Uno de los problemas que tiene este país es la existencia de dos grandes sindicatos que durante años han pactado sistemáticamente con cada gobierno reforma tras reforma, mientras trataban de contener la protesta social. Aunque existan en su seno personas que se esfuerzan por defender los derechos de los trabajadores, las cúpulas sindicales de UGT […]
Uno de los problemas que tiene este país es la existencia de dos grandes sindicatos que durante años han pactado sistemáticamente con cada gobierno reforma tras reforma, mientras trataban de contener la protesta social. Aunque existan en su seno personas que se esfuerzan por defender los derechos de los trabajadores, las cúpulas sindicales de UGT y CCOO están más interesadas en la concertación y el mantenimiento de parcelas de poder que cualquier otra cosa. Hace ya tiempo que muchas personas se han hecho conscientes de ello, como se vio con las mareas que trataron de actuar al margen de ambos sindicatos, y como denuncian también los sindicatos «alternativos» o de clase, como CGT, CNT, Solidaridad Obrera, Co.bas, sindicatos regionales combativos y el Sindicato Andaluz de Trabajadores.
Durante los últimos años el Sindicato Andaluz de Trabajadores ha sido un referente para muchas de nosotras, aunque no seamos andaluzas. En una tierra tan marcada por las diferencias sociales, donde se encuentran los latifundios de los mayores terratenientes de España, el Sindicato de Obreros del Campo (SOC), germen del SAT, ha luchado continuamente por hacer frente a la opresión que vivían los jornaleros. Han ocupado tierras de terratenientes, han denunciado a empresarios déspotas que maltrataban jornaleros empleados ilegalmente a cambio de una miseria. Han sido capaces de crear en Marinaleda un ejemplo de autogobierno y rebeldía anticapitalista, donde las vecinas no sufren la penuria del alojamiento porque entre todos construyen las casas y las pagan a 20 euros al mes; además producen aceite mediante una cooperativa. Marinaleda es un ejemplo de que es posible vivir del campo, en medio de una provincia asolada por el desempleo.
En los años de revueltas que siguieron al 15M, el Sindicato Andaluz de Trabajadores se ha destacado por la ocupación de la finca de las Turquillas perteneciente al Ministerio de Defensa, o por las acciones de expropiación de alimentos y material escolar para familias de bajos recursos (distinto al robo: uno roba para sí mismo) en grandes superficies como Carrefour o Mercadona. Su defensa de los jornaleros inmigrantes le ha valido al SAT un fuerte apoyo entre inmigrantes extranjeros que son particularmente explotados por los empresarios agrícolas.
Por todas las acciones de lucha, por todos los enfrentamientos con los terratenientes y con los poderes establecidos, los y las militantes del SAT han sufrido una represión sin par en el Estado español. Actualmente el SAT tiene 637 sindicalistas procesados a los que piden 435 años de cárcel y 743.000 € en multas. Es un acoso policial constante que busca acabar con el importante apoyo social que ha conseguido este sindicato entre las capas sociales más humildes. Las multas colocan a las familias trabajadoras en situaciones difíciles, y los antecedentes penales desincentivan la protesta porque nuevas acciones pueden llevar a la cárcel.
Así le ha ocurrido a Andrés Bódalo, que fue jornalero durante años, sindicalista del SAT con muchas acciones a sus espaldas y que en 2012 se hallaba liderando una protesta de vecinos de Jódar, en la provincia de Jaén. La fuerte sequía de ese año dejó a casi la mitad del pueblo en el desempleo. Quienes no emigraron a trabajar a Navarra o Castilla la Mancha estaban pasando penurias económicas; por eso se decidió un encierro en el centro cultural de Jódar que se inició a primeros de septiembre. El objetivo era conseguir del ayuntamiento un plan de empleo especial, pero el ayuntamiento gobernado por el PSOE prefirió ignorar la protesta. Cada día una quincena de personas salían del encierro para realizar alguna acción decidida en asamblea la noche anterior. Por ejemplo, ir a barrer la avenida principal. Un día cuando llevaban ya tres semanas de encierro, unas quince personas estaban volviendo al centro cultural después de una acción. El teniente de alcalde les vio desde el ayuntamiento, bajó y se acercó a pocos pasos. Las activistas se encararon con el teniente de alcalde y hubo momentos de tensión con algún forcejeo. Andrés Bódalo se hallaba detrás con un megáfono diciendo a los suyos que se retiraran y no hicieran nada violento. Pero el teniente de alcalde aprovechó la ocasión para criminalizar al movimiento, y ese mismo día las quince personas fueron detenidas acusadas de violencia. Al llegar el juicio sin embargo el juez absolvió a todas excepto a tres: dos que quedaron con una condena de año y medio (y no podían por tanto entrar a la cárcel) y Andrés Bódalo, con una condena de tres años y medio de prisión.
Las sindicalistas del SAT han venido caminando desde Jaén como hicieron los mineros, y al llegar a Madrid se han puesto en huelga de hambre; el 27 de mayo es el duodécimo día sin comer. Reclaman que Andrés Bódalo salga de la cárcel, pero también en sus discursos exigen cada día libertad para Alfon, Nahuel y todxs lxs detenidxs por luchar en el Estado español. No se trata de una protesta obrera sin más: se trata de reivindicar la dignidad de la gente más humilde, a quienes el sistema capitalista convierte cada vez más en excedentes, expulsa del mercado de trabajo, segrega y reprime si se atreven a protestar. Bódalo no tuvo una defensa judicial efectiva porque el juez no admitió los testimonios y vídeos de la defensa y un error administrativo le impidió apelar al Tribunal Supremo. Señalar esto es poner de manifiesto la arbitrariedad de la represión estatal contra los luchadores sociales que se enfrentan con fuerza a las injusticias del sistema capitalista. Si el pulso por la libertad de Bódalo se gana, será un paso importante en la concientización de la sociedad acerca del problema de lxs presxs políticxs y sociales, que van en aumento con la represión creciente del movimiento social.
Por eso te animo a que si estás en Madrid pases por el campamento en huelga de hambre a firmar por la libertad de Andrés Bódalo, a escuchar hablar a las sindicalistas y aportarles apoyo material y moral. Y que te sumes a la concentración del viernes 27 de mayo, a las 20h en Sol.
Si nos tocan a una, nos tocan a todas. La lucha es el único camino. Andres Bódalo libertad, presas políticas libertad.
Fuente: http://tenemosderechoatrabajar.blogspot.com.es/2016/05/hasta-que-la-dignidad-se-haga-costumbre.html
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