Muchos debates se han suscitado a raíz de la definición de contenidos transversales en la escuela. En la Dirección Nacional de Investigación y Desarrollo Educativo del Ministerio de Cultura y Educación de la Nación se conformó un equipo interdisciplinario de especialistas que en cooperación con los referentes provinciales de estos temas de repercusión social los […]
Muchos debates se han suscitado a raíz de la definición de contenidos transversales en la escuela. En la Dirección Nacional de Investigación y Desarrollo Educativo del Ministerio de Cultura y Educación de la Nación se conformó un equipo interdisciplinario de especialistas que en cooperación con los referentes provinciales de estos temas de repercusión social los identificaron como:
Aquellos contenidos que atraviesan todo el proceso de enseñanza aprendizaje relacionados con las habilidades de la expresión y la comunicación, el pensamiento lógico, reflexivo, crítico y creativo y el compromiso con los valores en relación con la convivencia, la salud y el ambiente.
También se definió que esta transversalidad de los contenidos tiene distintos compromisos: curricular, institucional y social o comunitario.
En el caso de la educación ambiental el compromiso curricular queda cubierto por la intensa inserción de contenidos ambientales en todos los niveles del curriculum. De esta manera se alienta el desarrollo de la competencia ambiental que definimos como la capacidad compleja mediante la cual los alumnos están posibilitados de percibir, comprender y proyectarse el entorno natural y social promoviendo su sustentabilidad.
Con respecto al compromiso institucional la educación ambiental deberá promover las innovaciones institucionales que favorezcan la constitución del establecimiento educativo como un agente de toma de conciencia ambiental inicialmente de los alumnos y docentes pero luego superando este binomio para acceder a toda la comunidad educativa.
Como señalara Teitelbaum (1978) la educación ambiental «debe programarse en función del ecosistema en el que la escuela está inmersa» y en ese sentido sería poco coherente pretender aplicar el mismo conjunto de contenidos para la región pampeana que para la Patagonia o el Chaco. Aquí el tema es regionalizar los contenidos y, en general, los diseños curriculares para que se articulen a las realidades y problemas regionales y locales sin perder de vista las problemáticas nacionales y globales. De allí la importancia de los proyectos educativos institucionales y la necesidad de lograr un compromiso de la escuela con lo social y comunitario.
Esta regionalización de los contenidos a enseñar y de los proyectos institucionales tendrán sentido si se considera la cultura como valor patrimonial sustantivo del lugar en el que está inserta la educación ambiental. En este orden de ideas la importancia de la lengua local es prioritaria en el caso de las áreas de bilinguismo, aspecto del que no se puede prescindir en los programa de la educación ambiental del Noreste, Noroeste y Patagonia en nuestro país. En este derrotero considero muy importante la labor de los Centros Regionales de Educación Ambiental recientemente inaugurados para lograr un enlace vital con las realidades culturales de las regiones argentinas.
El compromiso institucional de la educación ambiental supone también el desarrollo de una capacidad de crítica constructiva que lleve a la comunidad educativa a reveer sus propias acciones en pos de una convivencia armónica con el ambiente. En este sentido caben propuestas referidas tanto a los ambientes físicos de la escuela -luminosidad, aprovechamiento de espacio, disminución del ruido, reciclaje de los desechos escolares, entre otras- como también a la calidad de vida que tiene impactos en el ambiente.
El compromiso social y comunitario de la educación ambiental involucrará a alumnos, docentes y comunidad educativa en una preocupación que partiendo del conocimiento y los saberes que se estudian en la escuela salga de las fronteras del establecimiento educativo para promocionar acciones que tengan un impacto social. La tarea no es fácil porque supone guardar la necesaria distancia entre la tarea que le compete a la escuela y la que le corresponde a la sociedad, además de resguardar a los alumnos y docentes en sus funciones de aprendizaje y enseñanza y no transferirles actividades de las que son responsables otras instituciones y actores sociales. Niños y adolescentes son vectores indiscutibles de la educación ambiental y en general tienen mayor conciencia que los mayores. Sin embargo, su experiencia vital es poca para asumir responsabilidades de los adultos. La escuela cumple funciones estrictas y específicas y no puede convertirse en una institución que cumpla funciones de política ambiental, pero siempre podrá ser una promotora de acciones que trasciendan al ámbito comunitario y social. Aquí las experiencias concretas son múltiples y cuantiosas y no bastaría un libro para narrarlas. Sin embargo podemos ejemplificar con algunos casos:
En la localidad de Ramona -provincia de Santa Fe- la investigación escolar de una escuela sirvió para que la localidad fuera advertida del problema de la contaminación del agua y las autoridades municipales tomaran cartas en el asunto.
En las cercanías del río Reconquista un establecimiento educativo a partir de un proyecto ambiental educativo culminó cooperando con los comedores escolares de las poblaciones infantiles del lugar.
