Recomiendo:
0

Documento para el debate

La encrucijada ecoambiental – mercado en Panamá

Fuentes:

Es evidente, que los discursos politiqueros sobre el ambiente no son más que el pasaporte público de confianza para programas de mercados insostenibles y depredadores de los pocos recursos naturales existentes. Como debemos saber, de nuestra madre tierra (diversidad biológica y sagrado hábitat de nuestra especie) ha pasado hacer laboratorio de técnicas sutiles en la […]

Es evidente, que los discursos politiqueros sobre el ambiente no son más que el pasaporte público de confianza para programas de mercados insostenibles y depredadores de los pocos recursos naturales existentes.

Como debemos saber, de nuestra madre tierra (diversidad biológica y sagrado hábitat de nuestra especie) ha pasado hacer laboratorio de técnicas sutiles en la industria de la inversión privada que no revierten económicamente nada a nuestro país y que ponen en riesgo el futuro.

En ese contexto es fundamental hacer énfasis sobre la poca visión de los gobernantes de ayer y de hoy, la cual ha demostrado que la falta de calidad de la educación y promoción de las riquezas naturales no representan un grado de sentimiento por la verdadera conservación e innovación en el equilibrio del progreso y la naturaleza.

Es decir, el actual sistema de desarrollo ha sembrado la convicción en el pensamiento de inversionistas privados, y estos a su vez en gobernantes, que la industria del turismo ecológico es la opción a la defensa macrobiológica, que la venta de islas y áreas de amortiguamiento a transnacionales son los salvaguardas divinos de nuestros paraísos, que las cercas de ciclón y guardias en tiempo de dictaduras protegerán la estética de las playas y que los rascacielos solucionarán todos los problemas de contaminación urbana sin dejar por fuera el tránsito vehicular en Panamá.

Éstas cuestiones y demás, que no son necedad de aficionados al ambiente, demuestra que el valor de lo material originario va más allá de su transformación, la cual su carácter forma parte de su identidad como elemento integrador de la naturaleza. Sin confundir, no debemos dejar que lo natural se convierta en desperdicio posterior de lo que no podemos darle solución, ni con el reciclaje.

Ecoturismo entre cercas, garrotes y escopetas

 

¿Qué garantía para la protección ecológica y comunidades aledañas nos dará nuestras autoridades gubernamentales ante la ley Nº2 de 7 de enero de 2006, conocida como ley insular, si todas ésta islas requieren de protección jurídica de inversión privada?

Esto no es más que el excelente mercadeo y negocio con nuestras islas en el Archipiélago de Bocas del Toro y el resto de los archipiélagos del país para el desarrollo de residencias de lujo para extranjeros, exonerados de todo impuesto y tributo, cuya denominación es turismo residencial*. El país se desborda en riquezas por esta magnífica política de vender nuestro patrimonio y no cobrar impuestos de ningún tipo.

Ésta ley pone en venta 20 islas panameñas con un valor individual que va de 395 mil a 4 millones de dólares publicada en un sitio de Internet.

Este sitio anuncia a Panamá como un país en donde el mercado de venta de islas no está bien regulado, y están «raramente» en plena propiedad.

Como un gancho para la venta se indica que los «americanos» han estado haciendo del país su segunda residencia.

Las islas a vender están ubicadas en el Archipiélago de Las Perlas, en la provincia de Bocas del Toro, en Colón, Chiriquí y en la provincia de Darién. Las concesiones alcanzan hasta los 90 años sobre terrenos estatales.

También permite la construcción de urbanizaciones, hoteles y pistas
de aterrizaje hasta en un 50% del terreno de una isla, siempre y cuando no sea un área protegida.

Algunas de estas islas en venta son:

Isla Montuosa con precio de 4 millones sobre 112 hectáreas

Isla Mamey, de Paulina y de Sordo

Isla de Puerco en el Archipiélago de Las Perlas, provincia de Panamá
Los Uveros, cerca de María Chiquita, en la provincia de Colón, la cual ofertan 2 millones de dólares.
Isla de Santo y San Pedro, ubicadas en las provincias de Darién y Chiriquí

 

La venta de estas islas son publicadas por la empresa española InmoNaranja y la canadiense PrivateIslandsOnline. Al cerrar una venta las empresas se ganan una comisión aproximada de un 4% del monto total, según explicó a un medio local Gabriel Medina Vílchez, de InmoNaranja, empresa ubicada en Granada, España.

