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Defensa incrementó el pasado año un 2.500% los gastos computados como ayuda humanitaria

Un informe cuestiona la eficacia del ejército en las intervenciones humanitarias

Fuentes: Canal Solidario/La República

Durante el año 2005, el Ministerio de Defensa español incrementó en un 2.500% el gasto computado como ayuda humanitaria, pero las intervenciones que provocaron ese gasto fueron «de dudosa eficacia» o de «humanitarismo cuestionable». Así lo denuncia el informe «La acción humanitaria 2005: un año de desastres naturales… y mucho más», elaborado conjuntamente por el […]

Durante el año 2005, el Ministerio de Defensa español incrementó en un 2.500% el gasto computado como ayuda humanitaria, pero las intervenciones que provocaron ese gasto fueron «de dudosa eficacia» o de «humanitarismo cuestionable».

Así lo denuncia el informe «La acción humanitaria 2005: un año de desastres naturales… y mucho más», elaborado conjuntamente por el Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH) y Médicos sin Fronteras (MSF).

Esas intervenciones de «eficacia discutible» llevadas a cabo por el ejército, y a las que el Ministerio de Defensa destinó 24,2 millones de euros, se refieren principalmente a:

# El tsunami en el Sudeste asiático. El informe destaca que el buque Galicia de la Armada española llegó 44 días después de la catástrofe # El terremoto en Pakistán. El ejército español sólo pudo intervenir 15 días después # Misiones de paz en Haití y Afganistán. En estos casos, los problemas residen en la confusión que, a menudo, se produce entre las acciones armadas y la intervención humanitaria.

«El uso de las fuerzas armadas en la acción humanitaria es legítima, sobre todo ante un desastre natural», puntualiza Francisco Rey, codirector del IECAH. «Pero este uso debe hacerse siguiendo las directrices de Oslo, que señalan que esta intervención militar será el último recurso y la parte humanitaria estará bajo control civil. Las fuerzas armadas deben ser colaboradores, y nunca actores humanitarios».

La crítica a la gestión de la ayuda también se extiende al ámbito internacional, donde la acción humanitaria «parece más orientada, en ocasiones, por criterios de política exterior o popularidad mediática que por necesidades reales de las poblaciones», señala Francisco Rey.

Basta recordar la polémica suscitada tras el tsunami cuando MSF anunció que dejaba de recaudar fondos para esta crisis. Para Aitor Zabalgogeazkoa, director general de MSF, en el tsunami había mucho dinero, pero no había suficiente capacidad. En cambio, en Darfur hay capacidad pero no hay medios.

«La próxima crisis humanitaria ya está aquí», señala Zabalgogeazkoa en referencia al conflicto y crisis en Darfur, que ya se extiende a las vecinas Chad y República Centroafricana. «Esta crisis demuestra la inoperancia de un sistema internacional que deja desatendidas las peores crisis crónicas».

La guerra en Darfur está provocando el éxodo de decenas de miles de personas a estos países vecinos, lo que agudiza un conflicto que ya dura años. «No es cuestión de dinero, sino de voluntad política», señala el director de MSF.

Pero la complejidad del conflicto de Darfur se revela cuando se trata de proponer soluciones. «No estamos seguros de que una intervención militar sea adecuada ahora, pero tampoco se ha forzado a los actores a llegar a un acuerdo», afirma Zabalgogeazkoa.

2005, el año de los desastres naturales

El tsunami en el sudeste asiático, el terremoto en Pakistán, la sequía en Somalia, los huracanes en Centroamérica y el Katrina en EEUU… El resultado de esta sucesión de desastres naturales, a los que hay que sumar la crisis nutricional de Níger y el conflicto de Darfur, se saldó con 157 millones de personas afectadas.

Un año, por tanto, que ha supuesto un verdadero reto para la ayuda humanitaria internacional. Y aun con todas las deficiencias que denuncia el informe de MSF y el IECAH, también resalta algunos resultados positivos.

La prevención, la preparación y la gestión de riesgos comienzan a ocupar un lugar más destacado en los planes de acción humanitaria. En España, el Plan Director 2005-2008 y el Plan Anual de Cooperación Internacional han creado un marco para el trabajo conjunto y coordinado en la ayuda humanitaria, situando a África en el centro de los planes.

Por otro lado, la cada vez mayor descentralización de la ayuda ha llevado a que una cuarta parte de los fondos recaudados procedan ya de las Comunidades Autónomas. Ahora bien, el informe alerta del riesgo de dispersión y descoordinación, por lo que pide que se establezcan protocolos para coordinar todos los esfuerzos.