En Rafaela -Córdoba- la elaboración de un mapa de los problemas ambientales de la ciudad sirvió de base a la municipalidad para reconocer y actuar sobre problemas ambientales antes no difundidos. En todos estos casos se advierte como la escuela cumple un compromiso social sin salir de lo específicamente educativo.
En todos estos ejemplos los alumnos y docentes tenían una alta motivación cimentada en las situaciones vividas cotidianamente en sus respectivos lugares de residencia. Las actividades desarrolladas en estos casos son elementos insertos en el curriculum de las instituciones y no meras ilustraciones de la actividad pedagógica.
Un ejemplo de cómo integrar el compromiso social a la educación ambiental es el aprendizaje en servicio. Según Alice Halsted (1998) el aprendizaje-servicio como metodología a través de la cual los alumnos aprenden y desarrollan una activa participación en experiencias de aprendizaje minuciosamente organizadas que:
·Satisfacen las necesidades reales de la comunidad.
·Están coordinadas conjuntamente con la escuela y la comunidad.
·Están integradas al programa de estudios académicos de cada joven.
·Proporcionan a los jóvenes tiempo organizado para que puedan pensar, hablar y escribir acerca de lo que hicieron y vivieron en la actividad en servicio.
·Proporcionan a los jóvenes oportunidades de usar los nuevos conocimientos y habilidades académicas recientemente adquiridas en situaciones de la vida real dentro de sus propias comunidades.
·Intensifican lo que es enseñado en la escuela al extender el aprendizaje del alumno más allá del aula.
·Ayudan a promover el desarrollo de un sentimiento de afecto por los otros».
También Nieves Tapia (1998) expresa en la misma dirección de Halsted que la actividad de servicio comunitario es efectiva cuando «es planificada desde la escuela, con la participación de la comunidad educativa, en función del Proyecto Educativo Institucional, y al servicio no sólo de una demanda de la comunidad sino del aprendizaje de los estudiantes que realizan esa actividad».
Algunos temas clave de la educación ambiental y sus estrategias didácticas
Cuando se realizan experiencias de aprendizaje en educación ambiental se pueden considerar las siguientes recomendaciones:
·La actividad del alumno es imprescindible para el desarrollo del aprendizaje. Estas experiencias de aprendizaje deberían sustentarse en las ideas anteriores que los alumnos detentan sobre los temas ambientales. Esto implica la integración de los contenidos que se seleccionan para enseñar con el contexto en el que éste interactúa y a partir del cual construye explicaciones intuitivas o ideas previas sobre los hechos y procesos que lo rodean.
·La intervención docente es indispensable para acercar al alumno a los contenidos ya sea en la planificación, desarrollo o evaluación de las clases.
·La disponibilidad de la institución para hacer proyectos interdisciplinares.
Por ello se recomienda, en relación con los contenidos conceptuales:
·Explicar cambios ambientales en distintos espacios tales como los producidos por las estaciones, el clima y el tiempo, el ciclo del agua y la identificación de patrones de distribución geográfica y modelos explicativos asociados a ellos.
·Analizar como la población crea sus lugares en función de sus ideas, personalidad, percepciones, cultura, deseos y necesidades.
·Comparar la forma en que las personas de diferentes culturas piensan y toman decisiones sobre el ambiente natural y las condiciones sociales.
·Examinar las interacciones entre hechos humanos y su ambientes, el uso de la tierra, la construcción de ciudades, patrones de asentamiento y el cambio en los ecosistemas en lugares y regiones seleccionados.
·Observar y reflexionar sobre los efectos sociales y económicos de los cambios ambientales que resultan de fenómenos tales como riesgos naturales o los impactos ambientales.
·Considerar las necesidades humanas y los usos del suelo existentes y proponer y evaluar alternativas para el uso de los recursos y tierra en la casa, en la escuela, en la región y todas las escalas.
·Explicar las formas en que los eventos históricos han sido influenciados y a su vez influencian los hechos geográficos.
·Identificar las actividades humanas que dan lugar a distintos circuitos económicos y su influencia en las distintas regiones geográficas.
En ocasión de realizar el guión para el video «Problemas ambientales y desarrollo sustentable» de la Dirección Nacional de Investigación Educativo tuve que definir «ideas básicas» para enseñar en la escuela en relación con la educación ambiental.
Estas ideas que se incluyen a continuación se han completado agregando, además, algunas alternativas didácticas diversas que permitirán aplicarlas al aula.
1. El medio ambiente es un sistema de relaciones complejas entre la naturaleza y la sociedad.El sistema de relaciones entre la naturaleza y la sociedad se conforma entre las distintas esferas de la naturaleza, tales como la atmósfera, la litosfera, la hidrosfera y la biosfera y los componentes de la sociedad. Un ejemplo de este sistema de relaciones es la dependencia de la vida de millones de especies animales y vegetales (biosfera) del equilibrio en las condiciones ecológicas de la atmósfera, la litosfera y la hidrosfera, así como también del modo en que se realizan ciertas actividades humanas que alteran ese equilibrio.