Entre otras de las peculiaridades de este ecosuicidio es el caso del Archipiélago de Bocas del Toro, emblemático por las consecuencias del modelo de «industria turística» allí instaurado. Cuatro estudios han sugerido ya su situación ambiental apremiante, sin embargo, el gobierno aprueba el desarrollo del proyecto de construcción residencial Red Frog Beach sobre isla Bastimentos, y tantos otros.

Producto de esto, empresas de bienes raíces modifican entornos comunitarios y ambientales, uno de los muchos casos es el de Panamá Paradise en Playa El Flor, al sur de Veraguas, donde han modificado los entornos de escorrentías a la costa con impactos indeterminados. Sumado a esto las contrataciones de compañías privadas de seguridad y vigilancia, quienes se encargan de proteger las propiedades, y a su vez ponen en riesgo a las comunidades aledañas, que para evitar el tránsito por el área y el uso de servidumbre intimidan y amenazan al estilo militar.

Es así que el futuro de nuestros ecosistemas costeros se torna preocupante. Hay una centena de proyectos hidroeléctricos que vendrían a modificar aún más el equilibrio hidrológico que sostienen los biomas costeros. Se suma a ello las exploraciones petroleras en el Golfo de Darién, la construcción del gasoducto desde Colombia y Venezuela por el caribe que va asociado a los proyectos de exploración de hidrocarburos (gas) frente a Kuna Yala, la construcción de la megarefinería regional del Plan Puebla Panamá, así como de las reestructuraciones del oleoducto al occidente del país entre las costas de Puerto Armuelles y Bocas del Toro, y otro entre Arraiján y Colón.

Ciudad supersónica entre el caos

 

Otra de las evidencias sobre nuestro entorno ambiental son los megaproyectos de más de 40 pisos que pretenden realizar a orillas del Canal de Panamá, gracias a la «maravillosa» Resolución 237-05 del MIVI que permite la modificación en la altura de los edificios. Este documento indica bajo el supuesto de ganar más áreas verdes, que se puede dar mayor altura, contraviniendo lo estipulado en la Ley 21 de 1997, en donde se buscaba conservar -a pesar de los nuevos desarrollos- la relación de escalas entre el dosel de los bosques y las construcciones.

Como ejemplo: en el mes de mayo del 2006 defensores de Cerro Ancón se reunieron con Rubén Blades, ministro de Turismo, y sus colaboradores. Ante mi pregunta de porqué pensaban que la construcción de la famosa torre prevista en Ave. Balboa les parecía tan buena y que si habían pensado en los problemas ecológicos concernientes a las aguas servidas que se iban a vertir en la bahía (que ya recibe 300.000 mts cúbicos de deshechos por día).

También si habían pensado en los «tranques» enormes que se forman en Ave. Balboa. Me respondieron al unísono Blades y un «ingeniero urbano» de su equipo que en Ave. Balboa nunca hay tranques y que era un enorme «progreso» construir la torre más grande de América latina. Imagínense la ignorancia total de éstas personas que están supuestas a defender al país, trabajar por las personas más pobres y no poner su ambición y su avaricia como un escudo para enriquecerse más y más.

Qué esperanza podemos tener con tanta contaminación, rascacielos y ahora cuando vemos récord en   ventas de autos que por  segunda ocasión en ocho años superaron la barrera de los 500 millones de dólares. Ese auge en ventas, que en 2006 se tradujo en la colocación de 31 mil 83 carros nuevos, solo había sido alcanzado en 1998, cuando los bancos financiaron 34 mil unidades.

La Asociación de Distribuidores de Automóviles de Panamá (Adap) sostiene que las ventas de 2006 se mantuvieron dentro del ciclo normal del mercado que va entre 24 mil y 31 mil automóviles nuevos. Así que las consecuencias fueron precisas cuando 90% de la contaminación del aire es por causa de autos,   por ejemplo: en 1990 un promedio de 18.6 vehículos circulaban por kilómetro. Trece años después esa cifra aumentó a 27.9. El incremento debe ser necesariamente, objeto de análisis, ya que la contaminación por fuentes móviles es una de las que más incide en el desmejoramiento de la calidad del aire, según informes de la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM).

