Los tres concejales del grupo municipal de la CUP en el Ayuntamiento de Barcelona llevaron al pleno del pasado viernes 1 octubre una proposición que solicitaba la retirada de la escultura de Cristóbal Colón, la que puede visitarse al final de la invadida, turísticamente hablando, Rambla barcelonesa. El texto -se sometió a votación con motivo […]
Los tres concejales del grupo municipal de la CUP en el Ayuntamiento de Barcelona llevaron al pleno del pasado viernes 1 octubre una proposición que solicitaba la retirada de la escultura de Cristóbal Colón, la que puede visitarse al final de la invadida, turísticamente hablando, Rambla barcelonesa. El texto -se sometió a votación con motivo de la celebración del 12 de octubre- pedía también «la retirada de banderas españolas y otros símbolos monárquicos de los edificios municipales; la retirada de la escultura del esclavista Antonio López; que el 12 de octubre sea laborable» [1]. En lugar de Colón, la CUP proponía poner un símbolo de la resistencia americana «contra el imperialismo, la opresión y la segregación indígena (y afroamericana)». En el caso de la escultura de López, la propuesta solicitaba sustituirla por un «monumento de homenaje y reparación a todas las víctimas del tráfico de esclavos». La proposición afirmaba que el 12 de octubre, «fecha de la llegada de Cristóbal Colón a las costas americanas, representa un acto intolerable de enaltecimiento del colonialismo y el imperialismo», además de referirse al «genocidio de la población indígena americana por parte de los colonizadores-conquistadores, y un acto de nacionalismo español agresivo contra todos los pueblos que oprime y ha oprimido». ¿Los pueblos que oprime, que sigue oprimiendo, el nacionalismo español? ¿Y qué pueblos oprime ahora el nacionalismo español? ¿El castellano, el andaluz, el extremeño, el aragonés ? ¿Se estaban refiriendo -¡no puede ser, no puede ser!- los concejales cupaires al pueblo vasco o al catalán, aquellos que viven en los territorios españoles con mayor renta per cápita? Vivir para sorprenderse.
Pero tanto da, pelillos a la mar. Vale, de acuerdo, sea así. Ni Colón, ni 12 de octubre, ni Antonio López, ni símbolos imperiales, ni actos coloniales y, por si fuera poco, día laborable en el Ayuntamiento de Badalona… aunque las cosas, algunas de ellas, tienen a veces una complejidad mayor: el 12-O [2], que nadie en su sano juicio republicano puede reivindicar, el fascismo español ubicó sobre esa fecha una mancha profunda e incorregible, es mucho más, mirado históricamente, que la manifestación del rancio y zafio nacionalismo español. Pretendió ser una fiesta de hermandad entre naciones. El 12O nació en Argentina, no en España ni en el «Estado español», de la mano del presidente radical Hipólito Yrigoyen (de origen vasco por cierto), con el más que peligroso nombre de «Día de la Raza», si bien raza no tenía entonces el significado actual. Actualmente es fiesta en algunos países latinoamericanos, Brasil incluido.
Pero la cuestión, nuestra cuestión: ¿sólo estos nombres, sólo estas esculturas, sólo esos símbolos merecen nuestra consideración crítica, nuestra manifiesta desconsideración? ¿Y eso por qué?
¿Y qué hacemos con la escultura en vía principalísima de Barcelona dedicada a un industrial y político, de horrible curriculum antiobrero, que apoyó el golpe fascista llamado Francesc Cambó? ¿Y con la avenida que lleva su nombre al lado de la Catedral? ¿Las tocamos o las dejamos señores cupaires?
¿Y con la escultura del doctor Bartomeu Robert, como señala «Gerónimo», el que fuera alcalde de Barcelona, el que teorizó sobre «la raza catalana» y la capacidad craneal de los catalanes y la de otros pueblos españoles?
¿Desmontamos también la Sagrada Familia? ¿Y qué hacemos con la Pedrera y el parque? ¿No se construyeron acaso con el capital acumulado tras la aventura colonial por los Güell, socios, parientes y amigos amiguísimos del Marqués de Comillas?
¿El colonialismo y el maltrato criminal han sido una marcas exclusivas de la monarquía española? ¿De verdad? ¿Recordamos las hazañas bélicas en la expansión de la Corona de Aragón, la ahora llama da Corona catalano-aragonesa? ¿Qué pasó en Mallorca? ¿No hubo trata de esclavos con los «indígenas» de la isla? ¿Y en Valencia? ¿Qué paso entre la rendición -9 de octubre- y la entrada de las mesnadas cristianas algunos días después? ¿No se expulsó, prácticamente, a toda la población de la ciudad para repartir sus casas y posesiones entre los generosos conquistadores? Insisto y remarco: entre los conquistadores (no castellanos), palabra ajustada.
¿Y por qué será que en L’Alguer se habla catalán? ¿Una casualidad histórica? ¿Una pacífica penetración cultural? ¿No será porque sus habitantes originarios opusieron una feroz resistencia a la conquista no castellana -¡de nuevo la palabra!- y se hizo lo que se hizo y hubo necesidad entonces de repoblar la ciudad? ¿Cuántos muertos en aquella agresión colonial?
En síntesis: la CUP, de nuevo, no es la primera vez, mira la Historia con doble y asimétrica perspectiva: cuando mira a España, espíritu crítico, radical, golpeador total, sin apenas excepciones (jamás se cita a la II República y su renuncia a la guerra), és una merda mierdosa. ¡Caña al mono fachoso! Cuando mira la historia de Cataluña, aparte de tragarse mil sapos y cien mil mitos y olvidarse de un millón de «acontecimientos», tot són flors i violes, tot és impecable. ¡Una maravilla maravillosa! ¡La historia de Ítaca y de un pueblo oprimido en proceso de liberación de los esclavistas españoles!
Per favor… ¡No más cuentos, como recomendó nuestro León Felipe, y a ver si nos miramos un poco más nuestro propio ombligo! Que a veces huele muy pero que muy mal. Y si queremos hacer el 12O un día laborable (Badalona lo ha acordado en el Ayuntamiento), cosa a la que no me opongo, pensemos también en otros días: 8 de diciembre, el mismo 11 de septiembre (una fecha mal elegida sabiendo que era un error) , etc.
Notas:
1) Clara Blanchar/ Javier Doria, «La CUP pide retirar la estatua…», El País, 27 de septiembre de 2016, p. 23.
2) Tomo pie para estas informaciones en Gerónimo, «El 12-O, entre la demagogia y la banalización» http://www.rebelion.org/noticia.php?id=217664
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