibles. En este sentido se han alcanzado niveles de indisponibilidad bastante altos.

-BP: ¿Qué pasó con el caso de las empresas que estuvieron vinculadas al Parque Termoeléctrico? ¿Se trató de un fenómeno de sobreprecios o de la venta de máquinas malas?, ¿o de ambos?

AL: Eso se relaciona con el plan termoeléctrico que se instauró a partir del año 2004, que es cuando se instalan nuevas plantas termoeléctricas para ampliar la capacidad. En ese proceso se presentaron algunas fallas que derivaron en la baja disponibilidad de plantas que son de reciente adquisición. Es como comprar un televisor que sale malo. Posiblemente lo que se pagó por el televisor no era justo, o quizá las condiciones contractuales no fueron las más adecuadas, o la capacidad y la transferencia tecnológica no se dio de la forma efectiva. Son muchas causas que no podemos precisar en este momento porque ameritan una investigación de otro tipo. Sin embargo, ciertamente, la capacidad que se instaló y la inversión que hizo el Estado en el Parque Termoeléctrico hubiese sido suficiente, para suplir la demanda sin mayor problema.

-BP: La gran preocupación es que ante el total colapso del Guri, uno tiene la percepción de que el Parque Termoeléctrico no se reactivará de inmediato, y mucho menos los Parques Eólicos, entonces nos imaginamos todo lo que podría suceder con tantas horas sin electricidad en el país. Ya iremos por 4 horas al día y sospechamos que las horas puedan aumentar, ¿en cuánto tiempo se supone que se podría reactivar el Parque Termoeléctrico?

-AL: Activar el Parque Termoeléctrico tardaría de uno a dos años. Recuperar todo el Parque Termoeléctrico es una medida que hay que tomar de inmediato, pero no es una medida que dará todos los resultados a corto plazo, a pesar de que el colapso eléctrico es inminente. «Desde el año 2010 se han presentado este tipo de crisis eléctricas progresivamente más graves hacia el punto en que nos encontramos hoy. Por lo tanto, desde ese momento hemos sabido, año tras año, que cuando llegan los meses de mayores temperaturas, los meses de calor, se da un desequilibrio en el sistema eléctrico».

-AL: Los que tienen memoria fotográfica pueden recordar que el año pasado hubo racionamiento, pero no durante todo el año, sino entre los meses de marzo y septiembre, lo mismo para los años anteriores hasta llegar al 2010. Todo estos años hemos vivido racionamientos, más o menos prolongados, pero siempre en las épocas de calor. Por lo tanto, esta es una situación que no es novedosa, que es recurrente y que se debe al déficit de generación con respecto a la demanda que crece también año y año y que se presenta con las altas temperaturas. Por ello, ya en este momento de eminente colapso del sistema eléctrico, las medidas evidentemente son de racionamiento.

-BP: Estamos hablando entonces de que todo este año probablemente habrá grandes racionamientos, si no llueve.

AL: Cuando pase la época de calor, cuando pase la época de mayor demanda, la situación va a mejorar, sin que el gobierno tenga que hacer nada, simplemente la gente ya no demanda tanta energía, entonces la demanda baja y no hay que racionar porque se está consumiendo menos energía. Esto va a suceder alrededor de los meses de septiembre y octubre, y ya los racionamientos, sea lo que sea, van a bajar notablemente e incluso pudiendo desaparecer. Sin embargo, si este año y el que viene no se hace más nada a nivel técnico, la situación será peor a la de este año, y así sucesivamente. Venezuela tiene dos estaciones y nosotros muchas veces creemos que no. Venezuela tiene lluvias y tiene sequía, tiene una especie de invierno y un verano, una época fresca y una época más caliente. En la época de calor, que es en la que estamos entrando en este momento hasta el mes de septiembre, el racionamiento va a ir aumentando. Cuando la época de calor da paso a unas temperaturas más frescas, el racionamiento desaparece hasta abril del próximo año. Esto es cíclico y lo hemos venido presentando desde el 2010. Entonces la recuperación del Parque Termoeléctrico es con miras a que el año que viene y el siguiente no se produzcan los racionamientos de este año. El racionamiento lo que hace es apalear el colapso y más nada, porque ya estamos en él. Tendríamos que recuperar los Parques mientras sucede un racionamiento intensivo, donde hay que racionar muchísimo más que ahora, y eso implicaría malestar en la ciudadanía porque las condiciones de vida desmejorarían notablemente en un país que llegó a ser el país de mayor electrificación de América Latina, y no en la IV República, sino ahora. «Desde el año 2003 hasta el 2008 se electrificó casi al 100% del país, logrando ser, según la CEPAL y la OLADE, la Organización Latinoamericana de Energía, el país de mayor grado de electrificación de América Latina. Pero no habiendo tomando en cuenta la necesidad de hacer un adecuado mantenimiento y una operación efectiva del Parque Termoeléctrico, llegó un punto en el cual, como en una avalancha, se fue dando progresivamente el colapso en el que nos encontramos».