2. El uso de los recursos naturales y las actividades humanas genera impactos ambientales.Las actividades humanas modifican las interacciones entre los componentes naturales y sociales del medio ambiente. Por ejemplo, una política que intensifique la actividad agrícola puede promover el crecimiento de una economía regional pero, a su vez, erosionar y salinizar los suelos y provocar éxodo rural.
3. El desarrollo sostenible o sustentable es un nuevo enfoque para identificar los problemas ambientales y aportar alternativas de soluciónEl desarrollo sostenible va a permitir mantener la productividad de los recursos naturales, la integridad de los ecosistemas en su biodiversidad y de los ambientes humanos en su diversidad cultural. Para esto es necesario incorporar la dimensión ambiental a una política económica que favorezca el manejo racional de los recursos naturales y la mejora de los ambientes degradados para las generaciones actuales y futuras.
4. Diversos actores sociales están involucrados en la solución de los problemas ambientales.Los problemas ambientales se producen en escalas geográficas distintas que requieren alternativas de solución que involucran desde los actores sociales locales hasta los organismos internacionales. Proteger la atmósfera, conservar la diversidad biológica, revertir los procesos de desertificación, proteger los océanos, prevenir los riesgos naturales depende de acciones y políticas internacionales, nacionales y locales; pero también del cambio de actitudes de las personas en términos estilos de consumo, participación ciudadana, conocimiento de sus derechos ambientales, etc.
5. Es prioritario desarrollar una conciencia ambiental y promover la participación ciudadana.Las percepciones y actitudes de los distintos actores sociales sobre el medio ambiente varían notablemente entre aquellos que juegan un rol muy significativo -por ejemplo, los organismos gubernamentales ambientalistas- y otros que, por diversas razones, no son activos o carecen de conciencia ambiental. El desarrollo de una conciencia ambiental así como la participación del conjunto de la ciudadanía nos van a permitir cooperar en la resolución de los problemas ambientales.
Fuente: «Problemas ambientales y desarrollo sustentable». Dirección General de Investigación y desarrollo educativo del Ministerio de Cultura y Educación de la Nación. 1998. Video educativo.
Ideas clave y estrategias didácticas
Estas ideas clave podrán desarrollarse como ejes a través de toda la tarea anual en el contexto del proyecto educativo institucional. Aquí es preciso señalar que será necesario superar las prácticas educativas tradicionales limitadas a la disertación del docente y al estudio del libro de texto pero con la condición de no caer en el activismo.
No hay recomendación más relevante en la actual situación educativa nacional que lograr el altísimo objetivo de que los alumnos vuelvan a los textos como los argentinos a las cosas. No hay duda de la importancia que tienen las salidas al campo, las actividades comunitarias y la concreción de carteleras, campañas y toda otra realización activa. Pero el estudio, la lectura y el contacto cotidiano con el libro de texto o cualquier otra fuente bibliográfica no tienen reemplazo alguno.
El alumno y el docente tienen que conocer profundamente los temas y problemas ambientales para poder llevar a cabo actividades, cualquiera sea su modalidad didáctica. La adquisición de conocimientos y la comprensión cabal de los problemas lleva muchas horas de lectura individual y a posteriori de debate grupal.
Por ello consideramos una condición primordial la vuelta a la lectura y al estudio que serenan y promueven el pensamiento lógico, creativo y crítico en estas horas en que lo mediático lo acapara todo.
Si pudiéramos sustraer a los alumnos en la escuela de las horas en que sus habilidades, destrezas y su personalidad toda están sumergidas en la televisión, los juegos de computadora, los video games o la circulación errabunda por los shoppings estaríamos tendiendo un puente hacia la reflexión y el trabajo intelectual en desmedro de los divertimentos vanales.
Claro está que este proceso estará precedido por la sensibilización y toma de conciencia tan fundamentales en educación ambiental que deberán estar unidas al compromiso y no al discurso.
Primera idea: El medio ambiente es un sistema de relaciones complejas entre la naturaleza y la sociedad
Para implementar en el aula actividades conexas con esta idea el docente tiene que dominar el concepto de sistema ambiental complejo entendido como el conjunto de elementos o componentes de la Tierra y el hombre que operan juntos a través de un conjunto de relaciones.
Este concepto nos acerca a la idea de modelo como representación ideal del mundo real. Por ejemplo, un mapa o un modelo del funcionamiento del clima o de los usos del suelo en una ciudad.
