Un estudio, elaborado por las Organizaciones Panamericana y Mundial de la Salud (OPS/OMS), señala que cada día siete millones de mujeres en Centro América sufre violencia, cerca de 2.5 millones son abusadas sexualmente y más de 3 millones son amenazadas por sus propias parejas. La información fue difundida en el último informe de Centro de […]
Un estudio, elaborado por las Organizaciones Panamericana y Mundial de la Salud (OPS/OMS), señala que cada día siete millones de mujeres en Centro América sufre violencia, cerca de 2.5 millones son abusadas sexualmente y más de 3 millones son amenazadas por sus propias parejas. La información fue difundida en el último informe de Centro de Reportes Informativos sobre Guatemala (Cerigua).
Con esos datos, publicados en el trabajo «Equidad de género en Salud en Centroamérica», se pone la violencia intrafamiliar como uno de los flagelos más grandes que afectan a la región. Según informó Cerigua «en los últimos años se ha incrementado la presencia de la violencia contra las mujeres en el ámbito privado, situación que pone en alerta a las agrupaciones que velan por sus derechos humanos».
Según el informe, la violencia intrafamiliar fue reconocida como un problema de salud pública en 1993 por la OPS y pese a los esfuerzos de esta entidad, en la región ha sido difícil implementar acciones e introducir políticas públicas a favor de la erradicación de este flagelo y la atención a las víctimas.
La OPS/OMS subraya que uno de los obstáculos para la atención integral de la féminas, ha sido que las agresiones en el ámbito privado no son percibidas por el sector salud como un problema de su incumbencia, sino más bien de carácter legal, donde los que se tienen que hacer cargo son los aparatos policíacos y no el sistema de salud.
El documento resalta que los episodios de violencia aumentan en frecuencia y gravedad y no desaparecerán si no hay una intervención consistente de la sociedad, la comunidad, las familias y las personas.
De acuerdo con las entidades internacionales de salud, las agresiones intrafamiliares se debe enfrentar mediante un proceso político, social y técnico que involucre a diferentes actores, ya que es responsabilidad de todos y todas erradicarlas.
Finalmente, la información subraya que la OPS promueve un Modelo de Atención Integral a la Violencia Intrafamiliar que propone una estrategia de acción completa a la que se incluye la promoción de formas no violentas, la detención, la prevención y la atención del problema, tanto médica como psicológica y social.