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Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista

«Conviene no perder de vista los usos sociales y políticos de las concepciones éticas»

Fuentes: Rebelión

Profesor de Historia de Europa y de Teoría de la Historia en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Comahue (Argentina), Ariel Petruccelli ha publicado numerosos ensayos y artículos de marxismo, política y teoría de la historia. Es miembro del consejo asesor de la revista Herramienta. En esta conversación nos centramos en su […]

Profesor de Historia de Europa y de Teoría de la Historia en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Comahue (Argentina), Ariel Petruccelli ha publicado numerosos ensayos y artículos de marxismo, política y teoría de la historia. Es miembro del consejo asesor de la revista Herramienta. En esta conversación nos centramos en su libro Ciencia y utopía, Buenos Aires, Ediciones Herramienta y Editorial El Colectivo, 2016. Se define como «marxista libertario con una amplia participación política en el movimiento estudiantil (en tiempos ya lejanos) y sindical docente». Ha cultivado el humor político en un colectivo de agitadores culturales (El Fracaso) que editó a lo largo de más de una década dos publicaciones satírico-revolucionarias: La Poronguita y El Cascotazo.

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Nos habíamos quedado en este punto, estamos en el último capítulo del libro. Habla usted de que Marx y Engels insistieron siempre en la relatividad e historicidad de las morales concretas existentes. ¿Cómo deben entenderse aquí los términos historicidad y relatividad?

Historicidad significa que los criterios morales cambian con el tiempo. Relatividad implica que tales criterios carecen de fundamentación absoluta, por un lado, y que pueden expresar situaciones diferentes o intereses total o parcialmente contrapuestos, por el otro.

¿Pero usted cree que es posible que, desde diferentes perspectivas de clase, desde diferentes «ideologías» o concepciones del mundo, que se pueda coincidir en un conjunto determinado de valores? Por ejemplo, en la validez de los derechos humanos, pongamos por caso, o en el rechazo de la pena de la muerte o de la violencia de género. 

Sí que lo creo. Estoy convencido de ello. 

Añade: «Tanto Marx como Engels procuraron revelar los intereses particulares que suelen esconderse tras la fachada de los derechos universales y el interés general? El «suelen» nos salva un poco, pero ¿debe inferirse de ello que para los dos autores de La ideología alemana toda moral es sospechosa, que no hay éticas limpias? ¡Mucha retórica vacía, y poca solidez humanista! Si fuera así, ¿también valdría para el caso de la propia ética marxista si esta existiera?

Desde luego. Vale también para la ética marxista. El riesgo de que un discurso emancipador o, mejor dicho, de intención emancipatoria pueda ser empleado en sentido contrario está siempre presente. Visto lo visto, hay que aceptarlo como una posibilidad que se ha tornado repetidas veces realidad. Pero una cosa es aceptar esa realidad, otra muy diferentes es creer que se trata de un destino ineludible; que todo discurso liberador devendrá necesariamente en opresivo. En todo caso, conviene no perder de vista los usos sociales y políticos de las concepciones éticas. Una vigilancia crítica permanente es indispensable.

Habla con respeto de dos pensadores neokantianos, Cohen y Natorp. ¿Autores que merecen recordarse? 

Dado que en el mundo contemporáneo, a diferencia de los tiempos de Marx o de Lenin, los pensadores críticos son usualmente académicos o académicas sólidamente instalados en el campo universitario, quizá sea correcto recordar a dos de los primeros académicos socialistas. Kantianos y socialdemócratas, para más datos. Si además de recordarlos nos preguntamos sobre la necesidad de leerlos, la cosa es más discutible; aunque no creo que venga mal hacerlo. En cualquier caso, creo que merece estudiarse al pensamiento marxista de influencia kantiana.

Cita también a Karl Vorländer, un autor poco transitado entre nosotros. El marxismo, en la razonable opinión de este neokantiano, no podía reducirse a una ciencia objetiva ni tampoco a una técnica política. Todo socialismo tenía, irremediablemente, un carácter ético. También el de Marx, implícitamente si se quiere, involuntariamente en formulación de mayor tensión. Vorländer, señala usted, proponía complementar el marxismo con la ética kantiana. Dos preguntas sobre ello: ¿se ha recogido ese planteamiento en otros momentos y por otras escuelas de la tradición?

