«El proceso de globalización le impuso a la Argentina en los años 90 un modelo de país productor de transgénicos y exportador de forrajes. Las consecuencias son ahora fáciles de advertir: inmensos territorios vaciados de sus poblaciones rurales, cuatrocientos mil productores pequeños arruinados y poblaciones afectadas por graves enfermedades. Este modelo agro exportador expresó la […]
«El proceso de globalización le impuso a la Argentina en los años 90 un modelo de país productor de transgénicos y exportador de forrajes. Las consecuencias son ahora fáciles de advertir: inmensos territorios vaciados de sus poblaciones rurales, cuatrocientos mil productores pequeños arruinados y poblaciones afectadas por graves enfermedades. Este modelo agro exportador expresó la abdicación del Estado frente a las políticas de mercado.»
Durante la realización del Foro Social de Resistencia a los Agronegocios organizado por el Grupo de Reflexión Rural, Centro de Políticas Públicas para el Socialismo, Acción Ecológica, GRAIN, BaseIS, Terra de Direitos, FOBOMADE y la Red por una América Latina Libre de Transgénicos, con el propósito de coordinar estrategias de resistencia e intercambio de experiencias entre las distintas organizaciones del cono sur que luchan contra el modelo de los agro negocios.
En este contexto se realizó una visita a los campos de soya en Córdoba junto a diferentes organizaciones e instituciones, la Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas, Vía Campesina de Ecuador, Terra de Direitos de Brasil, el Foro Boliviano sobre Medio Ambiente y Desarrollo, RALLT- Bolivia, Federación Nacional de Mujeres Campesinas de Bolivia «Bartolina Sisa» (FNMCB-BS), Veterinarios sin Fronteras Bolivia y dirigentes campesinos de Bolivia y Ecuador, con el objetivo de conocer los daños causados por el uso de agroquímicos en el cultivo de soya transgénica, los impactos ambientales (contaminación del aire, suelos, agua) y los impactos en la salud de las personas que viven en barrios cercanos a las plantaciones.
– Visita al Barrio de Ituzaingo Anexo de la Cuidad de Córdoba. Argentina.
En compañía de la Organización de Madres de Ituzaingo visitamos el Barrio Ituzaingo Anexo ubicado al Sureste de la cuidad de Córdoba Argentina en la periferia urbana, en cuyo recorrido de las calles se observó la gran expansión de los cultivos de soya transgénica a escasos metros de las viviendas, de acuerdo a lo relatado por las madres, se ven constantemente afectadas por las incesantes fumigaciones que realizan en el lugar con glifosato, endosulfan, 2-4D, paracuat y otros, convirtiéndose en una amenaza persistente.
Posteriormente se visitó el dispensario (centro de salud), que sólo realiza atenciones de primer nivel a través de consultas. Se conversó con el personal y los médicos, alguno de ellos relativamente nuevos, debido a que se realizan frecuentes cambios por el temor a contaminarse y de contraer alguna enfermedad. El nuevo personal médico tiene alguna información sobre el problema que atraviesa el barrio e informan que recién elaborarán un plan de trabajo donde se tratará el tema.
Según el grupo de Madres el dispensario fue una medida que utilizaron las autoridades locales para «callar» las voces que exponían la situación sanitaria del barrio. «Se ofrece atención médica pero no se cuestiona el origen de las enfermedades»
En una entrevista con la Trabajadora Social, funcionaria antigua en el dispensario, informó que antes se brindaba bastante información a los vecinos del barrio, pero actualmente ya no existe este tipo de trabajo por el constante cambio de personal. También señaló que se tienen casos de leucemias, todo tipo de cáncer, malformaciones y otros. Debido a esto, el barrio ya se encuentra marcado por los antecedentes y consecuencias que trajo consigo el cultivo de soya transgénica, sumado a esto no existe ninguna medida por parte de las autoridades, porque simplemente prefieren negar el problema.
La organización de madres señala que los resultados de los análisis de sangre realizados a los niños reportaron la presencia de hasta 5 agroquímicos; una de ellas expreso preocupada «nuestros niños tienen una mezcla de agroquímicos».
