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Entrevista a Nydia González. Presidenta de la Asociación de Pedagogos de Cuba (II)

De crisis, reformas y sueños

Fuentes: Insurgente

…..hace tiempo que no llueven sueños. (Mario Benedetti) En el Estado español corren tiempos de cambios educativos, con todo lo que eso conlleva. A nadie se le escapa por estos lares, que siempre van acompañados de giros en la dirección política. El bipartidismo alternante actual (quizás con la rémora de los «nacionalismos periféricos» que algunos […]

…..hace tiempo que no llueven sueños.

(Mario Benedetti)

En el Estado español corren tiempos de cambios educativos, con todo lo que eso conlleva. A nadie se le escapa por estos lares, que siempre van acompañados de giros en la dirección política.
El bipartidismo alternante actual (quizás con la rémora de los «nacionalismos periféricos» que algunos quisieran domesticar, de una vez por todas), al margen de talantes belicosos o bisoños, navega con rumbo fijo en las siniestras aguas del capitalismo (más o menos salvaje) al albur del muy hegemónico neoliberalismo político. Esto es compatible con una democracia formal y de pensamiento débil, pero choca con la posible implantación de procesos reales de deliberación, con la democracia participativa y popular.
La escuela sigue el mismo camino y se desliza entre una aparente democracia vacía de contenido y el anhelo de crear futuro, de crear esperanza de cambio.
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Estas contradicciones favorecen los tiempos de crisis y en estos momentos sobrellevamos una que a la problemática comentada, suma la multiculturalidad, la llegada masiva de inmigrantes (a la sociedad y a la escuela), como un problema y no como una riqueza, las sucesivas reformas del sistema desde las élites gubernamentales -la LOCE que reforma a la LOGSE y la LOE que paraliza y también reforma a la LOCE-y unas encuestas europeas que sitúan a nuestros escolares en niveles de calidad no aptos para países de nuestro pedigrí y que nos devuelven la imagen de un 30% de fracaso escolar.
En medio de lo que no acaba por verse como una evidente crisis del sistema en general, se utiliza el recurso fácil de los lugares comunes, se recurre a la crisis de valores de niños y adolescentes, a la pérdida de autoridad del profesorado, a la falta de estímulo del esfuerzo personal, a la idea de que porque unos pocos alumnos no quieran estudiar, no se pueden perjudicar los demás, etc. etc..
inSurGente.-¿Cómo ves tú toda esta problemática?
Nydia González.- Me estáis planteando algunos problemas que se dan en España y, como es natural, mi visión es bastante lejana, cosa que me preocupa mucho cuando voy a enjuiciar algo. No quiero evaluar, sino sencillamente hacer una reflexión sobre algunas cuestiones que me habéis señalado.
En primer lugar, pienso que es muy difícil crear una escuela democrática dentro de una sociedad que no lo es. Supone un serio problema porque tú estás enseñando a ser democrático, a través del propio desarrollo democrático como docente en tu clase, pero estás viviendo en un contexto que no lo es. Esto no quiere decir que haya que renunciar a la tarea. La escuela puede ser el espacio que forme a un ciudadano capaz de querer transformar ese mundo, de hacer más democrática su sociedad y de tener posibilidades de influir con sus criterios a un cambio. Si tenemos que resistir direcciones no democráticas socialmente, no debemos conformarnos con que existan escuelas no democráticas, porque eso sería estar embargando el futuro.
La escuela está preparando el futuro en cuanto debe ser el espacio en que se formen los sujetos del mañana o por lo menos que se forme una persona capaz de ser rebelde, de cuestionarse, de no sentirse bien en esa situación no democrática, aunque exista un presente con los problemas que ustedes me manifiestan y que son comunes no sólo en la sociedad española sino en la sociedad capitalista en su totalidad.
Por eso es indispensable que el maestro se sienta como un sujeto democrático y promotor de democracia, las dos cosas. En este sentido pienso que hay muchos problemas que pueden ayudar a los educadores a desaprender su visión y a crear una nueva. Por ejemplo, la cuestión de la diversidad en las aulas.
Yo recuerdo cuando era maestra, siendo muy joven, los maestros decíamos «¡qué bueno! Tengo un grupo de lo más homogéneo, son todos muchachitos igualitos». Claro que eso empezaba por ser falso porque no puedes tener dos personas iguales en un grupo, tal vez en el color o tal vez en el nivel o status social que les permitía ir a esa escuela privada. O tal vez que tenían ciertas historias más o menos parecidas… Todas esas cosas le hacían pensar a uno que tenía un grupo homogéneo. Y lo veíamos como una cuestión muy positiva porque nos era más fácil enseñar.