El sistema Tierra se halla en permanente cambio. Así por ejemplo, los cambios climáticos que influyen en muchas de las actividades humanas, como por ejemplo en la agricultura. Pero también esos cambios del clima afectan la diversidad de la vegetación, producen catástrofes naturales como una inundación. Para prever todos estos fenómenos es necesario comprender cómo funciona el sistema Tierra.
Cada día es más necesario conocer cómo se relacionan entre sí el océano, la atmósfera, y los continentes y los fondos oceánicos para entender fenómenos tales como el cambio climático o la disminución de la biodiversidad.
Los subsistemas naturales que se distinguen son:
·subsistema climático
·subsistema biológico
·subsistema edafológico
·subsistema hidrológico
·subsistema geomorfológico
Los fenómenos y procesos que tienen lugar en cada uno de dichos subistemas repercuten en los otros y por lo tanto en el ambiente en su totalidad.
El subsistema climático se refiere a todos los fenómenos y procesos que tienen lugar en la atmósfera pero que afectan la superficie terrestre y por lo tanto la vida del hombre.
El subsistema biológico comprende las características relacionas con las formaciones vegetales que encontramos en la tierra y que están como veremos estrechamente vinculadas con las características climáticas.
El subsistema edafológico se refiere a las características que presentan los suelos las cuales se derivan principalmente del tipo de clima y cubierta vegetal de la región.
El subsistema hidrológico explica las características y comportamiento de las aguas continentales principalmente los ríos y su vinculación con los climas, formaciones vegetales, suelos y formas del relieve.
El subsistema geomorfológico analiza las formas que presenta el relieve de un lugar en relación con fenómenos que tienen lugar en el interior de la tierra (sismos, vulcanismo,) y procesos que ocurren sobre la superficie terrestre estrechamente vinculados con factores climáticos, hidrológicos, biológicos y edafológicos.
Las actividades de aula recomendadas para analizar estos sistemas ambientales son todas aquellas que favorezcan el establecimiento de relaciones o interacciones entre distintos conceptos. Entre estas actividades destacamos la aplicación de redes conceptuales y la identificación de interacciones entre los distintos sistemas naturales y humanos.
Aplicación de redes conceptuales
En el libro de actividades América y el mundo de Durán y Paso Viola (Estrada, 1996) se propone analizar la región amazónica en su red de problemas ambientales. Para ello se brinda un texto extenso de la revista Medio Ambiente y Desarrollo del Fondo de Cultura Económica y otras varias fuentes documentales que con distintas perspectivas cuentan con una información variada relativa a las causas complejas que confluyen para configurar la actual situación de la Amazonia. Se les pide a los alumnos que identifiquen con distintos colores en esos textos la información relacionada con los subsistemas climático, hidrológico, biogeográfico y social. Luego se le aporta al alumno una red conceptual inconclusa y de manera desordenada algunas de las leyendas que faltan en la red para que sean completadas por él (por ejemplo: erosión de suelos, efecto invernadero, reducción de producción agrícola y ganadera, concentración de la tierra en manos de corporaciones, pérdida de biodiversidad).
Una red conceptual es una estrategia que permite que los alumnas aprendan y que los docentes organicen los conceptos que van a enseñar como una estructura. Lo importante de una red es que permite establecer relaciones en un armazón de conceptos que no es rígido ni concluido. Una red conceptual no puede concretarse si no se han aprendido primero conceptos acerca de un tema o problema. Es necesario que haya una lectura e interpretación previa. La red es más bien un procedimiento que ayuda a establecer relaciones pero no reemplaza la lectura previa de los contenidos sobre los que se refiera. Conviene en el Tercer ciclo de la EGB que inicialmente se completen redes ya dadas por los docentes y que luego se intente que los alumnos, una vez que dominen el tema realicen mejoren la red ya completada, la reelaboren o realicen una nueva red sobre otro tema relacionado.
La red ayuda también mucho a jerarquizar los contenidos y a hacerlo con criterios preestablecidos. Lo más representativo de una red conceptual son las relaciones que se establecen entre los conceptos que se escriben en forma abreviada sobre la flecha que une los mismos. La cabeza de la flecha indica cuál es la dirección de la relación y por lo tanto en qué sentido debe leerse.
Identificación de interacciones entre sistemas naturales y humanos
Una estrategia didáctica aplicable al estudio de los sistemas ambientales es la la observación de imágenes satelitales y de su cartografía como se propone en el texto «Las sociedades y los espacios geográficos. Argentina» (1996) y en «Las sociedades y los espacios geográficos. América» (1997). A partir de la contrastación de la imagen satelital y de la cartografía correspondiente es posible que los alumnos localicen en ambos los subsistemas climático, biológico, edafológico, hidrológico y geomorfológico.
A partir de esta primera localización de los subsistemas los alumnos pueden identificar cuáles son los subsistemas que se relacionan entre sí en las siguientes interacciones, por ejemplo: La temperatura disminuye con la altura.