Se lo ha recogido poco, por cierto. Demasiado poco. El «revisionismo» de Berstein tuvo un componente kantiano, desde luego, y la asociación de kantismo con revisionismo hizo que las izquierdas revolucionarias sospecharan de cualquier enfoque mínimamente kantiano. Sin embargo, a mi juicio, los lazos entre kantismo y reformismo fueron circunstanciales, no esenciales. Lógicamente es posible ser kantiano y revolucionario. Y de hecho ha habido casos concretos de dicha combinación. Tanto Max Adler como Otto Bauer son autores claramente influenciados por la tradición kantiana que nunca asumieron posiciones reformistas. Bauer es un autor tan interesante como escasamente conocido. Su abordaje de la «cuestión nacional» reviste gran actualidad en su contenido (aunque expresado en un lenguaje hoy poco atractivo). Fue marxista y kantiano. Pero, a diferencia de los «revisionistas», cuyo kantismo venía asociado a una perspectiva expresamente reformista, Bauer fue siempre un revolucionario.

Ya que habla de revisionismo, ¿qué entiende usted por revisionismo? ¿No es bueno revisar los análisis e incluso las tesis marxianas por arraigadas que estén entre nosotros? 

Es bueno revisar, desde luego. La revisión crítica debe ser una actitud intelectual siempre viva. A lo que recién me refería es a una corriente teórico-política específica: el llamado «revisionismo» asociado con Berstein. Por supuesto, que el término revisionismo haya tenido un sentido negativo no deja de ser sintomático. Y quizá valga la pena detenernos unos minutos y dedicar unas breves reflexiones al «revisionismo». Berstein consideraba que algunas hipótesis y previsiones de Marx (la polarización de clases, el declive de la clase media, el empobrecimiento ineludible del proletariado, etc.) se habían demostrado falsas, que otras tendencias se desarrollaban (crecimiento del poder de la clase obrera, ampliación de la democracia, etc.), y de ello él extraía taxativas conclusiones políticas, que lo llevaban a pensar que el socialismo se desarrollaría gradual y pacíficamente de las entrañas del capitalismo, sin necesidad de una ruptura revolucionaria. Rosa Luxemburgo respondió negando las tendencias empíricas en las que se apoyaba Berstein. La discusión se centró, pues, en cuáles eran las tendencias efectivamente operantes, en el entendimiento de que las conclusiones políticas son una consecuencia sencilla, mecánica, de dicho diagnóstico. Pues bien, «revisionistas» y «ortodoxos», «reformistas» y «revolucionarios» insistían unilateralmente en ciertas tendencias, y tendían a no ver otras. Berstein, por ejemplo, destacaba las mejoras de la clase obrera a principios del siglo XX, pero era relativamente ciego a las tendencias a la crisis y a la guerra, que harían eclosión en 1914. Visto retrospectivamente, desde el punto de vista fáctico ambos «bandos» acertaban y erraban en proporciones parecidas. Pero lo que me parece esencial es que ni el reformismo de Berstein ni la perspectiva revolucionaria de Rosa eran ni podían ser la mera conclusión de sus diagnósticos. Sus opciones políticas, antes que ser una simple deducción de la realidad que observaban, en verdad condicionaba su capacidad de observación, haciéndoles muy sensibles a ciertas tendencias y relativamente insensibles a otras.

Me quedaba una pregunta de antes, la segunda: ¿es posible conciliar, en su opinión, la ética marxista y la ética kantiana? ¿Permite el imperativo categórico alguna reformulación kantiana? 

Creo que sí. Bauer, de hecho, ha dado un breve y magistral tratamiento al asunto en «Ética y marxismo», un artículo publicado originalmente en 1906, en la Die Neue Zeit. Hay una traducción castellana incorporada como apéndice del libro de Karl Kautsky Ética y concepción materialista de la historia, que Pasado y Presente publicó en Córdoba en 1975 y luego en México en 1980. En ese artículo Bauer separa tajantemente, siguiendo a Kant, el reino de la experiencia (del que se ocupa la ciencia) del reino de la razón práctica. Y esta separación le permite también demarcar su kantismo del kantismo de los revisionistas. Escribe por ejemplo (y disculpe usted el abuso de las citas): «Espero que mi investigación no tenga la desgracia de que se la confunda con las tentativas de algunos revisionistas en el sentido de introducir la ley práctica fundamental en la fundamentación del socialismo. Pues su tentativa se basa en la constante mezcla de los puntos de vista teórico y práctico, que es por cierto el pecado más grave que pueda cometerse en contra de la filosofía kantiana, ya que nada le interesaba más a Kant que la tarea de delimitar el reino de la razón práctica del de la experiencia».