Ya no estoy ni segura de que sea más fácil enseñar, aunque todavía no le refuto mucho a quien aporta ese argumento. Lo que sí digo convencida es que es mucho menos rico el proceso y el resultado que se obtiene. Porque cuanto más diverso es el grupo más puntos de vista hay en el análisis, más visiones diferentes tiene el profesor y el grupo ante sí y, por tanto, mucho más rico y más cercano a la objetividad es el resultado de ese análisis.
Si se atribuye a la diversidad la merma de la capacidad y la riqueza de los resultados es porque no se le ha sabido sacar provecho a esa diversidad. Es cierto que es una tarea compleja, que obliga a mejorar la formación, que exige una visión verdaderamente tolerante y más abierta.
La diversidad no se puede ver como la diferencia, aunque en la raíz etimológica tengan algo que ver. Desde una perspectiva social, existe la responsabilidad de analizar la diversidad a partir de la semejanza. Porque tú y yo tenemos muchos puntos diferentes, muchos. Nuestra cultura, nuestra nacionalidad, nuestros años, la visión de nuestros contextos tan diferente… Y si hablamos de Jose, tendríamos que señalar, además, las diferencias de sexo, las diferencias de educación familiar. Todo eso nos diferencia. Pero si hiciéramos el listado de lo que nos asemeja, ahí sí que tendríamos una lista inagotable en cuanto a nuestros intereses, nuestras apreciaciones, nuestra profesión, nuestros objetivos, nuestra condición humana de ser más, esa necesidad humana que tenemos de crecernos, de aprender, … Yo te vería a ti como la posibilidad de saber todo lo que tú sabes y yo no, por no haber estado juntas. O sea, mi diferente es sencillamente mi complementariedad. Y yo tengo que verte como eso, como la necesidad de aprender de ti y de hacerte parte mía. De ahí que la empatía y la tolerancia con el diferente sean básicas.
Si la diversidad la entiendo como fuente de aprendizaje, voy a querer que mi escuela sea diferente, sea heterogénea, que mi grupo sea bien diverso. Porque ¿qué niño que esté conviviendo con niños de otros países de otras culturas no enriquece su acervo cultural y su visión de contexto? ¿Cómo vamos a negar eso?
iSG.- Además de la cuestión de la diversidad, ¿no te parece que un fracaso escolar tan elevado merece una reforma seria del sistema que lo provoca?
N.G.- De cualquier manera, creo que las reformas son eficaces y adecuadas cuando conducen a hacer del currículum no una camisa de fuerza sino un marco de posibilidades amplias y flexibles que satisfagan las necesidades cognoscitivas de las personas que viven ese proceso, y cuando se vinculan más a la práctica, porque los currículum suelen estar más ligados a lo académico que a lo práctico, cosa que si bien satisface mucho al teórico deja pocos frutos al participante.
Y ese es uno de los motivos de la decepción, del fracaso, del abandono. Porque nadie quiere estar en una escuela que no educa para vivir, que no proporciona las armas con que luchar en la vida. La escuela me tiene que suministrar las herramientas con que conseguir mi pan, con que conseguir ser ciudadano, crecer, ser más cada día. Si no, poco justificado está el hecho de que les hablemos a los jóvenes de la permanencia escolar.
En Cuba no es un problema la deserción en ningún nivel. No existe el abandono escolar en la enseñanza obligatoria e incluso el número de estudiantes universitarios no cesa de aumentar. Ni los viejos queremos estar fuera de las escuelas. En la Asociación existen una gran cantidad de adultos mayores que están incorporados a los cursos de la tercera edad. Y tú ves personas de ochenta años. Uno puede tener la tentación de preguntarse para qué estarán. Pues están para sentirse bien, para realizar un sueño, para satisfacer una necesidad, para sentir que son protagonistas de un proceso. Para eso están aunque tengan ochenta años.
No debe tranquilizarse la sociedad española con los porcentajes. Las cifras son engañosas. Hablar de un 30% de personas que dejan la escuela o que no alcanzan el nivel quiere decir que hay un 30 % de personas condenadas, excluidas, marginadas. Personas que no van a tener competencia en el mundo. Martí decía que nosotros tenemos el derecho a ser educados pero al mismo tiempo el deber de educar a los demás. Es decir, llevar a los ciudadanos a la altura de su tiempo, para que floten sobre él y no dejarlos por debajo, hundidos para siempre. Ese 30% yo los veo hundidos para siempre.