Otras interacciones son:
·Los árboles no crecen en regiones muy frías.
·La presencia de abundantes lluvias y temperaturas elevadas facilitan el crecimiento de una vegetación exuberante.
·En regiones con escasas precipitaciones los suelos tienden a ser arenosos y la vegetación muy pobre.
Segunda idea : Uso de los recursos naturales e impactos ambientales de las actividades humanas
Localización cartográfica de los recursos naturales
Para enseñar a los alumnos el uso de los recursos naturales en un espacio geográfico es necesario comenzar por el ejercicio cartográfico de su localización geográfica en un mapa a escala adecuada y con simbología precisa. A partir de allí se puede profundizar en el análisis de su distribución en el territorio de que se trate y el establecimiento de relaciones tales como:
1.Dónde se hallan concentrados estos recursos naturales en relación con su cercanía o alejamiento de los grandes centros de consumo o de las vías de circulación
2.Porqué existen áreas del territorio dónde estos recursos naturales se concentran y otras donde su distribución es dispersa.
3.Qué factores físicos condicionan la distribución de unos y otros recursos.
4.Qué factores sociales condicionan la distribución geográfica y unos y otros recursos.
Análisis e interpretación del impacto ambiental de las actividades humanas sobre el ambiente.
Múltiples actividades de aula son posibles realizar sobre la cuestión de los impactos ambientales que en general se relacionan con la simulación simplificada de las tareas que realizan los técnicos y profesionales que se ocupan en la realidad del tema. Siempre es razonable que los docentes planteen a los alumnos que sus actividades son semejantes a las que realizan los especialistas pero que existe una distancia sustancial entre unas y otras que es la especificidad de la tarea que realizan los investigadores y técnicos que lleva años de estudio y práctica profesional.
Este tema que parece una obviedad no lo es tanto si pensamos en la gran confusión que existe en la escuela cuando se dice que se realizan investigaciones o cuando se le da la consigna al alumno que ordena «investigá ….» sin fuentes documentales ni el manejo sustancial de los procedimientos metodológicos que se requieren para ello. Aquí el resultado es que los alumnos y docentes creen que investigan cuando en realidad sólo buscan información tarea que muchas veces terminan concretando los padres abnegados de esos alumnos. La consigna investigá debe incluir un proyecto, una hipótesis de trabajo que será o no luego comprobada y sobre todo información estadística y fuentes documentales que permitan que el alumno profundice en la lectura y luego pueda interpretar el tema o problema que está investigando.
Propongo que siempre se agregue el adjetivo «escolar» cuando se realicen estas actividades de aula para evitar confusiones que finalmente llevan a pensar a los alumnos que la tarea de la ciencia y de los profesionales es tan simple como la que se plantea en el aula y no requiere en realidad demasiado esfuerzo. En este sentido la propuesta es denominar «Proyectos de investigación en el aula» a estas tareas que refieren a la búsqueda de información y fuentes para comprobar una hipótesis que siempre deberá ser una pregunta original y no fácilmente contestable.
Elaboración de un informe de impacto ambiental
Para concretar una informe didáctico sobre el impacto ambiental de alguna obra de infraestructura o de algún proyecto o política gubernamental se deberá tener en cuenta los siguientes pasos:
1.Enumerar los objetivos de la obra, el proyecto o la política que impactará en el ambiente para lo cual se requerirá recabar información periodística o de los organismos pertinentes al respecto.
2.Identificar las principales opiniones de los distintos actores sociales (población del área en la que se localizará la obra, empresa privada que la construirá, instituciones gubernamentales o no gubernamentales participantes, entre otros) que estarán involucrados en la obra o proyecto a concretar.
3.Diferenciar los impactos positivos y los impactos negativos de la obra o proyecto en el medio natural (agua, aire, suelo, flora y fauna), en el medio humano (cambios en la distribución de la población, afectación del empleo, creación de nuevos empleos), en la cultura (por ejemplo las modificaciones en las actividades de recreación y educación que la obra producirá en el área), en el paisaje.
4.Identificar las medidas de mitigación de los impactos negativos del proyecto o la obra siempre que estos sean significativos.
5.Analizar las consecuencias que podrá tener la no realización de esa obra o proyecto.
Tercera idea: El desarrollo sostenible o sustentable es un nuevo enfoque para identificar los problemas ambientales y aportar alternativas de solución
El concepto «desarrollo sostenible o sustentable» es relativamente nuevo y merece ser explicado para que los docentes puedan aplicarlo en el aula a través de estrategias didácticas apropiadas. Como se trata de un concepto complejo resultante de importantes debates sociales y políticos en los que han intervenido muchas disciplinas, estudiosos y hasta organismos internacionales conviene ser cuidadoso en su manejo en el aula y previamente el docente deberá tomar una cabal definición hasta diría ideológica respecto a cómo lo va a tratar.