Súmele el transporte de combustibles fósiles a través del Canal de Panamá que viene a ser otra cuota significativa de impactos ambientales, por ejemplo: en los últimos 5 años, según la empresa OPC (Ocean Polution Control) se han reportado y atendido unos 300 derrames de hidrocarburos en costas panameñas, sin contabilizar los que no se reportan, los pequeños o los que ocurren en mares territoriales adyacentes. Cada año un alto porcentaje de barcos que usan el Canal y puertos tienen un derrame. La continuidad de los derrames con la ampliación de la vía interoceánica aumentará los impactos negativos sobre nuestras costas, al aumentar el flujo de transporte interoceánico.

El Plan Puebla Panamá, un megaproyecto silencioso y en marcha

Hace exactamente seis años se hizo el primer anuncio sobre el Plan Puebla Panamá (PPP). El cuestionado PPP sigue con vida, y el aún más cuestionado presidente mejicano Felipe Calderón, nuevamente desde Guatemala anuncia su disposición de revivir el Plan Puebla Panamá. El PPP arrancó oficialmente el 12 de marzo del 2001, durante la segunda gira de Vicente Fox a Centroamérica, en el contexto del Mecanismo de Diálogo y Concertación de Tuxtla financiado por Banco Interamericano de Desarrollo (BID). En efecto, el PPP es sólo parte de una gran estrategia para el continente diseñada desde Washington. Las élites de EEUU han apartado al continente americano para sus planes estratégicos de guerra económica contra los otros dos bloques fuertes en el mundo, el asiático, encabezado por China y Japón, y la Unión Europea. Los dos lados de las pinzas, donde entra el PPP, es la facilitación del comercio a gran escala mediante megaproyectos de construcción o mejoramiento de infraestructura y, por supuesto, su privatización. El PPP, busca crear redes de infraestructura vial, puertos, corredores multimodales, canales interoceánicos e integración de las redes de energía (gasoductos, oleoductos, etc). Desde luego, en cada región varían los detalles de cómo se impulsan estos grandes planes. Podemos afirmar que el gobierno de EEUU y las grandes corporaciones de ese país se complementan uno al otro en términos del control sobre América con tres objetivos: a) controlar los abundantes recursos naturales del hemisferio (sin olvidar que Canadá, también subordinado de EEUU, es igualmente valorado por sus abundantes reservas de agua y petróleo); b) vender sus bienes y servicios a un mercado de casi 900 millones de consumidores (600 millones de ellos no estadounidenses); y c) integrar las redes de energía en todo el continente para abastecer el mercado de EEUU. Todo esto lo podemos observar en los planes y programas del BID para Panamá en su página web. Colombia y la revancha por el poder territorial Sobre el mismo tema, en octubre del 2006 Colombia se incorporó al Plan Puebla Panamá y así se convierte en el «país bisagra» entre el PPP al norte y la IIRSA (Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana ) al sur. En tal sentido, Colombia evidencia la estrategia continental de EEUU, pues los dos grandes planes, PPP e IIRSA son un mismo proyecto integracionista y a corto plazo destaca su prioridad de lograr la interconexión de energéticos en el continente americano. Con el fin de lograr la interconexión energética, desde la plataforma del PPP, el gobierno de Colombia promueve la destrucción de las áreas mejor preservadas en el mundo actual, conocida como el Tapón de Darién, área fronteriza entre Panamá y Colombia. Darién esta compuesta de 160 Km. de largo y 50 Km. de ancho de espesa selva, pantanos y montañas de bosques de lluvia, riquísima en biodiversidad. Es llamado «tapón» porque hasta hoy no existe paso terrestre por él, que integre a Centroamérica con Sudamérica. El presidente colombiano Álvaro Uribe encabeza las demandas de las empresas y del gobierno de EEUU, de penetrar el Darién con carreteras, gasoductos y oleoductos. Esto genera consecuencias como la expoliación del Darién y el desplazamiento de los pueblos indígenas Emberas y Kuna Yala que habitan dicha área. También se remataría con un probable tendido eléctrico de alta tensión para unificar a mediano plazo las redes eléctricas de todo el continente, lo que el SIEPAC (Sistema de Interconexión Eléctrica de los Países de América