-BP: Con el Parque Termoeléctrico tenemos otro problema y es el relativo al uso de los combustibles fósiles, además corremos el riesgo de volver a la prehistoria energética de ocurrírsele a alguien la utilización del carbón como combustible y, parece ficción, pero esta opción la ha venido promoviendo el gobierno de Arias Cárdenas en el estado Zulia, en pleno siglo XXI. Si el Parque Termoeléctrico es la opción más inmediata, ¿qué pasa con las energías alternativas, con los Parques Eólicos por ejemplo?, y, ¿cuál sería el plan ideal en materia energética para nuestro país a corto, mediano y largo plazo?

AL: Los proyectos como una central carboeléctrica no pueden ser vistos como una respuesta ante la contingencia que estamos pasando actualmente. En este sentido, ante la crisis, ante la situación emergente, debemos, además de recuperar el Parque Termoeléctrico, tomando el gas natural como primera opción, ya que el gas es el menos contaminante de los combustibles fósiles y el primero es el carbón, incrementar el uso eficiente y racional de la energía, que sin duda siempre va a ser importante y que no se puede perder de vista, pues hay patrones de consumo en el país que son desorbitados, que están fuera de rango. Nuestro país consume más que nuestros vecinos y eso hay que rectificarlo. Esto es lo que está en nuestras manos, la lluvia no la manejamos nosotros.

-BP: Claro, y allí viene la cuestión siguiente, hablando de planificación y del uso racional y eficiente de la energía, que incluyen aspectos como el ahorro y el consumo. No se obtienen los mismos resultados cuando se activa un plan de uso racional y eficiente de la energía en un momento de crisis que en momentos de estabilidad, donde no harían falta propagandas ni campañas defensivas, porque al sospecharse o al comprobarse que hubo irresponsabilidad por parte de quienes tienen la obligación de sostener estable el sistema, surge más el malestar en la ciudadanía contra el sector encargado, que un cambio en la mejora de todo el sistema producto de otro tipo de conciencia que apuntaría más bien a asumir el estado en que actualmente se encuentra el planeta y por lo tanto en la necesidad que existe de parar la depredación, la contaminación y la emisión de gases de efecto invernadero.

-AL: Sí, eso es muy importante. Por ejemplo, hace un año, en los momentos en que no hemos estado ante la misma situación, pero previendo que esto iba a suceder, se podía haber implementado un plan muy preciso de racionamiento y ahorro programado, que permitiera suavizar este punto de inflexión por el que estamos pasando, y así, los niveles se hubiesen mantenido en una cota aceptable y no hubiésemos tenido que llegar a un nivel de emergencia, donde tenemos que racionar de manera extrema.

-BP: Sí, por eso, como parte de una planificación preventiva y, a la vez, de una nueva conciencia en cuanto a la generación y uso de la energía, está la implementación de las energías renovables. Nosotros tenemos dos Parques Eólicos que hay que reactivar también. Tú has sido coautor de una propuesta energética para el país que incluye las energías renovables y cuyos resultados podrían verse a mediano y largo plazo. Hablo de los TES, de los ‘territorios energéticamente sustentables’, que podrían cambiar el panorama energético de la Venezuela del siglo XXI.

-AL: Podemos recuperar el Parque Termoeléctrico y darle un aire más seguro al sistema, pero no nos podemos quedar ahí. Es bueno por esto que estás diciendo acotar un aspecto. Hay que decir que muchas de las fallas que presenta el Parque Termoeléctrico son por la utilización del gasoil, cuestión que requiere una mayor frecuencia de mantenimiento para las unidades turbo-gas. Por lo tanto, emigrar al uso de gas natural en lugar de gasoil es muchísimo menos contaminante y las máquinas presentarían un desempeño mejor, pues requerirían de un menor esfuerzo de mantenimiento y mayor confiabilidad. Por lo tanto, en un mediano plazo, habría que incluir la migración a gas de todo el Parque Termoeléctrico, empezando por el occidente del país.

