Acababa mi comentario de ayer con este añadido: «Para que no se diga que no hablo del suceso del día, hago mi porra particular. Así podréis reíros a gusto de mí mañana. Mi pronóstico: PNV-EA, 33 escaños; PSE, 19; PP, 14; EB, 4; EHAK, 4; Aralar, 1″. Cometí un error de bulto: fui incapaz de […]
Acababa mi comentario de ayer con este añadido: «Para que no se diga que no hablo del suceso del día, hago mi porra particular. Así podréis reíros a gusto de mí mañana. Mi pronóstico: PNV-EA, 33 escaños; PSE, 19; PP, 14; EB, 4; EHAK, 4; Aralar, 1″.
Cometí un error de bulto: fui incapaz de detectar el trasvase de votos que se iba a producir dentro del campo nacionalista a favor de EHAK. De hecho, pensé que podía suceder lo contrario. O los contrarios, en plural. Creí que una porción significativa del electorado tradicional de HB optaría por no votar y que otra se inclinaría por candidaturas con más posibilidades de llevar sus ideas a la práctica. Ni se me pasó por la imaginación que Batasuna-HB-EH-EHAK pudiera mejorar los resultados que obtuvo EH en 2001.
Acerté en lo de los vasos comunicantes de los dos bloques. El bloque españolista se ha llevado sus 33 escaños y el bloque autodeterminista, los 42 restantes. En proporción de votos tampoco erré: seguimos con el 60-40 de siempre, más o menos.
Mi fallo fue no apreciar la importancia de dos factores. Uno: que los votos que Ibarretxe se llevó prestados en 2001 de la izquierda abertzale, procedentes de gente que lo respaldó ante el riesgo de que Mayor Oreja pudiera convertirse en lehendakari, eran eso: prestados, y que cabía esperar que volvieran a su lugar de origen. Dos: que el gran cabreo producido en el campo abertzale por la política de prohibiciones y acoso de los gobiernos de Madrid iba a reforzar muy mucho la candidatura de EHAK, más allá de lo afortunado o desafortunado de las siglas y de lo conocido o desconocido de sus candidatos.
El resultado arrojado por las urnas refleja bien la sociología vasca (también dije que si la izquierda abertzale se quedaba en un 6% sería un error atribuirle esa influencia social: que lo suyo está más cerca del 15%, y se ha visto que apunta por ahí).
Lo que me gusta menos de lo sucedido ayer, y con diferencia, es que no faltarán quienes digan que la suma parlamentaria más fácil de hacer es: PNV-EA, 29 + PSE-PSOE, 18. Con lo cual, los restantes dan igual. Y ZP presidente.