Bauer, pues, parte de constatar que son cosas muy diferentes la explicación de lo que ocurre y la toma de partido. En sus propias palabras: «… el descubrimiento de que el socialismo ha de ser, no me convierte en un luchador por él. Considerado ya no como un problema científico sino como un problema de toma práctica de posición, el problema social es por cierto un problema moral».

Esto no significa para Bauer, sin embargo, que haya que estudiar a Kant para ser socialista. Muy por el contrario: piensa que en la mayoría de los casos sería una tarea superflua. Pero a continuación se interroga: «¿Para qué sirve entonces aún la doctrina de Kant? ¿No es entonces completamente inútil en el terreno práctico?». Y su respuesta se halla completamente justificada: «No del todo. Es el último punto de apoyo al cual nos retiramos cada vez que el escepticismo ético impide aquella ingenua evaluación moral de las máximas de clase descubiertas por la ciencia». A lo que agrega, precisando con gran perspicacia: «Aquél que, confundido por el escepticismo ético, crea entonces que no hay para él normas de elección porque concibe la voluntad de todas las clases en su necesidad, le enseñaremos a recordad nuevamente las leyes formales de su voluntad, le daremos el criterio que lo capacite para distinguir entre la voluntad de la clase obrera y la de la burguesía según el valor, y que lo conducirá hacia el bando de la clase obrera combativa».

No esta mal, nada mal que nos recuerde a Bauer. La respuesta ortodoxa, señala usted, no tardó en aparecer. Karl Kautsky (nos acaba hablar de él) es el autor de Etica y concepción materialista de la historia; lo escribió pensando en estos filósofos neokantianos. Luego usted lo cita por extenso (pp. 245-256). ¿Le convencen algunos nudos de este planteamiento? ¿Cuáles serían sus críticas principales?

Permítame aclarar que la respuesta kautskiana responde por un lado a los planteamientos de académicos kantianos volcados políticamente hacia la socialdemocracia (un movimiento intelectual muy positivo en ese entonces), y por el otro a ciertos revisionistas (como Bernstein), que desde fuera del mundo académico pero desde el interior de la socialdemocracia, formulaban una serie de objeciones a las premisas normalmente aceptadas, extrayendo conclusiones reformistas. Kautsky no responde a Bauer, cuyo texto es posterior y responde de hecho a lo que le parece un tratamiento estrecho del asunto por parte de Kautsky. La óptica de Bauer no es plenamente coincidente ni con los académicos devenidos socialdemócratas (como Vorlander) ni con los revisionistas. El elemento kantiano en Bauer se halla inserto en una perspectiva que políticamente es revolucionaria, y claramente subordinado a la comprensión materialista de lo que ocurre (en tanto que los académicos kantianos se ocupaban poco del estudio histórico económico y social); pero juega un papel cuando aparece, en la vida práctica, el escepticismo ético.

En cuanto a Kautsky, el yerro fundamental de toda su argumentación es que no distingue la explicación de lo que ocurre de la toma de partido. Él opone el método «materialista histórico» al «ético-estético»: y piensa que la socialdemocracia sólo necesita del primero, debiendo rechazar el segundo. Cree que una vez que se ha explicado causalmente el origen social e histórico de ciertas concepciones morales ya no hay nada que hacer. Bauer mostró, por el contrario, que ningún conocimiento científico puede proporcionarme ninguna norma imperativa de conducta. Y que en ciertas circunstancias, sobre todo en individuos con cierta formación intelectual, el escepticismo ético puede ser un dique (incentivado eventualmente de forma deliberada por los sectores reaccionarios) contra las posiciones revolucionarias. En tales casos, la ética kantiana puede apuntalar la moral proletaria tanto como condenar al capitalismo: la sociedad que trata a todas las personas como meros medios.

Por cierto, ya que estamos en ello, ¿detecta usted alguna tendencia marxista actual que beba de esa fuente bastante o muy instrumentalista?

