INTRODUCCIÓN La problemática a la que me circunscribo en este trabajo, y que enlaza diferentes temáticas, gira en torno a la conflictividad suscitada entre ciertas costumbres tradicionales de las comunidades africanas, más específicamente las pertenecientes a la colectividad Ewe de la región del Volta en Ghana, y la comunidad occidental regida por la política […]
INTRODUCCIÓN
La problemática a la que me circunscribo en este trabajo, y que enlaza diferentes temáticas, gira en torno a la conflictividad suscitada entre ciertas costumbres tradicionales de las comunidades africanas, más específicamente las pertenecientes a la colectividad Ewe de la región del Volta en Ghana, y la comunidad occidental regida por la política de derechos humanos. Para ilustrar esta complejidad que implica dos visiones diferentes del mundo, me centro en cómo ésta se manifiesta en la condición de la mujer del África subsahariana. Dentro de la amplitud de este tópico tomo un caso que ejemplifica esta situación que es el de las niñas trokosis.
Esta conflictividad siempre me ha inquietado, me ha llevado a la reflexión sobre cuáles son los límites de las cosmovisiones y prácticas de los grupos, hasta dónde se respeta la libertad de creencias y hasta dónde se actúa modificando esas creencias, imponiéndose unas sobre otras. Sin embargo, pienso que el hecho de que las organizaciones occidentales tomen las iniciativas para «liberar» a los oprimidos alrededor del mundo, no deja de ser la representación de un sistema de creencias, una postura de superioridad fundamentada en una idea de justicia universal que, si bien puede contradecirse con políticas adoptadas en el transcurso de su historia, hoy en día está muy vigente, y que considero que es una de las herramientas que les permite ubicarse en las mentalidades colectivas como los únicos capaces de dirigir ciertas sociedades que, sin su ayuda estarían «perdidas».
Asumo el hecho de que probablemente, dado lo acotado de este informe y mis escasos conocimientos, posea más preguntas que respuestas; no obstante, intentaré describir someramente algunas cuestiones de la condición general de la mujer en África, para luego explicar el sistema de las niñas trokosis, ya en el plano de la sociedad de Ghana. A partir de allí, entrelazaré esta costumbre con la presencia occidental, más precisamente británica, desde el período colonial y el rol que jugaron y juegan hoy, las religiones europeas y americanas junto a las políticas de derechos humanos, incluidas todas ellas dentro de una sociedad más o menos homogénea.
ALGUNAS CUESTIONES SOBRE LA CONDICIÓN GENERAL DE LA MUJER EN ÁFRICA SUBSAHARIANA
Para tener una visión general de la vida de la mujer africana hay que tener en cuenta un hecho clave: el período de dominación colonial. Esta etapa de la historia africana produjo importantes cambios en todos los ámbitos, ya sean estos políticos, económicos, sociales o culturales, entre otros. El caso de la mujer no escapa a este hecho.
Como todo acontecimiento que marca un antes y un después en la historia de una comunidad, la situación colonial no sólo afectó a los niveles propios de la soberanía de los pueblos africanos sino que produjo también un sistema social híbrido1, esto significa que a las costumbres y tradiciones africanas -haciendo referencia a una situación general, pero sin dejar de tener en mente las peculiaridades dentro de este inmenso continente- se les sumó todo un conjunto de ideas europeas que, aunque muchas veces rechazadas, no dejan de entremezclarse con las locales formando un todo nuevo que engloba las diferentes concepciones de ambas partes e inclusive incorpora elementos novedosos. La formación de este sistema social híbrido y su injerencia en la mujer africana es interpretado desde diferentes ópticas: para algunos investigadores no pudo ser más perjudicial; según ellos, modificó negativamente la posición de la mujer en su sociedad tradicional y su estructura productiva, desgastando sus derechos, arrasando sus vínculos sociales de apoyo y ayuda mutua que ésta tenía en su núcleo familiar y social. Para otros, el control europeo actuó a su favor desde el punto de vista de sus nuevas oportunidades laborales y educacionales.2
Sin embargo, considero que estos escasos cambios que menciono como tantos otros y viéndolo desde un enfoque mucho más general, son subsidiarios de una situación mucho más compleja que es la de la pérdida de autonomía, libertad de decisión, capacidad de desarrollo independiente. Todo esto que señalo lo hago porque creo que tiene estrecha relación con la condición de la mujer en el África subsahariana. Hay una cierta concepción en el mundo occidental sobre las injusticias en que viven muchas personas alrededor del mundo, entre ellas las mujeres. Como indiqué en la introducción, hay toda una búsqueda por la liberación de muchas mujeres en condiciones denigrantes. No obstante me pregunto, si la mujer occidental, que ha estado hasta no hace mucho tiempo secundada por la figura del hombre, oprimida, viviendo bajo una sombra que la mantenía donde se suponía que debía estar, privándola de derechos como votar por ejemplo, y otras tantas restricciones, ha tomado las riendas de su género y ha procurado ganarse los derechos negados durante toda una época, ¿no tienen las mujeres africanas la capacidad de poder lograr lo mismo por su propia cuenta, en caso de que lo deseen?, ¿o tienen que tener una «guía que las encamine» porque solas no pueden liberarse?