Y no se puede estar tranquilo. No se puede dormir tranquilo cuando no se ha sido capaz de hacer de la escuela un espacio de satisfacción de necesidades, de sueños y de añoranzas, de búsqueda de las herramientas para luchar en la vida. Si la escuela no proporciona ese mínimo, la escuela tiene que revisarse. Si el currículum no facilita un aprendizaje de máximos para todos, hay que cambiar el currículum. Si la estructura no me permite hacer una escuela participativa y activa, si no me permite el programa introducir aquello que interesa y aquello que puede darte a ti la posibilidad de ser más en el futuro, de desarrollar las capacidades que te hagan flotar sobre tu tiempo… hay que cambiar la estructura. No tengo dudas sobre esto.
iSG.- Sabemos que estáis abordando en Cuba una importante reforma de la Educación Secundaria. ¿Cuáles son los principios educativos de los que parte?
N.G.- Primero he de deciros que esta reforma educativa de la Educación Secundaria está en proceso de experimentación, no se puede dar como un resultado acabado.
Estamos en un proceso de construcción sometido a un profundo análisis.
Lógicamente, la reforma surgió de una necesidad. Nosotros no estábamos satisfechos con la secundaria tal y como se estructuraba. No estábamos satisfechos del elevado número de asignaturas cada una de ellas impartida por un profesor que la consideraba como «la parte» más importante y, al mismo tiempo, como un conocimiento aislado de todos los demás. Por lo tanto, se estaban suministrando una gran cantidad de contenidos específicos aislados que el alumno por sí solo debía integrar.
¿Cómo pedir al alumno que integre las distintas disciplinas que se enseñan por separado? Si tú no integras un conocimiento, y si ese conocimiento sólo se aporta para que lo repitas y no para que puedas trabajar con él en proyección de transformación de los contextos, entonces, sencillamente no te han enseñado nada. Porque eso que memorizas hoy es cero mañana. La memoria no puede ser el fin, sino el puente que me permita recordar. Pero no puede ser el fin ni la manera ni el método.
También nos sentíamos insatisfechos de tener un aula con cuarenta alumnos y un solo maestro, con la complejidad que acompaña al hecho de ser adolescentes y la necesidad de promover relaciones de compañerismo.
Y nos sentíamos insatisfechos con el hecho de que la ciencia se dé para conocer la ciencia. Nosotros queríamos que la ciencia estuviera al servicio de la práctica y no la práctica al servicio de la corroboración de la ciencia. El alumno necesita tener la ciencia capaz de hacer el análisis de su realidad sea cualquiera que sea. Su realidad contextual, biológica, geográfica, matemática, su realidad lingüística, su realidad, en todos sentidos, social…
Las ciencias tienen que ponerse al servicio de esa práctica y si un fenómeno tiene que ser analizado por diferentes disciplinas, no se pueden parcelar las asignaturas como tradicionalmente sucede, sino que hay que buscar la manera de que este fenómeno esté enjuiciado, mirado, analizado, enfocado desde la óptica de las distintas ciencia. Eso es la ciencia al servicio de la práctica. Este proceso permite después al niño poder, no sólo enjuiciar científicamente la práctica, sino valorar alternativas que puedan modificar esa práctica.
Y esa modificación de la práctica, al fin y al cabo, es el objetivo de la docencia, porque ¿para qué enseñamos sino para que las personas puedan hacer de su contexto otro mejor? Ya se acabaron los tiempos en que la persona erudita era quien más conocimientos acumulaba, demostración que tanto gustan de hacer algunos profesores. Ahora no, porque si lo que quieres es demostrar que sabes mucho, más sabe internet: yo lo toco y busco ahí todo lo que quiero.
Luego el objetivo de cualquier educación secundaria debe ser formar en el adolescente la capacidad de utilizar la ciencia esté donde esté, en función del análisis de la práctica y que tenga la capacidad de encontrar alternativas de transformación. Es la única manera en que el mundo se va a desarrollar.
Por eso nosotros entendemos que, desde el punto de vista teórico-pedagógico-dialéctico, la reforma que estamos haciendo ahora no tiene argumentos en contra. Ahora, una cosa es que yo te diga que está fundamentada teóricamente y otra cosa es que en la práctica estamos tan satisfechos.
iSG.- ¿Podrías explicar un poco más cómo se concreta la reforma?
