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Contra las sombras de las adicciones

Fuentes: Granma

Villa El Quinqué es parte de la Comercializadora de los Servicios Médicos Cubanos, Sucursal Holguín y aunque el tratamiento que ofrece no es de los más caros del mundo, anualmente proporciona al Sistema de Salud Pública de Cuba ingresos que oscilan entre un millón y medio y dos millones de dólares

La conversación de la mujer fluye. Expone las virtudes de un procedimiento médico contra las adicciones e insiste en que se apela a los psicofármacos en los casos imprescindibles, con cuidado extremo para evitar nuevos patrones de consumo.

Es decisivo, dice, el desempeño de un equipo multidisciplinario que aborda el problema a partir de las perspectivas psiquiátrica, psicológica y social, al tiempo que particulariza en cada paciente. A continuación, relata con lujo de detalles el profundo trabajo que el personal médico realiza con los familiares de los adictos.

Pero la mujer no es terapeuta. Confiesa que es una madre puertorriqueña, rebosante de agradecimiento. Y es ahí cuando la emoción la asalta, y le roba la voz por un instante. Al retomar la palabra agradece al colectivo de la Comunidad Terapéutica Internacional Villa El Quinqué por salvar la vida de su hijo.

Antes, ella y su esposo, enviaron al muchacho a centros de rehabilitación de otros países, pero no lograron los progresos esperados. Ahora, tras un periodo de tratamiento integral en esta instalación médica, el pupilo transita con éxito la etapa de reinserción social.

ENFOQUE NETAMENTE PSICOTERAPÉUTICO

El centro ubicado en las proximidades de la ciudad de Holguín cumplió recientemente 27 años de labor. A él han acudido, procedentes de 57 países, más de 4 400 pacientes. Cerca del 50 % ha logrado la rehabilitación. El resultado supera la media internacional, fijada en 20 %.

Varios factores hacen la diferencia. La doctora Danny Velázquez Benítez, directora médica de la institución, asegura que el acierto principal del Programa Cubano para la Rehabilitación de Pacientes Adictos a múltiples sustancias, denominado Nuevo Día, es su enfoque netamente psicoterapéutico, con métodos científicamente validados y ejecutados por un equipo multidisciplinario de especialistas.

«Aquí se trabaja la problemática individual. Cada paciente tiene un terapeuta de asistencia responsable de conducirlo durante todo el tratamiento. Se trata de un psiquiatra o un psicólogo encargado de hacer la revisión de la historia del paciente desde la infancia hasta el momento por el que transita. También le organiza la vida una vez que egrese de nuestra institución».

Otra peculiaridad del programa es la psicoterapia didáctica mediante módulos. Por ejemplo, el de adicción es muy importante porque el paciente obtiene los conocimientos acerca de la enfermedad, sus síntomas y etapas, así como las consecuencias.

«Le sigue el de personalidad, en el cual el enfermo aprende a determinar los trastornos que padece. Luego transita por el de familia, donde, entre otras cosas, identifica si la misma es funcional o disfuncional y recibe recomendaciones para interactuar».

Igualmente imparten un módulo de alcoholismo. La razón es advertir a los pacientes que no lo padecen, la vulnerabilidad a asumir conductas sustitutas y recurrir al alcohol, identificado como droga portera.

«Un módulo muy importante es el de reinserción social. Recientemente rescatamos una práctica que consideramos una fortaleza. Con la aprobación de nuestro equipo, tras realizar una evaluación rigurosa, algunos de nuestros egresados pueden integrarse a la Universidad de Holguín y residir en la ciudad.

«Al mismo tiempo vienen a consultas, lo que constituye un seguimiento profesional y fortalece al grupo de internos, con quienes comparten experiencias sobre su evolución».

Durante el tratamiento, los pacientes pasan por diversas áreas, entre ellas la de terapia ocupacional, donde desarrollan habilidades a través del moldeado con barro, la realización de dibujos, arreglos de jardines y otras labores manuales.