Para partir de una concepción más sencilla se puede considerar que se trata el desarrollo sostenible es aquél que permite el progreso humano en armonía con la naturaleza. Esto quiere decir que toda política cuya finalidad equilibrar la sociedad, la economía y hasta la cultura con la naturaleza deberá considerar cuál será la magnitud de la intervención humana en términos de proteger el futuro de los recursos naturales para las generaciones venideras.
Como se puede advertir los fines del desarrollo sostenible son poco compatibles con el modelo económico cuya primacía es hegemónica en el contexto mundial.
El desarrollo sostenible requiere la consideración de las poblaciones en crecimiento y tiene una dimensión geográfica ponderable que hemos definido en el libro «La Argentina Ambiental» (1998) como un progreso armónico entre los distintos sistemas espaciales/ambientales atenuando las disparidades o disfuncionalidades del territorio, promoviendo sus potencialidades y limtando sus vulnerabilidades. La dimensión territorial en la acción y la gestión de gobierno constituye una visión integradora del desarrollo que tenga en consideración el carácter intersectorial de las políticas y distintas escalas de actuación del estado.
A raíz de lo señalado en el párrafo anterior se pone de manifiesto la importancia del trabajo a distintas escalas geográficas para trabajar este concepto que no tiene la misma aplicación si se trabaja para el mundo cuanto si se lo trata en escala nacional o de una ciudad, es decir en la escala local.
En los cursos de capacitación docente este concepto es fuertemente debatido y hasta resulta controvertido para muchos docentes ya que en ocasiones se lo percibe con un tamiz eminentemente ideológico. Si estas observaciones pueden señalarse respecto a los docentes se podrá entender que con los alumnos la tarea es también difícil pero por ello mismo constituye un grato desafío.
En «Caminos para andar y desandar» (1997) junto a la profesora María Rita Torchio proponíamos las siguientes condiciones para la aplicación de este concepto en términos de la tarea del docente que convendría apunte a:
·Estimular y enriquecer los aportes de los alumnos.
·Promover un ambiente en el aula en el que las distintas propuestas por más disímiles que parezcan sean aceptadas.
·Promover en los momentos de discusión la identificación del problema y el planteamiento de hipótesis.
·Comunicar a todo el grupo las distintas vertientes de opinión.
·Promover la búsqueda de información cualitativa de buenas fuentes y también en muchos casos cuantitativas con distintas técnicas de trabajo tales como encuestas, trabajos de campo, registro de datos, manejo bibliográfico.
·Propiciar la discusión sobre la metodología y las tareas realizadas y organice la exposición de los distintos grupos.
·Colaborar en la elaboración de nueva información a partir de la que dan las fuentes documentales en la que en todos los casos se expliciten los argumentos, las razones y los fundamentos de la nueva información.
·Estimular la difusión de los resultados de las conclusiones a las que se ha llegado.
·Reflexionar sobre el sentido del trabajo realizado.
Las actividades de aula recomendadas para la aprehensión del concepto de desarrollo sustentable son: identificación y definición de la jerarquía de los problemas ambientales; reconocimiento de las diferentes escalas de actuación de los problemas.
Identificación y definición de la jerarquía de los problemas ambientales
El trabajo con mapas ambientales es fundamental para este trabajo cualquiera sea el espacio geográfico que se quiera estudiar. Conviene que esta cartografía se extraiga de buenas fuentes documentales o que se realice la actividad de leer los textos escolares y localizar los problemas en un mapa que elabore el alumno.
Siempre será pertinente que el docente se tome todo el tiempo necesario para que el alumno comprenda el por qué de la localización geográfica de ese problema ambiental ya que de esa manera podrá tener más argumentos sobre sus causas y consecuencias. Para ello es también significativo que los alumnos establezcan relaciones entre la localización de los problemas ambientales y otros factores ambientales tales como: la distribución de la población, la localización de las actividades económicas, el uso de los recursos naturales, las condiciones del relieve, los tipos de clima, las características dominantes de los suelos desde el punto de vista de su aptitud agropecuaria, el potencial de las cuencas hidrográficas, entre otros.
Una vez conocida la localización geográfica de los problemas ambientales será muy importante jerarquizarlos según:
·La dimensión territorial (calculando la superficie abarcada por el problema)
·El impacto que el problema tiene en términos de la cantidad de población que afecta. En este caso será necesario superponer el mapa de los problemas ambientales con el mapa de la distribución geográfica de la población. Aquí es cuando al alumno se le hace más patente la jerarquía del problema ambiental ya que puede discernir si afecta a ciudades muy populosas o, en sentido contrario, a espacios poco poblados.