No quiero decir en absoluto que esté de acuerdo con muchas prácticas a las que son sometidas las mujeres africanas. A lo que apunto es a que si se piensa que ellas no tienen capacidad propia para poder manifestarse en contra de las políticas con las que están en desacuerdo, se está tendiendo a pensar que en algún punto se les niega sus aptitudes y potencialidades y se las está ubicando como seres inferiores a los que hay que actuar en nombre de ellos.
LAS NIÑAS TROKOSIS. ENTRE LA TRADICIÓN Y LA POLÉMICA 3
El sistema que se engloba bajo el término trokosis (también conocido como fiashidi) y que ha sido traducido como «esposa de dios», «esclava de los dioses» o «esclava fetiche» es una costumbre que se remonta a unos 300 años atrás aproximadamente y que se extiende por Ghana fundamentalmente, pero que también se puede encontrar en Benin, Togo y algunas zonas de Nigeria. Todo comenzaba cuando alguien infringía las leyes consuetudinarias o contraía una deuda. La tradición indica que para remediar su delito, la persona debía entregar a una niña de su familia al sacerdote local como modo de remediar su falta y aquietar de esta manera el ánimo de los dioses. La niña pasaba ahora a convertirse en propiedad del sacerdote durante un período que podía oscilar entre un gran número de semanas y tres años. No obstante, su situación de niña trokosis estaba sujeta a una variada serie de circunstancias: la gravedad del delito (muchas veces podía estar pagando una falta importante que se remontaba a varias generaciones atrás), la posibilidad de que su familia la abandonase o que esta última no pudiese cumplir con su obligación de proveer al templo de elementos tales como bebidas, ropa, dinero o animales requeridos para finalizar su ritual de liberación; de darse alguna de estas condiciones la niña quedaba de por vida como trokosis.
Una vez que la niña era posesión del sacerdote, era entrenada en la religión tradicional y debía servir al templo en actividades que iban desde el mantenimiento doméstico, como cocinar y lavar, hasta la obligación de servir sexualmente al sacerdote. Si bien no hay evidencias de que este último deber sea una parte sistemática de la práctica, es evidente que sucedía en prácticamente todos los casos.
Es sencillo deducir la reacción del mundo occidental cuando tuvo conocimiento sobre este habitual modo de pagar las infracciones. A partir del momento en que las organizaciones internacionales decidieron tomar las riendas del asunto, emergió una organización llamada Afrikania Mission que defiende el sistema trokosis en Ghana y asegura que esta práctica debe ser preservada. Sus argumentos aluden a que impidiendo que se continúe con esta práctica se está provocando el derrumbe de toda la antigua religión y afirman además que en realidad las niñas no son entregas en esclavitud sino que desde el momento en que se desean concebirlas se las ofrendan en agradecimiento a los dioses y que también son necesarias en su entrega al templo cuando los problemas acechan a la población actuando como un tranquilizante divino.
LA PRESENCIA OCCIDENTAL EN GHANA
«…las mujeres tienen un poder formidable: son las depositarias de los valores fundamentales de la sociedad, las guardianas del saber íntimo de los hombres. Generación tras generación transportan la identidad de un pueblo. Son las mujeres las que conservan la memoria colectiva no ritualizada, y por lo tanto la más profunda. (…) Son el depósito, el conservatorio de los bienes simbólicos.»4 A través de esta cita de Ziegler se consiguen analizar una serie de situaciones que se pueden rastrear desde la llegada del colono europeo.
