El diario El Nuevo Herald del pasado seis de abril informaba que las autoridades escolares de Miami iban a revisar si prohibían de sus bibliotecas un libro infantil titulado Vamos a Cuba, según habían exigido los grupos anticastristas de la ciudad. Según señala el propio diario, los contenidos que han indignado a quienes han pedido […]
El diario El Nuevo Herald del pasado seis de abril informaba que las autoridades escolares de Miami iban a revisar si prohibían de sus bibliotecas un libro infantil titulado Vamos a Cuba, según habían exigido los grupos anticastristas de la ciudad.
Según señala el propio diario, los contenidos que han indignado a quienes han pedido que sea retirado es que en la página 5, el libro de la autora Alta Schreier dice textualmente: «La gente de Cuba come, estudia y trabaja como tú. Pero en Cuba hay cosas únicas».
En otro párrafo, en referencia al concepto revolucionario de vincular el estudio con el trabajo infantil obligatorio, la obra afirma: »Todos los estudiantes hacen algún trabajo durante el día escolar. Unos trabajan en huertos, los mayores trabajan en fábricas»
En la página 26 se afirma que »la mayor celebración de Cuba es el Carnaval. Se celebra el 26 de julio». Esa misma fecha, la revolución cubana conmemora el Asalto al Cuartel Moncada, una acción guerrillera que supuso el inicio de la lucha contra la dictadura de Batista.
Todo eso parece que es considerado »insultante para los cubanos del exilio y los que viven en la Isla» por el miembro de la Junta Escolar Frank Bolaños, quien pidió a las autoridades el veto de la obra, algo que están estudiando.
Bolaños considera esas frases »absolutamente falsas». »La gente en Cuba come muy mal y hace filas de cuatro horas para recibir una mísera comida en cantidad y calidad… La gente en Cuba no trabaja como tú, porque allá le dicen dónde puede o no trabajar, y si se opone al régimen, pierde el trabajo», afirmó, por lo que debe impedirse que esté accesible para los niños de Miami.
Según los anticastristas «este libro tiene una base dañina e hiriente… además es un insulto para los cubanos de la Isla que viven una realidad triste y opresiva» y han solicitado a las autoridades que investiguen cómo fue posible que fuera distribuido en las escuelas locales.
Por otro lado, el libro en cuestión ni siquiera es de texto, sino un material que compran los encargados de las bibliotecas para que forme parte del fondo de cada escuela.
El libro forma parte de una colección de textos infantiles publicados por Heinemann Library que hablan de otros países, como Puerto Rico, el Reino Unido, México y otros. Existen versiones de estos libros en inglés y español.
De modo que si vamos a Miami, procuremos no decir que en Cuba se come, se estudia o se trabaja, por si terminamos proscritos, como este libro.