EE UU endureció ayer notablemente en la Cumbre del Clima su posición sobre la celebración de dos reuniones el año próximo en el marco de la ONU para tratar el futuro del Protocolo de Kioto. Frente a la postura de la UE de que esas reuniones se centren sobre acciones después de 2012, fecha limite […]
EE UU endureció ayer notablemente en la Cumbre del Clima su posición sobre la celebración de dos reuniones el año próximo en el marco de la ONU para tratar el futuro del Protocolo de Kioto.
Frente a la postura de la UE de que esas reuniones se centren sobre acciones después de 2012, fecha limite del primer periodo de cumplimiento de Kioto, EE UU acepta únicamente intercambiar información sobre las medidas de cada país, pero sin perspectiva de compromiso futuro.
La posición estadounidense es «inaceptable», aseguraron ayer fuentes de la Comisión Europea. La Unión Europea defiende que esos seminarios de 2005, antes de la próxima reunión anual de los países miembros de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, se desarrollen en el ámbito de la propia convención y del Protocolo de Kioto, que aborden las relaciones entre cambio climático y desarrollo sostenible, que puedan discutir perspectivas y que se saque de ellos un informe de conclusiones que se presente a la próxima cumbre, explico ayer el holandés Yvo de Boer, en nombre de la UE.
El borrador de propuesta de EEUU plantea: «las presentaciones del seminario y las discusiones deben estar limitadas a un intercambio de información sobre la implementación práctica de políticas nacionales existentes, y no incluir el tema de futuras negociaciones, marcos o mandatos. No habrá informe escrito o oral sobre el seminaria».
El plan de Bush supone reducir la intensidad de las emisiones estadounidenses de gases de efecto invernadero en un 18% en 2012 respecto a 2000, lo que en realidad se traduce en un incremento real de entre el 16% y el 26%, según datos oficiales, en 2012 respecto a 1990, en lugar de un 20% o 30% de aumento en ausencia de medidas. Según las estimaciones de las ONG estadounidenses y de muchos expertos esa previsión es muy conservadora, ya que el crecimiento estimado para EE UU en 2012 es superior al 30%.
Harlan Watson, delegado de EE UU, comentó ayer que el régimen futuro del clima debería abordarse más tarde, no ahora, ya que así se incorporarían tanto las experiencias de los países del Protocolo de Kioto como las iniciativas de ámbito nacional, como la estadounidense. 2012, el plazo del plan de Washington, sería una fecha idónea para abordar dichas perspectivas.
EE UU, de cara a estos debates a celebrarse en 2005, sería partidaria incluso de celebrarlos en el marco de algunas de las reuniones rutinarias de los cuerpos subsidiarios de la convención, dedicando una jornada específica al intercambio de opiniones sobre el futuro. De ser así, la convocatoria quedaría aún más vacía de contenido.
La propuesta inicial de los seminarios, realizada informalmente por la delegación argentina, seguía ayer discutiéndose. «Un acuerdo sobre la realización de estos seminarios el año que viene sería un gran éxito para esta reunión», declaró Atilio Savino, asesor del presidente de la conferencia, el ministro argentino de Medio Ambiente.
En el G-77 más China, que engloba a los países en vías de desarrollo (casi 150), estarían prácticamente de acuerdo con la celebración de estos seminarios, excepto Arabia Saudí que anoche seguía oponiéndose a la propuesta.
Es significativo, según señalaron algunos delegados, que China y Brasil son muy favorables a abordar el trabajo sobre el régimen climático futuro, lo que facilitaría una perspectiva para ese país de cara a plantearse compromisos voluntarios de acción frente al cambio climático. De Boer valoró ayer el hecho de que tanto China como Brasil hayan presentado en esta cumbre sus respectivas comunicaciones nacionales, un informe que cada país tiene que realizar.