Ecologistas en Acción y la Confederação Portuguesa de Asociaçoes do Defesa Ambiental (CPADA) denunciaron el pasado mes de julio que la superficie quemada de Portugal experimenta un crecimiento lineal año tras año. Lamentablemente ya se puede decir que en 2005 también se ha cumplido esta progresión. Asimismo España ha superado con creces el número de […]
Ecologistas en Acción y la Confederação Portuguesa de Asociaçoes do Defesa Ambiental (CPADA) denunciaron el pasado mes de julio que la superficie quemada de Portugal experimenta un crecimiento lineal año tras año. Lamentablemente ya se puede decir que en 2005 también se ha cumplido esta progresión. Asimismo España ha superado con creces el número de incendios del año pasado. Las organizaciones ecologistas han vuelto a hacer un llamamiento para que ambos países trabajen de forma conjunta.
Desde 1990, y a excepción del fatídico verano de 2003 en que el fuego consumió cerca de 440 000 hectáreas, la superficie ardida en Portugal supera cada año la alcanzada el año anterior. 2005 no es una excepción, y a varias semanas del fin del verano las hectáreas arrasadas por los 123 mil fuegos ocurridos en el país vecino en lo que va de año, ya han superado las 129 mil hectáreas de 2004. Según estimaciones del Presidente de la Liga de los Bomberos Portugueses, este año se alcanzarán las 200 mil hectáreas ardidas. En cuanto a nuestro país, el número de incendios registrados en lo que va de año es ya superior al de 2004. La península ibérica se lleva la palma de la Unión Europea en cuanto a superficie quemada.
Ambos países presentan importantes similitudes en relación con los incendios forestales. Ecologistas en Acción y la CPADA han vuelto, a comienzos de este verano y por tercer año consecutivo, a hacer un llamamiento conjunto a las administraciones competentes y los responsables políticos para que presten atención al problema y tomen medidas serias que erradiquen la política del fuego.
Ecologistas en Acción y la CPADA señalan que las causas de estas tragedias se encuentran en una inadecuada inversión de los presupuestos públicos en la lucha contra incendios, y en claras deficiencias en los dispositivos de lucha contra incendios, pero también apuntan a una equivocada gestión forestal. Parece necesario un cambio en la política forestal destinado a incrementar la biodiversidad del monte introduciendo un mayor porcentaje de frondosas en las masas repobladas En España, el abandono y la falta de inversiones en el sector forestal, y en Portugal, la desaparición del organismo público forestal (Direcçao Geral de Florestas) son elementos que ayudan a explicar en parte la situación actual. Además, en ambos países existe un desconocimiento de la causa de los incendios en un porcentaje elevado de los casos (20-30%), lo que dificulta la puesta en marcha de una adecuada prevención.
Igualmente es necesario erradicar cualquier posible beneficio que pudiera aportar un incendio. En este sentido, urge una mayor eficacia en la detención y sanción de incendiarios. Actualmente en España se sancionan apenas un 1% de los incendios, y la cifra es aún menor en Portugal (0,5%).
Ante esta situación, tanto los ecologistas españoles como portugueses consideran que ni las diferentes administraciones competentes, ni mucho menos, los responsables políticos están dando una respuesta adecuada. En este sentido, ambas organizaciones consideran que entre los estados de España y Portugal deberían existir una mayor colaboración y un mayor trabajo conjunto.