El diminuto país insular de Antigua y Barbuda lanzó un sentido pedido de apoyo a la comunidad internacional para hacer frente a los devastadores efectos del cambio climático en el Caribe.
Autoridades de la pintoresca Antigua y Barbuda aseguran que protegen la «belleza natural» en la lucha contra el cambio climático. Crédito: Desmond Brown/IPS.
SAINT JOHN, 20 abr 2017 (IPS) – El diminuto país insular de Antigua y Barbuda lanzó un sentido pedido de apoyo a la comunidad internacional para hacer frente a los devastadores efectos del cambio climático en el Caribe.
Reclamando «medidas adicionales», el ministro de Ambiente, Molwyn Joseph, dijo que el Acuerdo de París debe volverse la piedra angular para promover el desarrollo socioeconómico de los países.
«Uno de los enfoques que adoptamos en Antigua y Barbuda, que creo que resultará beneficioso para otros pequeños estados insulares en desarrollo (PEID) y otros países en desarrollo, es que los que tenemos instituciones desarrolladas busquemos ayudar a otros», explicó.
«Me gustaría invitar a otros países, con instituciones sólidas, a asumir el desafío, no solo de ver cómo combatir el cambio climático a escala local y nacional, sino, cuando sea posible, adoptar enfoques regionales y globales», añadió Joseph.
El Acuerdo de París, que entró en vigor en noviembre de 2016, reúne a todas las naciones detrás de una causa común: realizar esfuerzos ambiciosos para contener el recalentamiento planetario y adaptarse a los efectos del fenómeno, con un mayor apoyo para que también los países en desarrollo puedan lograrlo.
Su objetivo central es fortalecer la respuesta global a la amenaza del recalentamiento planetario impidiendo que el aumento de la temperatura promedio global supere los dos grados centígrados este siglo, en relación a los volúmenes registrados en la época preindustrial, y buscar la forma de que este no supere 1,5 grados.
A principios de este mes, Antigua y Barbuda fue sede de la 16 reunión de los países participantes en el Diálogo de Cartagena para la Acción Progresiva.
El Diálogo es un espacio informal «abierto a países que trabajan hacia un régimen ambicioso, integral y vinculante en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y comprometidos, a escala local, a volverse o seguir siendo economías con bajas emisiones de carbono», como se define.
La iniciativa procura «discutir de forma abierta y constructiva las razones detrás de las posiciones de cada uno, explorando áreas de convergencia y la posibilidad de acciones conjuntas». Es uno de los pocos grupos dentro de las negociaciones climáticas de las Naciones Unidas que reúne a negociadores del Sur y el Norte global.
Joseph dijo a los delegados que «como nación tenemos mucho que perder» y les urgió a asegurarse de que el Acuerdo de París sirva al futuro de todas las naciones y se vuelva la piedra angular para promover el desarrollo económico, social y otros.
«Imaginen un mundo en que las arenas blancas y los arrecifes de coral como los que están frente a estas costas se vuelvan una rareza; donde los glaciares y las cimas nevadas de las montañas no sean más que una postal; donde las sequías, las tormentas, el hambre y las epidemias se vuelvan más intensas y más comunes», invitó Joseph.
«Donde el peor escenario del cambio climático se haya hecho realidad. Y con esa grave imagen mental de lo que se juega la humanidad, colaboremos seriamente para asegurarnos de que esos horrores nunca se concreten», añadió.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores, Charles Fernández, dijo que como miembros del PEID, pelean por la «belleza natural» de Antigua y Barbuda.
«A veces veo cómo reaccionan los países grandes y ricos a la llegada de un gran huracán», dijo a IPS.
«Cuando veo las largas filas de vehículos tratando de escapar de una tormenta cruzando la frontera estadual o internacional, siempre me pregunto qué harían si vivieran acá. Nosotros los pequeños isleños tenemos que estar listos para atrincherarnos y soportalo. Y cuando pasa, desempolvarnos y juntar los pedazos», relató.
«Por eso, para los que vivimos en islas pequeñas, el cambio climático es una amenaza existencial a nuestra supervivencia y a nuestro estilo de vida», precisó.
«Y por eso, muchos de nosotros firmamos y comenzamos a trabajar en la implementación del Acuerdo de París. Y por eso también, le tenemos fe a la comunidad internacional para encontrar soluciones sólidas al cambio climático», añadió Fernández.
El Diálogo de Cartagena es un mecanismo mediante el cual los países miran más allá de los compromisos identificados para crear nuevos y ambiciosos acuerdos vinculantes en materia climática.
Joseph señaló que la creación de ese tipo de régimen requerirá la unión de muchas y varias mentes en relación con una lista impresionante de asuntos complejos.
«Desde la promoción al acceso de tecnologías apropiadas que ayudarán a las naciones a perseguir el desarrollo económico a la vez que mitigar la producción de gases invernadero y asegurarse que otras estrategias, como la creación de conciencia pública, la educación, las finanzas, la identificación de sectores específicos y los límites nacionales, todos merecen nuestra mayor consideración para lograr nuestros objetivos», subrayó.
«Aquí en Antigua y Barbuda, el gobierno está en proceso de desarrollar regulaciones para impulsar mejor la implementación del Acuerdo de París. Pero ese será solo una de las varias medidas necesarias para poner a este país en el camino de hacer frente al cambio climático», observó.
«Buscamos de forma agresiva acreditar varios mecanismos y esperamos que nuestras experiencias, tanto en el proceso de acreditación como en la implementación, sirvan como ejemplo y mejores prácticas para que otros PEID y países en desarrollo persigan sus propias acciones contra el cambio climático», añadió.
Antigua y Barbuda es el primero y, actualmente, el único del Caribe oriental en lograr la acreditación al Fondo de Adaptación.
«Decidimos en tanto que miembros de la Organización de Estados del Caribe Oriental usar ese estatus no solo para nuestro propio mejoramiento, sino también para el de nuestros socios de la región al colocarnos como entidad regional implementadora, mejorando su acceso a mecanismos financieros», remarcó Joseph.
El Acuerdo de París fue ratificado por 55 partes, que concentran 55 por ciento de las emisiones globales.
No estaba previsto que el documento entrara en vigor antes de 2020, pero países como Antigua y Barbuda han demostrado un probado liderazgo para hacer frente al cambio climático y reducir las emisiones contaminantes, y así evitar que la temperatura aumente más de 1,5 grados.
Traducido por Verónica Firme
Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2017/04/imaginen-un-mundo-donde-el-peor-escenario-se-haya-hecho-realidad/