También es importante para identificar problemas ambientales realizar casos de estudio sobre regiones geográficas de relevancia mundial por su biodiversidad o por alguna singularidad destacable ya sea por la importancia de su patrimonio natural o por la vulnerabilidad de su ambiente. Por ejemplo, promover el análisis de la Amazonia y la diversidad biológica, de la Patagonia y los procesos de desertificación o de la región pampeana y la erosión de sus suelos de alto potencial agropecuario, para citar casos muy relevantes.
Una diferenciación importante que es necesario realizar sobre los problemas ambientales es si se trata de riesgos o de impactos ambientales. Los primeros son las anomalías producidas por las influencias o las transformaciones que puede recibir el ambiente humano por los fenómenos que se producen en el medio natural. Por ejemplo, las inundaciones, el vulcanismo o los sismos. En cambio, los impactos ambientales se refieren a las transformaciones que el medio natural sufre como consecuencia de las actividades humanas. Por ejemplo, la contaminación ambiental, el deterioro de la fauna o los procesos de desertificación.
Cuarta idea: Diversos actores sociales están involucrados en la solución de los problemas ambientales.
Para investigar geografía en el aula es muy apropiado realizar experiencias de simulación en la que participen los múltiples actores sociales relacionados con un problema ambiental. Siempre será necesario partir de un análisis pormenorizado del problema ambiental porque en caso contrario se puede caer en el error de que los roles de los actores sociales caigan en el discurso banal y no en argumentaciones fundadas en el conocimiento del problema. Si el caso de estudio corresponde a un problema de contaminación ambiental será propicio que los alumnos:
·Identifiquen los subsistemas naturales que se ven afectados por el problema.
·Diferencien las consecuencias sobre los ecosistemas y sobre la vida humana.
·Realicen de manera grupal un debate para que todos los alumnos conozcan los diversos problemas ambientales.
·Relacionen el problema con el derecho ambiental y puedan conocer las leyes que protegen los recursos naturales y también nuestro derechos como ciudadanos.
Si el problema estudiado es el impacto ambiental del proyecto de construcción del puente Colonia- Buenos Aires los actores sociales intervinientes pueden ser: los comerciantes, los residentes de las distintas localidades afectadas positiva o negativamente por la obra, las autoridades ambientales nacionales, provinciales y municipales, los integrantes de la Comisión Binacional y los miembros de un organismo no gubernamental ambientalista (Convivir en la Tierra. Experiencias de aprendizaje. Cuaderno N 2 de la Fundación Educambiente)
·Cada actor social tiene que estar representado por un grupo que logre diferenciar claramente:
·El rol que cumplirá con la realización de la obra e incluso que se identifique como no favorable a su concreción.
·Las decisiones que deberá asumir en relación a las ventajas o desventajas de la concreción de la obra y sus distintas alternativas de construcción.
·Las formas de participación ciudadana que adoptará en caso de no estar de acuerdo con la realización de la obra.
·Los distintos factores naturales, demográficos, económicos, sociales, políticos y culturales intervinientes en el proceso de planificación, construcción y una vez que la obra construida quede instalada en el espacio geográfico.
Quinta idea: Es prioritario desarrollar una conciencia ambiental y promover la participación ciudadana.
En relación con el despertar de la conciencia ambiental se pueden promover todo tipo de actividades de sensibilización y promoción de la participación ciudadana que pueden denominarse «proyectos verdes» (Helena Houstoun, 1994). Estos son actividades participativas para la acción ambiental que constituyen casi una respuesta inmediata e intuitiva de la eclosión de la conciencia ambiental. Estas actividades se pueden integrar también con los proyectos de educación para la paz, educación para la salud, educación para el desarrollo humano y educación tecnológica.
Es importante señalar que el desarrollo y la difusión de la educación ambiental en un país difícilmente pueda superar lo que el consenso social le permita. Esto guarda relación con las contradicciones planteadas al principio de este libro entre el modo de vida de los habitantes de este país y el modelo social, político y económico imperante.
Experiencias interdisciplinarias enfocadas hacia temas ambientales
Enseñar geografía de manera articulada con historia o con cualquier otra disciplina no es fácil, más aún en tiempos de transformación educativa. Siempre fue un desafío para los docentes hacerlo. Antes de la transformación encarada desde 1994, durante la transformación y en el nuevo milenio.
El problema es recurrente y muchas veces desconcierta a los docentes cuando las condiciones institucionales, laborales o personales son poco propicias en el momento en que ambos profesores -en este caso el profesor de geografía y el profesor de historia- deciden encarar la propuesta de enseñar juntos un tema o un problema.
Enseñar los temas ambientales de manera articulada entre varias disciplinas quiere decir enseñar bien, saber qué se quiere enseñar, cómo se quiere enseñarlo y por último que recursos se van a emplear para hacerlo.