El deporte, sobre todo el que incentiva la actividad muscular, tiene un papel importante en el incremento de la autoestima, la disminución de la dependencia de los psicofármacos y el restablecimiento en general, porque restituye actitudes volitivas y favorece las relaciones personales cuando se practica en colectivo.

Aquí hay mucho respeto por los aportes que ha hecho Joel Peña Orges, Máster en Planificación y Dosificación de Ejercicios Físicos. Los resultados de sus investigaciones son parte del protocolo de aplicación del ejercicio físico en la Rehabilitación de Pacientes Adictos, en uso en otras clínicas de este tipo del país.

Las adicciones deben ser combatidas con todos los procedimientos disponibles, plantea la doctora Danny. El seguimiento permanente que da al tema de las drogas, le permite afirmar que en 1990 la mayoría de los pacientes eran por lo general europeos dependientes de la heroína, pero alrededor del 2005 el tóxico apareció con fuerza en América Latina y creció el número de pacientes de esta área geográfica.

BENEFICIOS Y DESAFÍOS

Villa El Quinqué es parte de la Comercializadora de los Servicios Médicos Cubanos, Sucursal Holguín y aunque el tratamiento que ofrece no es de los más caros del mundo, anualmente proporciona al Sistema de Salud Pública de Cuba ingresos que oscilan entre un millón y medio y dos millones de dólares.

Los datos los brinda Romilio Rodríguez Sánchez, director administrativo, quien acentúa que la necesidad de captar divisas no demerita la labor inmensamente humana que realizan al rehabilitar a seres condenados a una existencia azarosa.

Enumera desafíos. Deben estar a tono con las tendencias actuales del mundo en la terapia ocupacional. Así pretenden ampliar el diapasón de las manualidades para que en el periodo de rehabilitación el paciente pueda incorporar nuevas habilidades y oficios.

«Tenemos que avanzar tecnológicamente. Nuestro público es oculto; no sale a la calle diciendo que es adicto. Por eso hay que apelar a las bondades actuales de la comunicación Online para hacer llegar a los interesados nuestros servicios».

El interés por mantener su bien ganada fama ha impuesto a la clínica un proceso transformador que emerge en las acciones de superación del personal del restaurante para desarrollar la denominada gastronomía de calidad de vida, que, entre otras cosas, oferta alimentos sanos, sin grandes cargas de condimentos, y evade los cocteles con alcohol.

A la vez se han restaurado habitaciones, salas de estar, el gimnasio y la piscina. En las bien conservadas áreas exteriores, a la sombra de los árboles, han instalado «palapas», armazones de madera que recuerdan las glorietas, apropiadas para realizar terapias al aire libre, según las tendencias de las clínicas de este tipo en el mundo.

«Nuestra comunidad terapéutica es una gran familia, lo cual se manifiesta en el comportamiento de todo el personal. Los trabajadores de servicio tienen conocimientos de los síntomas de los pacientes porque han recibido preparación previa y son muy estables en sus puestos. Lo principal es su sensibilidad humana y capacidad de amar esta compleja labor».

Un rato después, Arturo Aguilera Alfonso, a cargo de la higienización de la piscina, se toma un breve descanso para explicar que labora en Villa El Quinqué desde que fue abierta como establecimiento médico para tratar las adicciones. Ha vivido muchos momentos emocionantes, pero los más intensos son los reencuentros con pacientes totalmente rehabilitados.

Relata que recorren la instalación y se detienen en los sitios preferidos, saludan afablemente y presentan a los familiares que los acompañan.

«Dicen que esta es su casa. Es la manera de agradecer a todos los que trabajamos aquí y ayudamos a salvarlos».

Fuente: http://www.granma.cu/salud/2018-02-20/contra-las-sombras-de-las-adicciones-20-02-2018-18-02-49