«En este mismo mediano plazo, nosotros tenemos que recuperar los proyectos de electrificación de energías renovables en el occidente del país, fundamentalmente los de Paraguaná y La Guajira, que son las zonas con mayor potencial eólico de la República, al presentar un aprovechamiento eólico muy importante derivado de los vientos alisios que nos dan vientos de altísima calidad».

-AL: A través de los Parques Eólicos de Paraguaná y La Guajira, nosotros pudiésemos, en un mediano y largo plazo, suplir la demanda del occidente del país de manera sustentable con energías renovables no contaminantes y liberando el gasoil que quemamos en las Plantas Termoeléctricas para su exportación, incrementando así los ingresos de la República. Es decir, podríamos hacer una inversión que nos permita liberar este gasoil, recuperar dinero, con lo cual también apalancamos la inversión en energías renovables. Es un ciclo de retroalimentación. En este sentido, muchas personas dicen también que las energías renovables son muy costosas, para nosotros son igualmente costosas, sin embargo, generan un ingreso porque liberan gasoil. En cuatro años y medio podríamos recuperar la inversión de los Parques Eólicos, de un Parque Eólico como La Guajira que podría generar 2000 MW, en una primera fase, y hasta 5000 y 10000 MW. En una fase de generación de 2000 MW, recuperaríamos en 4 años y medio la inversión, porque todo el gasoil que se quema en las centrales termoeléctricas quedaría libre para la exportación y actualmente ese dinero no está entrando a la República. Es como le sucede a un panadero cuando su familia se come el pan y no hay pan que vender.

Necesitamos unos 5000 MW entre los dos Parques Eólicos con un sustento de las Termoeléctricas a gas para mantener un equilibrio dinámico de la generación que nos permita tener autonomía en las regiones del país que demandan una cantidad importante y darle una mayor estabilidad al Sistema Eléctrico Nacional para evitar los fallos, caídas en el servicio e interrupción que van en detrimento de la calidad del servicio.

Un cambio de paradigma energético: El impulso de los ‘territorios energéticamente sustentables’

-AL: Nosotros hemos venido participando también con grupos ecologistas, distintos movimientos y comunidades, en la propuesta de desarrollo de los ‘territorios energéticamente sustentables’, los TES. Esta propuesta se enmarca en la necesidad de hacer a la República autónoma energéticamente. Aunque nosotros tenemos el petróleo suficiente para abastecer un Parque Termoeléctrico Nacional, esto no es ya éticamente aceptable, dado que de acuerdo a los estudios que se han realizado sobre calentamiento global y cambio climático, la generación termoeléctrica es un factor determinante para el calentamiento global. Por lo tanto, nosotros no podemos ya apelar a este tipo de generación derrochadora y provocadora de gases de efecto invernadero, teniendo fuentes eólicas y solares que son más seguras. Entonces nosotros tenemos que hacer avanzar el país para que se blinde ante las variaciones climáticas, ante las variaciones en los precios del petróleo, ante las fluctuaciones de los mercados del capital internacional, mientras que la energía eólica podría ir liberando nuestro Sistema Eléctrico Nacional de la energía fósil.

El otro aspecto faltante que hay que mencionar es el aporte que puede surgir de las comunidades, comunas, regiones, ciudades, estados, si aprovechan sus propios recursos. En los estados Zulia y Falcón hay sol y viento, en Los Llanos también hay sol y un cierto potencial geotérmico, en Los Andes, la gran cantidad de ríos nos permite pequeñas centrales hidroeléctricas y también hay viento. En el oriente del país ya está bastante desarrollado el potencial hidroeléctrico, y en el nororiente, el potencial eólico y solar también es muy importante. Cada quien de acuerdo con sus potencialidades puede desarrollar un sistema autónomo y sustentable a nivel regional y no un sistema centralizado como el que tenemos, que se va a convertir en un elefante blanco ingobernable, lo que no ocurriría si se activan pequeñas agrupaciones de sistemas eléctricos interconectados, con una fuente primaria de energía fundamentalmente renovable que permita que cada pequeña región tenga su sistema blindado ante situaciones exteriores.

«Esta sí sería una verdadera soberanía energética: la descentralización de la energía, la democratización del acceso a la energía, un cambio de los paradigmas energéticos, un cambio de los paradigmas financieros y de mercado hacia un sistema energético verdaderamente sustentable, democrático, participativo, verdaderamente protagónico, como lo establece la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999»

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.