Lo más sorprendente fue ver el reporte que realizaron de manera personal, la organización de madres, sobre los problemas de salud en el barrio, algunas de las enfermedades encontradas fueron: lupus, anemia hemolítica, tiroides, leucemia, linfoma, sarcoma, tumor de cabeza y ojo, cáncer de útero, mama, páncreas, estomago, testículo, vejiga, entre otros. Además nos informaron que llevan registrados más de 200 casos de cáncer; señalan que muchos de sus vecinos, mujeres, jóvenes y niños fallecieron debido a las patologías encontradas sin poder hacer nada al respecto. También existen problemas de malformaciones en recién nacidos, las mujeres tienen temor de embarazarse debido a que se dieron casos de abortos espontáneos, por lo que temen que sus bebes nazcan con algún problema. Asimismo elaboraron un mapa del barrio donde se puede identificar claramente los lugares donde se encuentran las personas con los tipos de patologías .
Ellas expresan, que tienen soya en el este, norte y sud del barrio, es decir viven rodeados de cultivos de soya, y en época de fumigación las avionetas pasan encima de todas las personas que habitan el barrio.
El barrio cuenta con calles que se ven desérticas con muy poca vegetación, los árboles del lugar están secos y algunos muertos; e incluso sus terrenos y viviendas se desvalorizaron debido a que la gente identifica a la zona «de gran riesgo para la salud» por lo que no pueden vender sus propiedades e ir a vivir a otros lugares donde no estén expuestas a las altas concentraciones de agrotóxicos.
El anhelo de estas madres es un ambiente de vida mejor para su familia. Lo valioso de este grupo de mujeres es que ellas luchan y resisten poniendo en riesgo sus propias vidas ante las constantes amenazas físicas y verbales que reciben.
Todas estas son las consecuencias de un modelo de agricultura impuesta por empresas como Monsanto que velan solamente por sus propios intereses, netamente económicos, sin tomar en cuenta el gran daño que causan a las personas y al medio ambiente.
– Visita al Barrio de Montecristo de la cuidad de Córdoba. Argentina.
Junto a la Organización por la Vida, se realizo la visita al barrio donde los vecinos expresaban la presencia de todo tipo de enfermedades, entre ellas el lupus, distintos tipos de cáncer, niños nacidos con malformaciones etc. Asimismo señalan que muchos de sus vecinos ya murieron con diferentes tipos de cáncer y otros tipos de patologías. Incluso al recorrer las calles del barrio se pudo observar a los perros y gatos del lugar con tumores; los árboles en las calles y en la plaza principal están secos y van muriendo poco a poco al igual que la vegetación va desapareciendo a ritmos acelerados.
El barrio está rodeado de cultivos de soya transgénica y estos se encuentran muy cerca de las viviendas (al frente de ellas), pero lo que llamó la atención fue encontrar los silos asentados en el centro del barrio en una de las avenidas principales, uno de los vecinos señaló al respecto «los silos también nos envenenan con sus gases tóxicos y sus partículas, esto sumado a los agroquímicos hacen un cóctel de contaminantes muy peligroso». Los vecinos expresan que los responsables de manejar los cultivos y los silos «no cumplen ni la ordenanza, ni la ley provincial» y que «vivir en Montecristo se ha transformado en una bomba de tiempo». También se pudo evidenciar la presencia de una empresa envasadora de agroquímicos y junto a ella una fábrica de galletas y al otro lado las casas de los vecinos.
Otro aspecto que llamó la atención desde el momento de ingresar al barrio fue la presencia en el supermercado y en los silos de letreros con el nombre de Miguel Gazzoni, propietario de grandes extensiones de cultivos de soya. Los vecinos informan que es como si fuera el dueño del barrio y debido a esto, tiene dominio sobre la gente, ya que muchos trabajan para él. Existe temor de los vecinos para reclamar sus derechos ante las autoridades, ya que la gente que trabaja para Gazzoni recibe tickets para abastecerse de productos del supermercado, motivo por el cual temen denunciar las irregularidades que están sufriendo en el barrio, por lo que prefieren mantenerse callados y vivir como si no pasara nada.
Conclusiones
Los alarmantes impactos sobre la salud de los vecinos en ambos barrios, son una clara evidencia de los daños irreversibles que causan estos modelos de agricultura que solo velan los intereses económicos de las empresas dueñas de toda la estructura; ignorando el terrible daño que provocan al bienestar y convivencia que por derecho tiene los y las ciudadanas. Es evidente que los monocultivos de soya transgénica se expandieron sin respetar ninguna ordenanza, como señalo una de las madres de Ituzaingo, «lo único que falta es que en los patios de las viviendas quieran sembrar soya transgénica».
Las fumigaciones constantes y en elevadas concentraciones que requiere la soya transgénica afectan de manera irreversible a la salud, dañan el medio ambiente, arrebatando y devastando todo lo que está a su paso.
