Estos días las agencias de información se están haciendo eco de alarmantes noticias que nos llegan desde Sudán (región de Darfur) que nos hablan de violaciones masivas de los derechos fundamentales, muchos de los cuales podrían constituir crímenes de guerra o crímenes contra la humanidad, según ha advierte el reciente informe de la oficina del […]
Estos días las agencias de información se están haciendo eco de alarmantes noticias que nos llegan desde Sudán (región de Darfur) que nos hablan de violaciones masivas de los derechos fundamentales, muchos de los cuales podrían constituir crímenes de guerra o crímenes contra la humanidad, según ha advierte el reciente informe de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. El documento de Naciones Unidas destaca ataques repetidos a civiles con uso desproporcionado de la fuerza por parte del ejército de Sudán y de las facciones armadas que le respaldan actuando con total impunidad. Operaciones de limpieza étnica y matanzas contra civiles se suceden en los últimos días según los observadores internacionales.
LA DICTADURA DE SUDÁN: PAÍS EN GUERRA
Desde su independencia de la dominación colonial británica y egipcia en 1956, la República de Sudán se encuentra inmersa en una guerra civil (con apenas unos años de tregua) que ha causado 2 millones de víctimas mortales y ha provocado el desplazamiento de 4,3 millones de personas en los últimos 16 años. El motivo principal del conflicto es la guerra entre el Gobierno y los grupos rebeldes del sur por los recursos naturales de Sudán (petróleo y agua principalmente) cuyos yacimientos se encuentran principalmente en el centro del país, en la imaginaria frontera entre el norte y el sur. El régimen del norte, liderado por Omar al Bashir accedió al poder el 30 de junio de 1989 mediante un golpe de Estado y pretende convertir el país en un estado islámico. El EPLS lucha por la independencia del sur, que cuenta con una población mayoritariamente cristiana y multiétnica.
Sudán es un país rico en recursos petrolíferos y posee la suficiente tierra fértil como para poder alimentar con creces a toda su población, pero este potencial económico ha servido para alimentar una guerra casi permanente en lugar de alimentar a su población, situando a Sudán actualmente entre los países más pobres del mundo. Actualmente, Sudán del Norte, en un claro signo de salir de su aislamiento internacional, al que ha sido sometido a causa de su dictadura de tintes islamistas, exporta, aparte del petróleo, más del 30 % de sus productos alimenticios a la Unión Europea a cambio de ayuda técnica y militar. Mientras, su población se muere de hambre.
Organizaciones humanitarias de defensa de los derechos humanos acusan a las dos partes de practicar métodos brutales y crueles. En concreto acusan directamente al Gobierno de Sudán de practicar el genocidio y desplazamientos masivos de población (según algunas estimaciones, alrededor del 85% de la población del sur de Sudán ha sido desplazada) que condenan a la muerte por inanición a miles de personas cada mes. Se calcula en unos 40.000 el número de esclavos vendidos públicamente en Sudán del Norte y también se denuncian ejecuciones arbitrarias, violaciones y capturas de niños y niñas para adoctrinarlos religiosa y militarmente. Médicos sin Fronteras denuncia la existencia de supuestos «pueblos de paz» que son, en realidad, campos de trabajos forzosos represivamente controlados.
Numerosos han sido los intentos de llegar a acuerdos de pacificación, pero hasta el momento no han dado culminado con éxito.
Según los observadores internacionales, la guerra se perpetuará mientras las facciones enfrentadas reciban, entre otros, armamento y apoyo logístico de la comunidad internacional, que se ha dedicado a apoyar a alguna de las partes en lugar de favorecer la pacificación y estabilidad de la zona, provocando el empobrecimiento masivo de la población de este país rico.
Tristemente, tenemos decir que Cantabria es responsable directo de este genocidio y de esta guerra interminable ya que del Puerto de Santander han salido barcos cargados con armamento hacia esta dictadura militar y genocida, acusada reiteradamente de apoyar el terrorismo internacional.
Hace apenas 9 meses (el 13 de Agosto de 2003) salía del Puerto de Santander el buque JENCLIPPER, de bandera danesa, con material militar con destino al Régimen Militar de Sudán.
El Real Decreto que regula el Comercio Exterior de Material de Defensa y Material de Doble Uso, recoge el poder denegar, suspender o revocar dichas exportaciones «cuando existan indicios racionales de que el material bélico pueda ser empleado en acciones que perturben la paz, la estabilidad o la seguridad a nivel mundial o regional, así como cuando se vulneren compromisos internacionales contraídos por España».
En 1998 se aprobó el Código de Conducta de la UE que prohíbe la venta de armamento a países sancionados por la ONU o la UE, en conflicto, militarizados, que amenacen la estabilidad regional, que violen los Derechos Humanos, que exista riesgo de que las armas se desvíen a terceros o que tengan dificultades económicas. En Diciembre de 2001 el Pleno del Congreso aprobó por unanimidad una Proposición No de Ley por la que el Gobierno español se comprometía a no autorizar exportaciones cuando no se cumplieran los criterios señalados en el Código de Conducta de la Unión Europea.
Las exportaciones a Sudán incumple varios de los requisitos que tanto la UE como la reglamentación española considera inaceptable para poderle exportar armamento, como es la violación de los Derechos Humanos más elementales, protagonizar un conflicto armado desde hace casi 50 años, un alto nivel de militarización, y padecer grandes dificultades económicas situándose entre los países más pobres del planeta.
OBJECIÓN FISCAL CONTRA EL COMERCIO DE ARMAS
Desde Desobedece a las Guerras deseamos que el Puerto de Santander sea reconocido por su actividad solidaria con otros pueblos y no por su venta de armas a dictaduras en guerra.
Fundamentalmente deseamos abrir una puertas a la participación ciudadana: haciendo un llamamiento a la responsabilidad ciudadana: Si las autoridades no respetan sus propias leyes para continuar exportando armas y destrucción, tendremos que ser la ciudadanía de a pie la que tomemos cartas en el asunto:
Animamos a las ciudadanas/os responsables a hacer Objeción Fiscal a los Gastos Militares desviando la parte de nuestros impuestos que el gobierno pretende invertir en la maquinaria militar hacia proyectos sociales que realmente satisfagan las necesidades de nuestra sociedad y de los países empobrecidos.
¿QUÉ ES «DESOBEDECE A LAS GUERRAS»?
«Desobedece a las Guerras» es un movimiento ciudadano que impulsa propuestas cotidianas y concretas ante toda guerra desde la Noviolencia. Pretendemos superar el «No a la Guerra» (como respuesta posterior al estallido del conflicto armado de moda) para ir creando una «Cultura de Paz» basada en el desarrollo aquí y ahora de Acciones y Campañas ciudadanas. Nuestros Objetivos son:
Visualizar nuestra propia responsabilidad ciudadana al relacionar directamente nuestras actuaciones cotidianas con la existencia de guerras y de cualquier otra injusticia. Promover alternativas ciudadanas desde la Desobediencia Civil, la No-Colaboración y la Acción Noviolenta, entendidas como herramientas válidas de transformación social. Fomentar el Antimilitarismo como crítica y denuncia hacia las causas e intereses que promuevan cualquier guerra.