N.G.- En lugar de tener aulas de cuarenta tenemos aulas de quince alumnos. Ya por ahí te digo que puedes hablar de participación, de formas, de estructuras nuevas, de atención individual, de compañerismo, de relaciones y diálogo…
Segundo, antes tenías diez maestros que interactuaban con el alumno. En estos momentos, el equipo educativo se reduce a uno o dos maestros más aquellos que imparten las asignaturas de idioma y deporte, que son demasiado específicas y no las tenemos integradas.
Esta integración de las asignaturas entre los docentes se ha hecho de forma voluntaria y no por resolución, de acuerdo con las posibilidades y disponibilidad de cada profesional. Por ejemplo, se le ha pedido colaboración al educador de Física para ver de qué manera puede asumir el contenido de las ciencias naturales que tienen que integrarse para el análisis de cualquier fenómeno, ya que no se puede renunciar a encontrar su influencia en la física, en la química, en la biología o en la matemática, en el sentido que explicaba antes.
Esto supone realizar cambios en la formación inicial del profesorado, que durante muchos años ha estado basada en la especialización cada vez mayor de los futuros maestros de modo que se veían a sí mismos como dueños del conocimiento de su área olvidando el resto del currículo que lo ha conformado como docente y como persona. En este momento, desde los planes universitarios se está resolviendo el mal de origen creando los Profesores Generales Integrales que obtienen una formación menos especializada, más abierta y más coherente con el proceso dialéctico del aprendizaje y, por tanto, con el espíritu de la reforma planteada.
Estamos en ese proceso. Cada día avanzamos más, cada día tenemos más profesionales seguros de que pueden trabajar de esta manera pero, además, no se les ha dejado desamparados. En cada aula el docente dispone de un apoyo didáctico fundamental en forma de vídeos y software, que pueden servir tanto de guía como de profundización teórica en prácticamente todos los tópicos de trabajo.
¿Quiero decir que no hay problemas ni dificultades? No. En ningún momento. Creo que estamos en un proceso de acercamiento, de perfeccionamiento, de preparación donde puede haber éxitos extraordinarios en un aula y otras con más dificultades, como lo hay siempre en todo. Pero sí que la tendencia es al crecimiento, a la mejoría, a la formación de profesores cada vez más capaces de responder a este objetivo. Y pienso que el objetivo vale la pena, vale la pena el esfuerzo, vale la pena integrar los conocimientos. Eso el alumno lo va a agradecer: lograr en esta etapa lo que nunca antes logró, poner todas las ciencias integradas en función del análisis de un problema.
iSG.- ¿Cuál es la visión del profesorado ante un cambio de estas dimensiones en la educación secundaria?
N.G.- En general hay una aceptación. Por una parte de la juventud, que ha asumido el mayor reto que es formarse como profesor integral, pero también de las personas que eran maestros de especialidad y hoy están comprometidas en dar varias asignaturas y lo están haciendo con mucho respeto y dignidad.
El afán de ayudar a los jóvenes ha hecho que haya nacido el «Grupo de Tutores» que estimula la Asociación de Pedagogos. Somos tutores que hemos sido profesores de enseñanza secundaria, ahora jubilados y que gratuitamente ayudamos a ese maestro nuevo que nos consulta. Esta colaboración en el aula resulta, por una parte, útil para el maestro joven que se siente acompañado en este complejo proceso y, por otra, tremendamente gratificante para nosotros como tutores.
Y yo creo que así, entre todos, vamos a poder librar los grandes retos, resolver las grandes dificultades, ir creciendo en cuanto a las insuficiencias. Me parece que es la manera.
iSG.- ¿Cómo ves el papel de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en el sistema educativo cubano?
N.G.- Freire decía que él no era muy adicto a las nuevas tecnologías porque le producía pesar el que le pertenecieran sólo a una élite.
En el caso de Cuba el esfuerzo y el avance han sido extraordinarios ya que hemos conseguido que cada escuela tenga computadoras, incluso escuelas de cinco niños e incluso niños que por problemas de salud no pueden ir a la escuela y se les facilita este recurso en su propia casa. Hoy por hoy no hay maestro que no tenga computadora a su alcance aunque esté en lo más alejado o intrincado de nuestra geografía.
