A ocho días de concluir su mandato, Barack Obama ha puesto fin a la llamada política de «pies secos, pies mojados», aplicada por Estados Unidos desde 1996 para inmigrantes cubanos que han llegado ilegalmente a ese país. Asimismo se anunció la derogación del programa Parole para médicos cubanos en misión. «Hoy, EE.UU. está dando pasos […]
A ocho días de concluir su mandato, Barack Obama ha puesto fin a la llamada política de «pies secos, pies mojados», aplicada por Estados Unidos desde 1996 para inmigrantes cubanos que han llegado ilegalmente a ese país. Asimismo se anunció la derogación del programa Parole para médicos cubanos en misión.
«Hoy, EE.UU. está dando pasos importantes para avanzar hacia la normalización de relaciones con Cuba y darle una mayor consistencia a nuestra política migratoria (…)», reza el comunicado del presidente Barack Obama.
Statement by @POTUS on Cuban immigration policy: pic.twitter.com/Ibe2125dbw
– The White House (@WhiteHouse) January 12, 2017
De acuerdo con Obama, esta política fue «puesta en marcha hace más de veinte años y fue diseñada para una era diferente».
«De inmediato, los cubanos que intenten ingresar a los Estados Unidos ilegalmente y no califiquen para ayuda humanitaria estarán sujetos a deportación. (…) estamos tratando a los emigrantes cubanos de la misma manera que tratamos a los migrantes de otros países», apuntó.
Este anuncio es parte de una Declaración Conjunta con el gobierno cubano, el cual también ha considerado este momento como un «importante paso en el avance de las relaciones bilaterales», como garantía de «una migración regular, segura y ordenada».
Según el comunicado emitido por Cuba, la aplicación para los cubanos de los mismos procedimientos y normas migratorias que al resto de los migrantes «es una señal positiva en el propósito de eliminar las exclusividades en el caso de los cubanos, que tienen un marcado matiz político».
Cuba manifestó su conformidad con comenzar recibir de regreso a de nacionales cubanos con órdenes de retorno emitidas por los Estados Unidos.
En cuanto al Programa Parole, proporcionaba un trato preferencial al personal médico cubano, el cual, dijo Obama, «contradice estos esfuerzos [trabajar juntos para combatir enfermedades que ponen en peligro la salud y la vida de nuestra gente] y corre el riesgo de dañar al pueblo cubano», explica el presidente saliente de los Estados Unidos.
En su mensaje, Obama defendió el acercamiento entre ambas naciones como «la mejor manera de garantizar que los cubanos puedan disfrutar de prosperidad, buscar reformas y determinar su propio destino. (… ) Tal como dije en La Habana, el futuro de Cuba debería estar en manos de los cubanos», insistió.
«Pies secos, pies mojados»
Califican como pies secos –dry foot- no solo los cubanos que llegan por mar, sino también los que se presentan ante un oficial fronterizo llegando desde México, a quienes se llama dusty foot o pies con polvo, porque se trata de una zona desértica. También pueden considerarse los cubanos que llegan por avión a un aeropuerto de los Estados Unidos o alguno de sus territorios -por ejemplo, Puerto Rico- sin una visa válida y piden asilo al llegar.
Quienes se encuentren ya en proceso bajo la política de «pies secos, pies mojados» y el programa Parole podrán continuar hacia la obtención de estatus legal.
«Creo que cambiar esta política obsoleta para ser justos con todos y también para evitar que la gente abuse del sistema es lo correcto», dijo a El Nuevo Herald el senador de la Florida Bill Nelson.
Los rumores sobre el fin de la política se han extendido en Cuba desde el acercamiento de 2014 entre los dos países, lo que provocó una oleada migratoria de cubanos especialmente por América continental. En el año anterior a que Obama y el presidente cubano Raúl Castro anunciaran la apertura, 24 278 cubanos llegaron a Estados Unidos. Ese número casi se duplicó en 2015 y subió a 46 635 en los primeros diez meses de 2016, según el Pew Research Center.
Los antecedentes
Cuba y los Estados Unidos firmaron su primer acuerdo migratorio en 1984, por medio del cual la Isla aceptó recibir de vuelta a emigrantes cubanos considerados como «excluibles» por las leyes norteamericanas, mientras el gobierno norteamericano permitiría la entrada anual de 20 000 cubanos que quisieran emigrar a ese país.
Diez años después, tras la llamada «crisis de los balseros», se adoptó un nuevo acuerdo entre ambas naciones. Mediante el mismo, el gobierno estadounidense se comprometió a devolver a todos los emigrantes cubanos rescatados en el mar y Cuba a tomar medidas efectivas para impedir el transporte ilícito de personas hacia los Estados Unidos.
En 1995, un convenio complementario al del año anterior centró sus acuerdos principalmente en solucionar el problema de los ilegales cubanos en la Base Naval de Guantánamo.
A partir de entonces continuaron las rondas de conversaciones sobre asuntos migratorios entre representantes de los dos países. Luego del 17D se han mantenido los diálogos de manera estable en los que se ha evaluado el cumplimiento de los acuerdos vigentes, entre ellos la emisión de no menos de 20 mil visas para emigrantes cubanos y para las visitas temporales de a los Estados Unidos.
En estos intercambios, Cuba había reiterado su desacuerdo con la Ley de Ajuste Cubano y la política de pies secos, pies mojados, así como con la política estadounidense dirigida a alentar a profesionales y técnicos cubanos de la salud a abandonar sus misiones en terceros países, derogada ahora.