Luego de tres años y medio de ocupación, el sistema de salud iraquí se hundió en una crisis mayor que durante las sanciones internacionales impuestas luego de la primera guerra del Golfo, en 1991. La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó que los iraquíes son extremadamente vulnerables en materia sanitaria. «Varias guerras y 13 […]
Luego de tres años y medio de ocupación, el sistema de salud iraquí se hundió en una crisis mayor que durante las sanciones internacionales impuestas luego de la primera guerra del Golfo, en 1991.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó que los iraquíes son extremadamente vulnerables en materia sanitaria.
«Varias guerras y 13 años de sanciones económicas causaron un gran daño en la nutrición de la población, en la estructura social, en la economía y en la infraestructura de la salud y los servicios», señaló la OMS en su sitio web.
«Esto está muy bien representado en los índices de mortalidad de la población iraquí, particularmente de los bebés, niños, niñas y madres. La mayoría de los iraquíes dependen completamente del sistema de Distribución Pública de alimentos para sus necesidades nutricionales», añadió.
La situación sanitaria en Iraq ha estado en constante decline desde el comienzo de las sanciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), impulsadas por Estados Unidos, en 1991.
Los médicos iraquíes tenían la reputación de ser los mejores de Medio Oriente en los años 80, pero ahora carecen de medicinas, equipos y recursos para mantener los hospitales.
«Antes estábamos molestos con el gobierno de Saddam Hussein (1979-2003) por la mala situación de la salud en el país, pero ahora quisiéramos retroceder en el tiempo», dijo a IPS Ahmed Zaydan, un maestro de 55 años del barrio Sadr City, de Bagdad.
«No había suficiente atención médica, pero era algo con lo que uno podía vivir, y la salud privada era barata. Esperábamos el cambio de régimen para mejorar nuestras vidas, pero el resultado es que prácticamente no tenemos ahora atención sanitaria del gobierno», añadió.
El régimen de Saddam Hussein procuró proveer de servicios médicos gratis a la mayoría de los iraquíes hasta la invasión liderada por Estados Unidos en marzo de 2003.
Antes había un hospital casi en cada pueblo. Las cirugías eran gratis. Los medicamentos eran importados por el gobierno y vendidos a precios accesibles tanto para los que iban a clínicas privadas como a hospitales públicos.
El Ministerio de Salud está controlado por el movimiento del clérigo chiita Muqtada al-Sadr, gracias a un acuerdo político entre los partidos gobernantes. Los enfrentamientos sectarios están afectando el funcionamiento de la cartera.
«La oficina del Ministerio en Bagdad está bajo control de personas ignorantes que no saben nada de ciencia», dijo un médico a IPS.
«Todo el Ministerio está controlado por clérigos que llegaron con sus milicianos para convertirlo en el cuartel general de sus escuadrones de la muerte. Muchos de mis colegas renunciaron, fueron despedidos o raptados por aquellos que les debieron haber dado protección. Otros abandonaron el país», agregó.
La independiente Asociación Médica Iraquí (IMA) anunció a inicios de este mes que el sistema de atención médica continuaba deteriorándose y carecía de personal y equipamiento adecuado. La IMA calcula que 90 por ciento de los casi 180 hospitales en todo el país carecen de recursos esenciales.
«Nuestros hospitales parecen establos, con falta de electricidad, medicamentos, equipos y ahora también médicos y cirujanos, porque los gerentes corruptos no se preocupan de otra cosa que llenar sus bolsillos con contratos falsos y planear asesinatos sectarios», dijo a IPS un médico de un hospital capitalino.
«En lo personal, he podido permanecer en mi empleo sólo porque soy de la secta favorecida (la chiita) y mi primo es miembro de un partido en el gobierno», añadió.
La IMA anunció este mes que, de los 34.000 médicos registrados en Iraq antes de 2003, más de la mitad abandonaron el país, y que al menos 2.000 fueron asesinados en el marco de la guerra sectaria.
La situación de seguridad en Iraq se agrava día a día. Este jueves, al menos 115 personas murieron en una serie de atentados con coches bomba, y fue declarado un toque de queda.
Hace dos meses, el Partido Islámico Iraquí anunció que su candidato para viceprimer ministro de Salud había sido secuestrado desde las mismas oficinas de la cartera. «El doctor Alí Al Mehadwi todavía está en manos de sus raptores, y estamos preocupados por su seguridad», dijo a IPS un miembro del partido.
A pesar de los más de 1.000 millones de dólares que Estados Unidos asegura haber volcado en el sistema médico iraquí, las necesidades de salud son uno de los más grandes problemas generados por la ocupación, y parece no haber una solución en el corto plazo.
La corrupción agravó la crisis. A inicios de este año, un proyecto por 200 millones de dólares para construir 142 centros de atención médica básica se quedó sin recursos apenas haber edificado 20 de estos, lo que la OMS calificó de «escandaloso».
El gobierno iraquí calcula que se necesitarán 8.000 millones de dólares en los próximos cuatro años para financiar el sistema de salud.
El grupo independiente Medcat informó que «condiciones fácilmente tratables como la diarrea y enfermedades respiratorias causan 70 por ciento de todas las muertes de niños y niñas» en Iraq, y que, «de las 180 clínicas que Estados Unidos esperaba construir para fines de 2005, sólo se completaron cuatro y ninguna fue abierta».