Este tiempo es el tiempo de la tecnología, de la informática, no podemos negarlo. El reto es conseguir que todos tengan acceso a ella. Nosotros nos lo ganamos por una voluntad de esas extraordinarias de nuestro gobierno que incluso en los momentos del periodo especial más difícil se planteó ese reto como objetivo. Y yo decía: es un sueño imposible, cuánto hay que luchar para eso… Y, sin embargo, el progreso imparable en este sentido es lo que me permite hoy estar pensando en cursos a distancia con CDs multimedia para que los maestros tengan la posibilidad de estudiar en su centro de trabajo. Es lo que nos permite pensar que a ese alumno, que desde el primer grado y desde el preescolar está trabajando en la computadora, se le brindan unas expectativas de desarrollo que suponen un salto cualitativo con respecto a las que tuvimos nosotros.
Creo que la enseñanza debe ser siempre un proceso de asombro en asombro, el mismo que sentí cuando en las escuelas de Sierra Maestra encontré un grupo de niños de primer grado trabajando su software, muriéndose de risa con los cuentos, las ranitas saltarinas, y todo aquello … No podemos negar que este acceso a las nuevas tecnologías para todos es, por sí mismo, un cambio y un progreso.
iSG.- Iniciativas como el ALBA (Alternativa Bolivariana para las Américas) ¿qué significan para vosotros en el ámbito de la educación?
N.G.- Si el ALBA toda es un amanecer maravilloso, en el ámbito de la educación es también formidable. Los proyectos más conocidos como la Operación Milagro o el Programa Barrio Adentro en cuanto a salud son emocionantes por la repercusión inmediata que tienen en la mejora de las condiciones de vida de la gente. Pero en educación se está haciendo algo parecido: empieza por pensar la cobertura, el espacio que la Revolución ha dado para formar aquí médicos -la Escuela Internacional de Medicina es como ver el mundo aprendiendo ahí adentro-, maestros, para la capacitación en los niveles básicos de secundaria y preuniversitarios,… empieza a pensar en eso…
Lo que nosotros hemos logrado en el terreno educativo puede dar ayuda a una cantidad enorme de personas que en el mundo latinoamericano no tienen posibilidades ninguna, no digo de hacerse médicos o directores de cine o arquitectos, no, no estoy hablando de eso…. Digo que no tienen ni posibilidad de llegar al preuniversitario. Pensar en eso desde un pueblo que tiene carencias y necesidades, que no parte de la abundancia como un pueblo del primer mundo, nos da la fuerza que significa compartir lo que tienes, no regalar lo que te sobra. Nos da la grandeza y la dignidad que ahora mismo tiene el pueblo cubano.
No damos lo que nos sobra. Es mentira, no lo damos. Poca cosa nos sobra en sentido material. Pero nos sobra mucha solidaridad, nos sobra mucho amor, nos sobra mucho deseo de ayudar. Y eso es lo que damos. Y por eso podemos hacer esas escuelas y esos planes. Y por eso podemos dejar un hospital sólo para los latinos que vengan a operarse y podemos dejar una escuela para formar maestros…¿Y esas cosas no las necesita Cuba también? Sí, las necesitamos. Pero qué gracia dar lo que te sobra. Nosotros entendemos que es una obligación, no un favor.
El ALBA es, para los países que la integran, una iniciativa que pretende ir más allá de la ayuda y de la obtención de beneficios, poniendo en primer plano la obligación del ser humano que no siente al otro con odio sino con amor.
Y así empezamos a ver todos los programas que estamos tratando de compartir, no digo de ayudar sino de disfrutar con Venezuela en un proceso que nosotros no hemos vivido a esa escala y que hoy Venezuela tiene capacidad de desarrollar. Por tanto, no es altruismo, es la posibilidad del disfrute, del disfrute de un cambio en otro país, del disfrute de una ayuda masiva a una población que la necesita.
La vida te da pocas oportunidades de sentir que has tenido una utilidad para un grupo humano. Y si hay algo que no se puede desaprovechar es esa oportunidad. Puedes desaprovechar cualquier otra, tal vez hasta la de hacerte rico. Pero lo que no puedes es desaprovechar la oportunidad de hacerte humano. Enriquecerte éticamente, sentirte persona, sentirte libre, sentirte capaz de dar lo que tienes pero, al mismo tiempo, sentirte acompañando un proceso tan lindo.
No se puede pensar dos veces en eso. Hoy todos los maestros nuestros quisieran estar allá. Todos los médicos nuestros quisieran estar allá. Yo tengo 68 años y yo quisiera estar allá. Porque me parece que no estando allá me voy a perder la experiencia de haber vivido un amanecer único.

Primera parte de la entrevista:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=20045