Compartir con los vecinos de estos barrios y conocer de manera directa los problemas a los cuales los sometieron, fue una gran experiencia para los visitantes especialmente para los productores que están más de cerca de los cultivos; quienes a través de esta visita reafirmaron su condición de realizar una producción que no se convierta en amenaza para los seres humanos y el medio ambiente. A partir de estas vivencias estamos comprometidos a seguir trabajando para evitar que este tipo de modelos devastadores amenacen la diversidad biológica y cultural de América Latina; atentando y devastando la producción de nuestros pequeños productores quienes serían los directamente afectados con este tipo de producción que se manejan en pocas manos.
Recordar que este modelo de producción sojera vulnera el derecho humano de los y las vecinas a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo, el derecho a la salud y el derecho a la información ambiental.
Los resultados de los encuentros de las organizaciones con los vecinos y organizaciones que se oponen al uso de agro tóxicos se socializaron en el Foro Social de Resistencia a los Agro negocios que se llevó a cabo los días 23 y 24 de junio en la Ciudad de Buenos Aires con la participación de más de 90 referentes de organizaciones de Brasil, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Paraguay y Argentina.
Por último agradecer la acogida de las Madres de Ituzangó y las organizaciones de Montecrísto y trasladarles nuestro sincero apoyo y compromiso.
Muchas gracias
Sorka Copa Romero . FOBOMADE – Bolivia
Jordi Menéndez. Veterinarios sin Fronteras – Cataluña
Red por una América Latina libre de transgénicos
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Experiencias de la Soya Tour, 20 y 21 de junio 2006
Red Bolivia Libre de Transgénicos
Antecedentes
El «Soja Tour» fue organizado por Grupo Reflexión Rural (GRR), Las Madres del Barrio Ituzaingó, Córdoba, y Por la Vida Monte Cristo de la Argentina. Esta experiencia consistió en dos días de visita al barrio Ituzaingó (cercano la ciudad de Córdoba) y Monte Cristo ubicado a 25 kilómetros de la ciudad de Córdoba. Ambas ciudades, altamente afectadas por el monocultivo de soja transgénica.
Como delegación de la Red Bolivia Libre de Transgénicos participaron Idelma Zambrana de la Federación Nacional de Mujeres Campesinas – Bartolina Sisa, Eufronio Herrera, Presidente del Consejo Municipal de San Pedro, Santa Cruz, e Ivo Syndicus de la Red Bolivia Libre de Transgénicos.
Otros participantes del evento fueron de FOBOMADE, Veterinarias sin Fronteras, Federación Sindical Única de Trabajadores Campesinas de la provincias del Norte de Santa Cruz (todos de Bolivia), Terra de Direitos (Brasil), Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas y Frente de Defensa Fernán Sánchez Castaño (ambos del Ecuador).
Detalle de la visita
El primer día la Sra. Sofia Gatica de los Madres del Barrio Ituzaingó guió una visita por su barrio mostrando la realidad de sus habitantes. El barrio Ituzaingó-anexo es parte de la ciudad de Córdoba dónde no habitan agricultores. Pero el sector urbano de Ituzaingó-anexo esta circundado de cultivos de soja en su norte, este y sur, pues es altamente afectado por las fumigaciones de los pesticidas, sobre todo el herbicida Glifosato, aplicados a los monocultivos de soja transgénica. Análisis de suelos y aguas realizados en el barrio evidenciaron altas concentraciones de agroquímicos tóxicos, como el DDT y Endosulfan, entre otros, los cuales son altamente tóxicos y prohibidos en algunos países. Debido a ello, la provisión de agua fue suspendida y el barrio fue declarado «inhabitable»; sin embargo, esta declaración fue anulada por las autoridades locales.
Los altos niveles de contaminación por agroquímicos en Ituzaingó explica la enorme incidencia de varios tipos de cáncer y malformaciones que sufren sus habitantes. El Grupo de Madres del Barrio Ituzaingó ha documentado los casos de cáncer y otras enfermedades típicas por la contaminación de agrotóxicos en todo el barrio con un mapa que indica la ubicación de cada uno de los perjudicados. El número de personas detectadas con cáncer sobrepasó las doscientas con tendencia a seguir creciendo.
A pesar que este tipo de documentaciones es responsabilidad de las autoridades gubernamentales en salud, no existe ningún registro oficial de la incidencia de estas enfermedades a causa de la contaminación por agroquímicos ya que el personal del Centro de Salud del barrio parece trabajar con los «ojos tapados». Los empleados con quienes se pudo conversar manifestaron ser nuevos en sus puestos y no conocer la realidad del barrio en cuanto a salud pública.