Uno podría pensar que las organizaciones internacionales que buscan por todos los medios liberar a las niñas trokosis de su condición de esclavas están comprometidas con la causa con el único fin de preservar el bienestar de éstas. Y efectivamente creo que muchas personas que forman parte de International Needs Ghana5 realizan estas actividades con una finalidad honesta. Sin embargo, y a pesar aún de que aseguran no estar en contra de la religión en particular sino en contra de todo aquello que sea forzado, sin el consentimiento de la persona y que niegue su libertad, las consecuencias de su intervención en la sociedad ewe son trascendentes. La forma en que opera International Needs Ghana es la siguiente: realiza ceremonias donde negocia la liberación individual de niñas trokosis basándose en la Sección 314 A, agregada gracias a su influencia, en la reforma realizada al Código Criminal por el Parlamento de Ghana el 12 de Junio de 1998 donde se prohíbe cualquier forma de trabajo ritual forzado. A partir de allí, las niñas son enviadas a un centro vocacional donde reciben educación gratuita durante tres meses y son instruidas en oficios tales como diseño de indumentaria, peluquería, cocina y confitería, etc. Siguiendo la cita de Ziegler, considero que los efectos de esta organización como los de otras similares son profundos y transformadores. Sin lugar a dudas, la educación que les ofrecen a estas niñas está regida por las reglas de la sociedad de la que proviene, es decir, imbuidas de toda la visión cristiana occidental. Con esto me refiero a que, si como dice Ziegler las mujeres son las que transportan la memoria colectiva de su sociedad a la descendencia, la diversidad cultural va quedando poco a poco en el recuerdo. Los valores que la formación en el centro vocacional transmite es la de una comunidad extranjera, totalmente extraña a todo un legado generacional que por su efecto se desvanece. Por supuesto que erradicar una tradición de tamaña perdurabilidad en el tiempo no es algo tan fácil de realizar, y es muy probable que esta costumbre se siga efectuando durante un período extenso. No obstante, y vinculada a otras tantas políticas y situaciones de hecho como la llamada globalización, la intervención occidental inserta evidentemente todo un conjunto de valores que le son propios, dentro de la vida del africano. Sé que éste es un tema controvertido porque estamos hablando de privación de la libertad y eso es algo imperdonable, pero lo que intento decir es que quizá podrían buscarse otras medidas de remediar la situación que no sean tan corrosivas para el grupo en el que intervienen. Como dije en el inicio de la redacción, no tengo las respuestas a todos estos interrogantes, pero creo que merecen la pena reflexionar sobre ellos, sobre qué es lo que está sucediendo con toda una cultura.
REFLEXIONES FINALES
Pienso que el caso de las niñas trokosis ejemplifica uno de los aspectos de las mujeres del África subsahariana que es el conflicto entre la tradición y el mundo occidental contemporáneo. Sin lugar a dudas, no creo que este sistema vaya a extinguirse por completo en lo inmediato; inclusive muchas costumbres ilícitas se siguen practicando aún en la clandestinidad. Aún así, la tradición comienza a desintegrarse lentamente. Sé que ni siquiera la sociedad más tradicional que podamos considerar se ha mantenido estable en el tiempo y como tal desde sus inicios. Sin embargo, muchas medidas tomadas desde naciones ajenas al universo mental de las comunidades africanas, son medidas inconscientes, quiero creer, del efecto que producen a nivel social y cultural.
Si insisto tanto en los condicionamientos de los occidentales, pienso que, después de todo las sociedades africanas son independientes pero en muchos aspectos del quehacer cotidiano siguen debiendo rendirle cuentas a los países del norte. A veces me pregunto si los gobernantes africanos tienen tal grado de autoridad para opinar en cuestiones extranjeras.
Finalmente, después de leer todo lo que encontré respecto al tema, la impresión que me genera y que quiero resaltar es que, desde mi punto de vista, hay una apreciación aunque sea inconsciente de que la mujer africana no puede hacer valer sus derechos por sus propios medios. Quizá una imagen de víctima que deriva en valoraciones que tienden a tratarlas incluso de inferiores aunque no sea esa la finalidad. Tal vez sea una evaluación extremada, y puede que así lo sea, pero para tener una visión ampliada de la problemática sería necesario realizar una investigación más profunda donde pudiera encontrar más opiniones de las propias mujeres africanas y donde se pudiera analizar su punto de vista de la situación, tanto de ellas como de su sociedad.
NOTAS
1 Revista África Internacional Nº 18. II Parte http://www.eurosur.org/ai/18/mujer1814.htm
2 Revista África Internacional Nº 18. II Parte http://www.eurosur.org/ai/18/mujer1826.htm
3 Para el armado de este apartado me basé en las lecturas que realicé de los siguientes artículos:
«Exploitation. Problem 7: Customs and traditions» en The convention on the rights of the child http://www.curriculumsupport.education.nsw.gov.au/croc/exploitation.htm
«Ghana: Legislation Enacted to Criminalize the Trokosi Tradition of Enslavement» en Equality now, Enero 1999 http://www.equalitynow.org/english/actions/action_1402_en.html
«International Religious Freedom Report 2005.Released by the Bureau of Democracy, Human Rights, and Labor» en U.S. Department of State, 8 de noviembre del 2005 http://www.state.gov/g/drl/rls/irf/2005/51475.htm
«Trokosis: una forma de explotación de las chicas en Ghana» en afrol News, 2000 http://www.afrol.com/es/especiales/13256
4 ZIEGLER, Jean, La victoria de los vencidos, Ediciones B. Grupo Zeta, Barcelona, 1988 p. 181
5 International Needs Ghana es una organización no gubernamental de derechos humanos que trabaja activamente para la liberación individual de las niñas trokosis y por una nueva legislación.