El atentado de Barajas ha desatado todos los demonios camuflados en falsos discursos de tolerancia y supuestos diálogos. Ya ni siquiera la venganza se sirve fría. El Tribunal Supremo, en sintonía con la reaccionaria Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), no ha querido perder más tiempo para sentenciar que los grupos juveniles independentistas vascos Jarrai, Haika […]
El atentado de Barajas ha desatado todos los demonios camuflados en falsos discursos de tolerancia y supuestos diálogos. Ya ni siquiera la venganza se sirve fría. El Tribunal Supremo, en sintonía con la reaccionaria Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), no ha querido perder más tiempo para sentenciar que los grupos juveniles independentistas vascos Jarrai, Haika y Segi son organizaciones terroristas y no asociaciones ilícitas, como los consideró la tenebrosa Audiencia Nacional. Esta sentencia es probable que hubiera sido diferente si ETA no hubiera ejecutado el atentado de Madrid, pero sea como fuere, el castigo eleva a seis años de cárcel las penas de la mayoría de los acusados, que regresarán a prisión de grado o por fuerza.
Hace tiempo expresé mi inquietud de que las aparentes buenas formas de Zapatero, terminarían por sumergirse en las aguas pútridas del régimen heredado de Franco. En este país basta con ser resistente antifascista -en todas sus variantes- y estarán dadas las condiciones para ser vigilado, detenido y torturado si fuera necesario. El Estado español oculta bajo la palabra democracia una gigantesca cárcel, un enorme cuartel lleno de paradojas, donde se producen compadreos y en el que se compran y venden voluntades gracias a la existencia de una quincallería humana barata.
Ejemplos hay de sobra. Hemos visto una manifestación contra el terrorismo a la que no acudió el Partido Popular (PP) ni la AVT, que dicen estar contra el terror y la violencia y, sin embargo, no lo demuestran con los hechos. Claro que para violentos, ellos. No hay sino que ver al pacífico Alcaraz, el jefecillo de la AVT, estrechándole la mano al ultra, Ricardo Ynestrillas.
Los militantes del PP se frotan las manos pensando que esta situación les resulta propicia de cara a las próxima elecciones, mientras que los del Partido Socialista (PSOE) se muestran inquietos y todavía están poniendo el grito en el cielo porque su jefe de filas iniciara «conversaciones» de paz con ETA, ya que aquellas podían influir negativamente en futuras consultas electorales. Votos y más votos. Eso es lo importante. Lo demás es pecata minuta.
Los intelectuales y artistas, codo con codo junto al actual partido del Gobierno, salen a la calle a manifestarse contra la violencia de ETA pero les falta valor para denunciar la represión y el terror que genera el Gobierno dentro y fuera del país (sobretodo dentro, porque dar lecciones de «democracia» al vecino no compromete, incluso lo hace el PP). Parece que la cobardía está directamente relacionada con el deseo de que no falten lentejas en el puchero.
Jefes y subordinados sindicales acuden en defensa de la democracia, pero ello no es óbice para que simpaticen con la cúpula de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) la cual apoyó un golpe de estado antidemocrático protagonizado por Pedro Carmona el ex presidente de la Patronal de aquel país, ahora exiliado -en amigable camaradería junto a terroristas cubanos- en Miami.
El PSOE manipula a los inmigrantes, aprovechando la circunstancia de que las victimas del atentado pertenecían a ese colectivo, e invita a las asociaciones de ecuatorianos de España a sumarse al jueguito, mientras el PP hace lo propio inventándose en menos de 24 horas -a golpe de talón y falsas promesas- otra asociación para que siga su propio juego y contrarreste a los primeros. Existen pocas diferencias entre el PP y el PSOE pero tampoco debe haberlas entre los ecuatorianos inmigrantes, porque en las últimas elecciones celebradas en su país votaron, casi mayoritariamente, a favor de la oligarquía millonaria que los hizo aún más pobres obligándoles a abandonar sus hogares.
Este Gobierno «progresista» se jacta de haber hecho menos concesiones a ETA (si hizo alguna) que su antecesor. Ni siquiera aplica la legislación para excarcelar al preso Iñaki De Juana Chaos, al que alimenta, contra su voluntad, en la huelga de hambre que lleva a cabo. El PSOE ha querido quitarse de encima el problema que ha creado, solicitando la prisión atenuada. Pero el PP y la AVT desean su muerte, la mayoría de los periodistas «demócratas» también, afirmando que De Juana Chaos aspira a una eutanasia un tanto sui géneris. Finalmente el recluso permanecerá en prisión provisional y hospitalizado, o sea, condenado a muerte o a una vida vegetativa para siempre. Todos se alegrarán y, entre insultos dirigidos a la víctima de turno (como hicieron los verdugos de Sadam), quedarán satisfechos con la labor realizada desde la parcela que les fue asignada.
El Partido Nacionalista Vasco (PNV) no realiza presión alguna para la resolución del conflicto vasco, y se limita a realizar actuaciones de escaso compromiso. A veces solicita el acercamiento de los presos- eso facilita buena imagen- pero se muestra encantado con una autonomía que le proporciona sensación de poder, provinciano, subrogado al poder de Madrid. Comprometerse en serio conlleva un coste político y Josu Jon Imaz (el boss del partido y representante del sector más reaccionario de la burguesía vasca) lo sabe. Para eso- pensará- ya está la izquierda abertzale que es la única que da la cara, recibiendo a cambio las tortas, y algo más, de la policía vasca y de la española.
Zapatero y su partido comparten, igual que Aznar, el militarismo de la OTAN, organización criminal e imperialista. El Ejército español tiene previsto un gasto militar para este año de mas de veinte mil millones de euros. El incremento de las misiones militares en el extranjero, desmitifica la imagen pacifista del Gobierno. ¿Entonces dónde está el «no a la guerra, sí a la paz» de los actores, intelectuales y artistas? ¿Olvidado en el interior de un estómago agradecido?. Quizás los niños afganos no cuenten porque la guerra de Afganistán es «legal»; por tanto ni esos niños, asesinados o violados, ni aquel genocidio merecen una manifestación de los ciudadanos más «avanzados» de este país.
Todo estas miserias humanas han sido puestas a flote por el atentado de ETA, el cual lamento profundamente, así como la pérdida de vidas humana (espero que no me ilegalicen por ello). No tendría problema alguno en condenarlo, pero como no soy partidario de la doble moral, lo haré cuando esa caterva irregular y cobarde se moje de una vez condenando, también, la violencia que el Estado español genera dentro y fuera de sus fronteras.
Los protagonistas de este espectáculo siempre caminarán juntos y revueltos, aunque finjan ir cada uno por su lado. Todos pretenden legitimar la democracia de la burguesía que implementa guerras criminales en el exterior y torturas represivas en el interior. Lo importante para unos es el mercado electoral, para los otros vivir cómodamente cerrando los ojos ante situaciones que los pueda enfrentar al sistema. La paz es lo de menos, los muertos (todos los muertos) también, aunque simulen lo contrario.
Decía la letra de una canción que España será siempre negra como el betún. Toda esta gente sin escrúpulos así lo confirman. España es negra, todo es negro, tanto como el fascismo instalado en el Poder.