Las enfermedades existentes en Ituzaingó-anexo como enfermedades de sangre hasta diferentes tipos cáncer, alteraciones hormonales y abortos espontáneos típicas en personas expuestas al Glifosato e otros agrotóxicos, parecen ser desconocidas por los médicos del lugar. El Centro de Salud parece no darse cuenta de esta situación anormal.
Durante la visita a los campos de soja colindantes con el barrio se percibió que fuertes vientos soplan sobre los amplios, planos y desprotegidos terrenos con una dirección hacia la zona urbana. Los campos son fumigados con avionetas y por tierra con «Mosquitos». Entre los campos y la zona urbana existe una franja de sólo 250 metros, a pesar que el reglamento provincial impone una cortina de 500 metros sin fumigar y una ordenanza municipal prohíbe la fumigación en una distancia menos de 2500 metros. Lamentablemente, este marco jurídico existe solamente en el papel, los productores de soja no lo respetan.
El caso del pueblo de Monte Cristo es similar al de Ituzaigó. Los productores de soja fumigan a sólo 150 metros de la zona urbana y en algunos campos sin ninguna franja de separación de las casas. Las fumigaciones son mayormente aéreas (por avioneta) y por la noche. Esto evita que los pobladores documenten las fumigaciones. El impacto del glifosato es tal sobre los asentamientos humanos, que hasta en la plaza principal de Monte Cristo se observan troncos de árboles cortados y secos por efecto del glifosato. Las mismas enfermedades como en el barrio Ituzaingó-anexo tienen alta incidencia en los habitantes de Monte Cristo.
Juan Palacio de Por la Vida Monte Cristo, manifiesta que los reclamos realizados a los Ministerios de Salud y Medio Ambiente de la Argentina no fueron recibidos con la excusa que la Provincia de Córdoba es responsable de ocuparse de esta tipo de quejas. Las autoridades provinciales por su parte trasponen la responsabilidad hacia la Municipalidad, cual nunca ha dado respuesta alguna. Juan Palacio comentó que las intoxicaciones del lugar son enfermedades y muertes aceptadas legalmente.
Tristemente se evidenció que Monte Cristo es un pueblo cubierto por desaliento, la población local posee quebrada su autoestima debido a la realidad que les rodea. El silencio de la comunidad es una espera del próximo afectado por cáncer u otra enfermedad causada por la exposición continua al esto al Glifosato. En esta «lluvias de agrotóxicos» el cultivo de hortalizas para el autoconsumo es casi imposible.
En el centro de la urbanización de Monte Cristo se encuentra un amplio complejo de Silos que domina el paisaje. Los Silos son usados para secar y almacenar la soja. La transformación de este grano se constituye la única fuente de trabajo para sus habitantes, creando dependencia en el modelo productivo de la soja. Debido a ello, ningún habitante tiene el valor suficiente a reclamar por la contaminación que el poblado sufre, ya que el precio sería la pérdida de su empleo.
En Monte Cristo tampoco existen agricultores. Los campos de soja son alquilados por empresarios que contratan trabajadores para sembrar y cosechar el grano, y pilotos para fumigar. En realidad se desconoce a las personas que están atrás de la cara letal de los cultivos de soja. Los culpables parecen difusos, lo que hace más complicado para la población resistir a su cultivo.
La negación de las autoridades a estos problemas y, en todo caso, su apoyo al cultivo de soya, se mal justifica en el rol de soja en la economía de Argentina. La soja es la fuente principal de divisas para el Estado argentino. Casi toda la soja está predestinada a la exportación hacia Estados Unidos u Europa en forma de piensos animales, de esta forma se asegura el acceso barato de las poblaciones estadounidenses y europeas a carne barata. Para el Estado argentino los ingresos que genera la soja tienen prioridad ante las implicaciones de su cultivo en la salud pública local.
Comentarios finales
En Ituzaingó-anexo y Monte Cristo se observó cómo el modelo productivo de la soja afecta la salud pública, la calidad de los suelos y aguas, y la permanencia de bosques naturales. La soja tiene efectos severos en los recursos naturales de la Argentina y además amenaza la soberanía alimentaría local y nacional.
Ante este contexto productivo y político, queda defender la salud pública de las comunidades afectadas mediante la difusión de las experiencias vividas con el fin de ampliar el conocimiento, conciencia y resistencia a este modelo agroindustrial. La región de Córdoba no es un caso aislado aunque una manifestación extrema que muestra la tendencia de desarrollo del sector sojero en el Cono Sur.