En términos explícitos posiblemente no. Pero es una concepción subyacente en muchas izquierdas.

Le leo enigmático. ¿Muchas izquierdas? ¿Nos habla de algunas de estas muchas? 

Aunque menos enfáticamente que en el pasado, creo que esta concepción sigue actuando en las organizaciones de la tradición leninista en su más amplio sentido, incluyendo el trotskysmo y el maoísmo (en la medida en que sobrevive).

Démonos un respiro. El capítulo tiene muchas aristas. Me quedo aquí, en una larga cita a pie de página del Popper -¡de nuevo Sir Karl!- de La sociedad abierta y sus enemigos.

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Nota de edición. Conversaciones anteriores:

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (I). «La perspectiva materialista en los términos de Marx que asumo puede sintetizarse en la sentencia: ‘el ser social determina la conciencia social'» http://www.rebelion.org/noticia.php?id=238338

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (II). «El socialismo como la organización de los productores libremente asociados nunca vio la luz, salvo a pequeña escala o por momentos fugaces» http://www.rebelion.org/noticia.php?id=238571

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía en Marx y en la tradición marxista (III). «Sobre el marxismo sin ismos de Paco Fernández Buey tengo la mejor de las opiniones. En realidad la tengo del conjunto de su obra» (*) http://www.rebelion.org/noticia.php?id=238794

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (IV). «Antoni Domènech ha realizado un estudio histórico magistral del concepto de fraternidad» http://www.rebelion.org/noticia.php?id=239177

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (V). «Intento mostrar que Marx tuvo -hasta finales de los sesenta del XIX- una concepción relativamente ingenua del proceso de expansión capitalista» http://www.rebelion.org/noticia.php?id=239526

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (VI). «Para Marx las cosas verdaderamente valiosas son las que constituyen un fin en sí mismas y no un mero medio para otra cosa» http://www.rebelion.org/noticia.php?id=239785

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (VII), «La concepción usual de la dialéctica en la tradición marxista se basa en generalidades como la negación de la negación» http://www.rebelion.org/noticia.php?id=240133

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (VIII). «La pasión política es tomar la política como una necesidad vital, como un fin en sí mismo y en el que se juegan las convicciones» http://www.rebelion.org/noticia.php?id=240735

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (IX). «Marx, en sus últimos años, corrige algunas concepciones suyas de años anteriores; pero no veo una ruptura total o completa». http://www.rebelion.org/noticia.php?id=241240

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (X). «Engels solía ser más perspicaz que Marx en muchas cuestiones históricas, y en asuntos científicos, por no hablar de los militares» http://www.rebelion.org/noticia.php?id=241504

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (XI). «Plajanov es un exponente del determinismo tecnológico: una concepción que yo no comparto» http://www.rebelion.org/noticia.php?id=242601

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (XII). «No hay ningún vínculo necesario entre clase obrera y socialismo» http://www.rebelion.org/noticia.php?id=242899

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (XIII). Una elite revolucionaria con pocos privilegios materiales sería un gran avance pero no puede ser el objetivo». http://www.rebelion.org/noticia.php?id=243199

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (XIV) «Hasta ahora la historia ha sido mucho más padecida que racionalmente creada». http://www.rebelion.org/noticia.php?id=243480

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (XV). «Hay muchas vetas en la producción intelectual de Mariátegui. Es un autor vivo, y cabe esperar que lo seguirá siendo». h ttp://www.rebelion.org/noticia.php?id=243852

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (XVI). «Mariátegui no rechaza la existencia de una dimensión moral o racial, sino lo que pretendía «explicar» la miseria indígena por elementos raciales o culturales». http://www.rebelion.org/noticia.php?id=244104

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (XVII)»La de Trotsky es una ética de la igualdad, del lado de los oprimidos y explotados, y de la rebeldía». http://www.rebelion.org/noticia.php?id=245998

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista. «El hiperrealismo suele estar basado en la aceptación moral, no solamente intelectual, de un estado de cosas deplorable» http://www.rebelion.org/noticia.php?id=246277

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista. «La libertad era para Marx el mayor bien, nunca estuvo dispuesto a sacrificar el principio de la libertad por consideraciones pragmáticas de prudencia» http://www.rebelion.org/noticia.php?id=246858

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.