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Genio y bufón

Truman Capote en cine

Fuentes: Rebelión

Acaba de estrenarse en Nueva York un filme sobre la vida del controvertido escritor norteamericano Truman Capote. Según anuncia el diario The New York Times la obra, dirigida por Bennett Miller vio la luz en el Festival de Cine de Nueva York, que en estos días está celebrándose en aquella ciudad. La película enfoca solamente […]

Acaba de estrenarse en Nueva York un filme sobre la vida del controvertido escritor norteamericano Truman Capote. Según anuncia el diario The New York Times la obra, dirigida por Bennett Miller vio la luz en el Festival de Cine de Nueva York, que en estos días está celebrándose en aquella ciudad.

La película enfoca solamente un período en la vida del literato, cuando había alcanzado un pináculo de celebridad y opulencia y comenzaba a precipitarse en una crisis debido a sus indiscreciones al ceder, imprudentemente, a publicar las confesiones que le habían hecho miembros destacados de la alta aristocracia norteamericana.

Con su libro «A sangre fría» que vendió cinco millones de ejemplares en un breve lapso alcanzó una nombradía y un bienestar económico inigualados en el espectro literario. Después publicó «Plegarias atendidas» que divulgó secretos y sacó de los armarios viejas confidencias y habladurías que le proporcionaron un cierre de puertas de la vida social que él tanto apreciaba. Especialmente en la noveleta «La Cote Basque» colmó todas las revelaciones posibles y dejó a la elite como un guiñapo pulverizado.

Capote siempre fue un snob y valoraba mucha la amistad de las altas personalidades. Homosexual ostentoso, escritor de inmenso talento, vanidoso, deslenguado y agresivo, se convirtió en una leyenda en vida desde que publicó su obra inicial «Otras voces, otros ámbitos» cuando sólo contaba veintitrés años de edad

De»Desayuno en Tiffany» se hizo una agradable película con Audrey Hepburn. «Y se oyeron las musas» fue el resultado de un viaje a la Unión Soviética acompañando a una compañía que iba a representar «Porgy and Bess». En «El harpa de hierba» recreó su adolescencia. «Música para camaleones» demostró su calidad narrativa. «A sangre fría» le llevó seis años de trabajo. Para John Huston hizo el guión del delirante filme «Beat the Devil»

Su verdadero nombre era Truman Streckfus Persons y nació en 1924. Tomó el nombre de su padrastro cubano, Joe Capote. Creció en Alabama y pasaba sus vacaciones en Nueva Orleáns. Durante su niñez fue un pésimo alumno y fue considerado por algunos de sus profesores como un retrasado mental.

En una larga entrevista que le hiciera Lawrence Grobel dijo que Borges era un escritor de segunda categoría, Gore Vidal (con quien sostuvo una enconada enemistad), era simplemente pésimo, Saul Bellow no existía. Manifestó que Simone de Beauvoir sería olvidada y que a Faulkner solamente se le recordaría por alguno de sus cuentos. De Andre Gide manifestó que era una gran loca francesa con cara de rufián y de Jacqueline Susan afirmó que se trataba de un camionero travestí. Eugene O´Neill no poseía ningún talento. De Greta Garbo, que fue su amiga, decía que tenía cuatro Picassos pero que en su infinita ignorancia los había colgado al revés. Meryl Streep le daba grima porque tenía nariz de pollo y Jane Fonda era una farsante. No le interesaban las películas de Woody Allen. Capote decía de Jacqueline Kennedy que era una hipócrita y una oportunista y de John F. Kennedy que su principal interés en la vida era su afición a las prostitutas de lujo de Las Vegas.

Pero esa acometividad le era correspondida. Gore Vidal decía de Capote que era un ama de casa republicana con todos los prejuicios de Kansas. Manifestó que le había visto una sola vez en veinte años y eso ya era demasiado.

. Su colección de pisapapeles era fabulosa y la había comenzado con algunos que le regalara la escritora francesa Colette. Capote era epiléptico y tomaba dosis masivas de fenobarbital. También consumía tranquilizantes como Valium y Librium. Era un gran aficionado al vodka. En una época fue un gran consumidor de marihuana. Tuvo otros períodos en los que se inclinó por la cocaína. Todo eso fue minando su salud de manera ostensible

Se sometió a un tratamiento de rehabilitación para drogadictos, pero le sobrevino una perniciosa hepatitis. Su final se precipitó con una flebitis complicada con coágulos pulmonares. El 24 de agosto de 1984 se despertó muy desanimado y la señora que lo cuidaba trató de inducirle a desayunar pero no quiso, se quedó en la cama y dijo que dormiría un rato más. Cuando fueron a despertarle, al mediodía, estaba muerto. Tenía sesenta años.

Toda su vida luchó entre los extremos de ser un bufón palaciego o un genio literario. Artie Shaw declaró que había muerto de la vida, de vivirla demasiado plenamente.

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