Hay dos Españas. La España de la muerte y de la tortura, y la España de la libertad y de de la dignidad. Hay dos Españas, dos bandos, dos concepciones del mundo y de la vida. Hay dos Españas, la España de los asesinos, de la muerte, y la España de los asesinados y, pese […]
Hay dos Españas. La España de la muerte y de la tortura, y la España de la libertad y de de la dignidad. Hay dos Españas, dos bandos, dos concepciones del mundo y de la vida. Hay dos Españas, la España de los asesinos, de la muerte, y la España de los asesinados y, pese a ello, de la vida.
El fascismo siempre ha negado esta realidad, la de las dos Españas. Lo ha hecho en nombre de la democracia capitalista; de una Constitución hecha por una élite al margen de los sentimientos de los pueblos, y aprobada gracias a la ignorancia de estos; también en nombre de la legalidad y el orden vigentes, que son los de casi siempre. De este modo, España, su España, siempre ha sido una. Antes era grande y libre. Ahora, es consensuada y pactada por quienes nunca dejaron de tener el poder.
El diario El Mundo ha sacado una colección de sellos sobre la guerra civil. La han llamado «las dos Españas». Los fascistas no podían dejar pasar la oportunidad de recordar que hace 70 años hicieron una limpieza de rojos, intelectuales, maestros y humildes trabajadores. Conmemoran la muerte y el desprecio por la vida y la inteligencia. Porque la recuperación de la memoria, y esta colección no es otra cosa, siempre responde a unos intereses. Naturalmente, a los intereses de aquellos que tienen el poder. Esta vez no es distinto.
Hace 70 años, efectivamente, en España comenzó una guerra. Un ejército decidió matar y asesinar, y mató y asesinó a un pueblo, a una de esas dos Españas. Lo que nadie nos contará serán las razones de la guerra, o, si nos las cuentan, será de forma tergiversada: ya sabéis que la historia la escriben quienes ganan las guerras, y esta no es una excepción. Hay ya muchos libros, que no sólo justifican la guerra, sino que convierten a los verdugos en las víctimas, y a las víctimas en verdugos.
Hace 70 años había dos Españas. No está bien, hoy, decir que hay dos Españas. Pero el diario El Mundo puede decir que sí las había hace 70 años. Colocando la barrera del tiempo parece que esto no tenga tanta importancia. Además, esa guerra la ganó la España elegida, la buena, la de hoy. Así que tampoco pasa nada si se recuerda que hubo dos Españas. Además, nos advierten: nos recuerdan que hicieron una guerra para matar a una de las dos Españas, y esto es algo que, a buen seguro, volverían a hacer si fuese necesario.
La España que intentaron matar fue la del Frente Popular. Esa que, hace también 70 años, ganó las elecciones y comenzó la revolución. Esa es la otra España, la que quisieron matar, la que han intentado borrar de la historia y que, sin embargo, cada vez más jóvenes queremos recuperar.
Sigue habiendo dos Españas. Pese a que pueda parecer que una de ellas pereció durante la guerra, esto no es más que un espejismo. En las guerras sólo hay más violencia más explícita, pero ello no acaba con las ansias de libertad y de justicia. Y aquí no habrá paz hasta que no haya justicia. No hemos abandonado ni nuestras trincheras ni nuestros convencimientos. Ni nos han derrotado ni hay una sola España.