El vocabulario abunda pero no es cuestión de que nos abrume. Interdisciplina, multidisciplina, pluridisciplina, articulación, integración, globalización … La lista podría resultar interminable y el debate epistemológico más aún. En ciencia todavía no se logra plasmar con todo éxito en la praxis. Por lo tanto, en la educación será difícil hacerlo. Sin embargo, no es imposible y además se trata de una tarea desafiante, creativa y muy motivadora incluso desde el punto de vista personal.
Supone ante todo el diálogo y el encuentro entre dos docentes cuyas lógicas de pensamiento y enseñanza son muy distintas. El docente de geografía piensa en términos espaciales, en cambio, el docente de historia piensa en términos temporales. Ambos deberían enseñar problemas y perspectivas sobre los contenidos de que se trate. Pero por más que mucho se ha dicho acerca de las competencias sociohistórica, geográfica, ambiental, etc., llevar a la práctica esta tarea remite a que los dos docentes elijan: conceptos clave a enseñar, procedimientos que permitan hacer en clase a los alumnos, estrategias didácticas adecuadas al contenido a enseñar y además que encuentren condiciones institucionales aptas.
La primera propuesta es el diálogo enriquecedor, la cooperación entre los protagonistas-docentes de estas dos fundamentales disciplinas de enseñanza: la geografía y la historia. Cabe hacer una digresión para señalar que el espacio y el tiempo son las coordenadas fundamentales de la vida humana y que, en consecuencia, quienes están aprendiendo en la escuela requieren saber pensar el espacio y tener memoria histórica porque de otra manera no podrán desarrollarse en sociedad y mucho menos ser ciudadanos activos.
La segunda propuesta requiere que las experiencias de aprendizaje que el docente de geografía e historia planteen articulen contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales sobre hechos, fenómenos, procesos y problemas sociales y ambientales en sus dimensiones geográficas (espaciales) e históricas (temporales).
La tercera propuesta se refiere a la cuidadosa selección de contenidos conceptuales. Aquí hay que pensar que no todos los contenidos de geografía e historia pueden ser aprendidos de manera interdisciplinaria. Más aún sería absolutamente innecesario hacerlo. Por ejemplo, ¿es posible enseñar la evolución histórica de las coordenadas geográficas?, o ¿tiene sentido enseñar la circulación atmosférica planetaria para aprender la gesta sanmartiniana? NO. Y, sin embargo, difundidas propuestas curriculares lo han intentado. De allí el equívoco que significa enseñar ciencias sociales sin lógica disciplinar.
Finalmente no se enseña nada o se produce un vaciamiento notable como se ha podido comprobar en las jurisdicciones donde un solo docente se halla a cargo del área de Ciencias Sociales. Esto es el resultado de una sofisticación pedagógica pero también de procesos de ajuste económico que luego se quieren fundamentar epistemológicamente. ¡! Vaya la ignorancia de los que así lo pretendan. Para que un solo docente encare la tarea de enseñar Ciencias Sociales tiene que saber mucha geografía y mucha historia y saber pensar el tiempo y el espacio en términos didácticos.
La formación docente de los actuales profesores a cargo de las cátedras -salvo excepciones que confirman la regla- no parece indicar que se pueda llegar a resultados felices ya que lo que sucede en la práctica es que el docente de historia enseña historia con mapas o el docente de geografía enseña geografía histórica. Lo demás son artilugios pedagógicos o didácticos que nada tienen que ver con la enseñanza de las ciencias.
En la cuarta propuesta sintetizamos algunas alternativas aplicadas a través de los libros «Historia y Geografía de América» e «Historia y Geografía de la Argentina» (Durán, Baxendale, Pierre, Chiaramonte, Schmidt. 1999).
Diana Durán es Lic. en Geografía de la Universidad del Salvador.
Investigadora del CONICET en la Comisión Nacional del Programa Hidrológico Internacional de la UNESCO.
Fundación Educambiente
Bibliografía
Aguaradas, Andrés Oscar. Antes que el paisaje correntino muera.
Durán, Diana. Lara, Albina. Convivir en la Tierra. Lugar Editorial. Fundación Educambiente.
Durán, Diana. (comp.) La Argentina ambiental. Naturaleza y sociedad. Lugar Editorial.
Houstoun, Helena. Proyectos verdes: manual de actividades participativas para la acción ambiental. Planeta.
Kepes, Gyorgy. (coord.) El arte del ambiente. Víctor Lerú.
Leff, Enrique. (1994) Ecología y capital. Siglo veintiuno editores. Siglo XXI.
Lugo, Ariel. Morris, Gregory. Los sistemas ecológicos y la humanidad. OEA.
Teitelbaum, Alejandro. El papel de la educación ambiental en América Latina. UNESCO.
UNESCO. Los problemas mundiales en la escuela.
UNESCO. Tendencias de la educación ambiental.
UNESCO. La educación ambiental: las grandes orientaciones de la Conferencia de Tbilisi.