Central) ha logrado con silenciosa eficacia en el área del PPP. A pesar de la animadversión del presidente Bush hacia Hugo Chávez, EEUU sigue siendo el mayor cliente de los energéticos venezolanos. Uribe ya ha tomado medidas para facilitar la venta del gas venezolano a EEUU, al firmar con Chávez en julio 2006 un acuerdo de construcción de un gasoducto que llevará gas natural venezolano al pacífico colombiano y, en el futuro, a Panamá. Minería y represas en tiempos de la colonia española   Así es, siguen las venas abiertas de Panamá, cuando campesinos y pueblos originarios, son obligados a desplazarse y ven como se destruyen sus últimos recursos por la codicia de gobiernos en todo los períodos de mandato en dar concesiones a transnacionales para la explotación de minerales. Son muchos los casos, en donde las poblaciones aledañas no surgen producto de promesas y de la violación de sus derechos como pueblos. Cerro Petaquilla, Cerro Pelado, Cerro Quema, Cerro Colorado, y otros, pueden ser el vertedero putrefacto de la tierra sino defendemos esos recursos. Evidente hecho, son los daños ecológicos que ha sufrido la región de Cañazas en Veraguas por el derrame de cianuro que vierten a los riachuelos y estos a los centros de potabilización de agua para la población. Pero uno de los casos típico de la política mafiocriolla es la de cómo dividir a los pueblos indígenas por medio de las migajas sobrante de las concesiones ilícitas. Estas tienden a comprometer en altas resoluciones a los gobernantes tradicionales y secuaces para maquillar las bondades del proyecto, cuando las promesas se escuchan a un ritmo mesiánico y combativo a la hora de votar en los congresos tradicionales. ¡Divide y vencerás! En ese mismo entorno, cabe decir que la imposición y la falta de consulta a los poblados es otro de las cualidades de quienes no creen en la vida y acaban con la esperanzas de futuras generaciones. El poder económico supera las tradiciones y costumbres ancestrales y no importa el grado de valor arqueológico que represente para el patrimonio nacional. Ni la minería, ni las represas son la solución a los problemas rurales. Son la amenaza al equilibrio del ciclo ecológico como se sostiene la especie en toda su dimensión. Río Tabasará, río Cobre, Santa María y Coclé del Norte tienen ese grado de calidad para la diversidad biológica que en otras regiones del planeta no se encuentran. Embalsar para proyectos hídricos para la venta de agua embotellada no es más que etiquetar y poner precio a lo que la madre tierra nos ha dado. ¿Cuánto valdrá en el futuro los tanques de oxígeno? ¿Qué esperanzas tenemos?   Qué podemos esperar de nuestro ecosistema que no defendemos, cuando somos cómplices silenciosos que mira al Gobierno y al sector pesquero dando la espalda a la protección ambiental: entregando a la Autoridad de los Recursos Acuáticos (Arap) el control absoluto de los permisos para la captura de mamíferos marinos para el confinamiento. O cuando se destruye la barrera natural que separa a Colón del mar, porque obedece a la expansión de los puertos en el área de Coco Solo, la cual más de mil hectáreas se han destruido y que dentro de poco, otras 50 hectáreas de mangles serán derribadas para dar paso a la expansión del puerto de contenedores de Evergreen. O qué carajo hacemos ante la ley 259 del 2006 que pone en riesgo 60% del área de la Cuenca del Canal de Panamá designada por Ley a uso agroforestal, y que promueve el desarrollo urbanístico dentro de este sensible e importante ecosistema, generador del recurso hídrico para consumo de seres humanos y para el funcionamiento del Canal. Qué podemos hacer por el cambio climático que sufrirá la región de Azuero. ¿Estamos preparados?     Entonces organicémonos para salvar nuestra MADRE TIERRA… Nuestra PACHAMAMA…  

Notas

*Figura jurídica desconocida

Xenia De León
Diario El Panamá América
12 de diciembre de 2006

Boletín «Chiapas al Día» No. 527 Ciepac, Chiapas; México.

27 de noviembre de 2006

«Chávez, Uribe y Torrijos inauguran en Venezuela un nuevo gaseoducto».Noticiasya.com/mundo/08/07/2006/chavez-uribe-torrijos.html

Costas y Conflictos Socioambientales en el Istmo. Reflexiones Ecopoliticas/01/2007 José González Jaramillo. Miembro de OilwatchPanamá.Publicado en Camino Alternativo.