Recomiendo:
0

Novedad editorial

Crítica de la (sin)razón nuclear. Fukushima, un Chernóbil a cámara lenta

Fuentes: Rebelión

Mientras las fuerzas motrices de la producción sean el beneficio y la expansión de las empresas que buscan los beneficios y mientras la renta de los trabajadores se mantengan a la baja precisamente para permitir un aumento en los beneficios y una expansión más rápida de las empresas, aumentará el crecimiento del poder de la […]


Mientras las fuerzas motrices de la producción sean el beneficio y la expansión de las empresas que buscan los beneficios y mientras la renta de los trabajadores se mantengan a la baja precisamente para permitir un aumento en los beneficios y una expansión más rápida de las empresas, aumentará el crecimiento del poder de la sociedad para intentar dejar atrás su capacidad de consumo. Y si esta contradicción es más profunda y penetrante hoy día que en tiempos de Marx, la razón es que, en el periodo transcurrido, el proceso de concentración y centralización del capital -que él reconoció como rasgos inevitables del desarrollo del capitalismo- ha ido tan lejos que los monopolios dominantes tienen hoy día el poder no sólo de explotar a sus propios trabajadores, sino también al de los restantes estratos de la sociedad, ensanchando de este modo la brecha entre la riqueza en un extremo y la pobreza en otro, al mismo tiempo que hay, o pronto podrá haber, un amplio poder productivo para suministrar a todo el mundo sin excepción los medios para vivir humana y decentemente. En estas circunstancias, los economistas han cargado sobre sus hombros la tarea de esconder los hechos, de hacer aparecer lo incontrolable como si estuviera controlado, de racionalizar un sistema que condena a cientos de millones de seres humanos a vivir en la desesperación y el hambre y que, a través de su libertinaje y violencia desmedidos, amenaza la misma continuación de la vida en la tierra. No es una tarea que les envidie. (Paul M. Sweezy, 1975)

Otra alternativa abierta a la humanidad es la energía nuclear. Aunque el stock de esta energía, si se utiliza en los reactores ordinarios, no suma una cantidad mucho mayor que los combustibles fósiles; si se usa en el reactor-reproductor, algunos opinan que podría proporcionar abundante energía para una población de veinte mil millones de personas durante, quizás, un millón de años. Pero este plan a gran escala está lleno de problemas por las consecuencias no previstas para la especie humana, y tal vez para toda la vida terrestre. Representa, de hecho, un auténtico pacto fáustico. Los defensores de este pacto no nos dicen cómo almacenar de manera segura los residuos nucleares. Ni tampoco sugieren qué hacer con las montañas de residuos mineros resultado de la extracción del uranio, del granito de New Hapmshire o de la pizarra bituminosa de Chattanooga. Es una preocupación aún más grave el que sólo sean necesarias unas ocho libras de plutonio 239 para fabricar una simple bomba atómica. Y no existe forma de asegurar que el plutonio 239 no vaya a parar a manos que no están controladas por mentes sensatas. Sólo en Estados Unidos, cientos de libras de material nuclear se encuentran ya sin contabilizar. (Nicholas Georgescu-Roegen, 1977) 

Quienes hablan, hoy, de seguir construyendo reactores nucleares no han comprendido nada de la tragedia de Chernóbil. Y Chernóbil era, quizá, la última advertencia de la que podíamos aprender, si es que ha de existir en el futuro una humanidad libre sobre una Tierra habitable. Mi convicción personal es que la única energía nuclear limpia y segura, que hemos de reivindicar sin tregua, es la de las reacciones de fusión que tienen lugar en el interior del sol y nos llegan luego en forma de bendita luz solar que caldea la atmósfera, mueve los vientos y nutre la vida. (Jorge Riechmann, 2007) Para manipular los residuos nucleares hemos construido un palacio para el olvido. Lo que quedará después de nuestra civilización será, pues, olvido y silencio. Y un veneno escondido en las profundidades de una catedral excavada donde nunca podrá entrar la luz. (Henning Mankell, 2015)

ÍNDICE 

PRÓLOGO: «EL ACTIVISMO PRECISA DE CONOCIMIENTO RIGUROSO Y ÉTICO». MIGUEL MUÑIZ 

PRESENTACIÓN: LA MARCA ATÓMICA COMO LÍNEA DE DEMARCACIÓN DEL ANTROPOCENO.  

1. COORDENADAS NUCLEARES. 

2. UNA BREVE CONSIDERACIÓN SOBRE UNA TECNOLOGÍA INEFICAZ.  

3. LA HECATOMBE DE FUKUSHIMA. 

3.1. FUKUSHIMA, UN CHERNÓBIL A CÁMARA LENTA. 

3.2. ¡NO A LA INDUSTRIA NUCLEAR, NO A LA ENERGÍA NUCLEAR! 

3.3. EL DESASTRE DE FUKUSHIMA MUESTRA EL LADO MÁS OSCURO DE LA INDUSTRIA NUCLEAR. 

3.4. VERDADES, FALSEDADES Y HECATOMBES NUCLEARES. 

3.5. «NO ES TIEMPO SUFICIENTE PARA CONOCER EL IMPACTO SOBRE LA SALUD HUMANA. HAY UN PERÍODO DE LATENCIA DE LOS EFECTOS DE LAS RADIACIONES». 

3.6. FUKUSHIMA, EL RAYO ATÓMICO QUE NO CESA. 

3.7. UN CHERNÓBIL A CÁMARA LENTA QUE SIGUE ACTIVO. 

3.8. LA HECATOMBE NUCLEAR NIPONA NO HA CESADO. 

3.9. SEIS OBSERVACIONES Y UNA REFLEXIÓN HACIA DENTRO. 

4. CINCO MAESTROS REFLEXIONAN SOBE LAS APUESTAS FÁUSTICO-NUCLEARES DE UNA CIVILIZACIÓN IRRESPONSABLE. 

5. CONTRA LAS FALACIAS ATÓMICO-NUCLEARES. 

6. HENNING MANKELL, LOS RESIDUOS RADIACTIVOS Y EL OSCURO LEGADO DE LA HUMANIDAD. 

7. OBSERVACIONES SOBRE CIENCIA, PODER POLÍTICO-MILITAR Y CUENTAS INSACIABLES DE RESULTADOS. 

A MODO DE CONCLUSIÓN. LA ESPERANZA (CON ÉL COMPARTIDA) DE KENZABURO OÉ. 

ANEXO 1. UNA INICIATIVA LEGISLATIVA POPULAR ESPAÑOLA EN TORNO AL CIERRE DE LAS CENTRALES NUCLEARES. 

BIBLIOGRAFÍA 

ÍNDICE ANALÍTICO Y NOMINAL