Se inauguró este domingo la XXI edición del Festival Internacional de Films (FIFF) en la ciudad suiza de Friburgo. Constituye una de las muestras cinematográficas europeas más importantes en lo que se refiere a producciones que llegan a este continente provenientes de América Latina, Africa y Asia.
El puntapié inicial lo dio el domingo 18 a la noche la película de Chad «Estación seca». La clausura, seis días más tarde, le corresponderá a «Mukhsin», una de las nuevas producciones del explosivo cine de Malasia.
Entre una y otra, una maratón de más de cien largos y cortos metrajes, tanto de ficción como documentales, con un principal común denominador: ser producidos o tratar temáticas del sur. Concebido éste no sólo como un indicador geográfico, sino también como un concepto sociológico.
Lo que explica que el panorama «Imágenes de la vida urbana» -uno de los tres ejes temáticos fuera de la competición- integre también películas sobre realidades marginales de Europa. Como es el caso de la co-producción suizo-austríaca «Slumming».
Los otros dos panoramas permitirán llegar al público las más ricas producciones cinematográficas tanto de África del Sur contemporánea como del «nuevo cine» de Taiwán de hace algunas décadas.
Selección de calidad
En esta XXI edición «nos referimos a una selección intimista, muy profunda, poco convencional», explica Martial Knaebel, director artístico al frente del festival por última vez.
Si la radicalidad y el blanco-negro marcan a fuego esta época, a los medios de comunicación y al cine, «nosotros en estos años hemos tratado de presentar los
múltiples matices de una realidad compleja…y de ahí la fuerza temática de nuestro festival», enfatiza Knaebel.
Luego de tres lustros dirigiendo la muestra, «me retiro muy contento y tranquilo. El programa que presentamos este año habla por si mismo y es el reflejo de lo que hemos construido durante todo este tiempo. Me voy plenamente satisfecho», subraya.
Consultado sobre el motivo de su alejamiento del FIFF, la explicación es simple y va de la mano con su propia visión de la vida y del movimiento: «en algún momento me tenía que retirar… qué mejor que ahora que todo marcha bien, contamos con un equipo consolidado, con una nueva presidencia y con un evento de calidad».
El FIFF convocó en su edición 2006, más de 26 mil espectadores, entre ellos 6 mil jóvenes estudiantes secundarios. Los organizadores anticipan superar estas cifras en la XXI edición.
Presencia latinoamericana
Trece películas competirán por la «Mirada de Oro» (regard d’Or), el trofeo más preciado de la competición, que será concedido por un jurado compuesto por personalidades del cine provenientes de América Latina, Asia, Africa así como la realizadora helvética Jacqueline Veuve. La productora argentina Ana Katz integrará el tribunal.
«La casa de Alicia» (2006) del brasilero Chico Texeira y «El otro» (2007) del realizador argentino Ariel Rotter deberán competir en esta edición con once otras cintas provenientes de Tailandia, Malasia, Israel, Argelia, Tunez, Japón, China e Irán. Incluyendo «El Círculo de los ahogados», una coproducción belga-francesa que refleja algunos aspectos de la historia contemporánea africana.
Fuera de la competición, otras producciones latinoamericanas animarán las salas de Friburgo. Entre ellas, «El Comité» (2005) del ecuatoriano Mateo Herrera, que presenta aspectos de la realidad capitalina luego de un motín en una cárcel en la que 300 visitantes son tomados como rehenes.
También «Prohibido Prohibir» (2006), del brasilero Jorge Durán, historia de tres jóvenes estudiantes universitarios, unidos en la amistad, el amor y frente al drama de las contradicciones sociales en las favelas de Río de Janeiro.
«Cobrador, en Dios creemos» (2006) del realizador Paul Leduc, coproducción mexicana, española, argentina y británica; «Madeinusa», de la peruana Claudia Llosa y «Viva Cuba» del realizador cubano Juan Carlos Cremata, completan el conjunto de largos metrajes latinoamericanos que se exhibirán en Friburgo. Algunos cortometrajes de ese continente también alimentan una selección especial en ese género.
Un festival que va más allá de las salas
Seis seminarios animados por profesionales suizos y realizadores del sur, aportarán durante toda la semana un condimento de reflexión conceptual e intercambio intelectual.
«La diversidad de la oferta: las películas del Sur en Suiza», programado para el viernes 23 de marzo, constituirá, según los organizadores, un punto clave del encuentro de los dos mundos a través de la imagen.
La presencia esperada de más de seis mil estudiantes de diversas escuelas del cantón de Friburgo y de Berna para participar de funciones especiales, constituye otro aspecto complementario de la muestra. Desde su propia fundación en 1981 el FIFF -en sus inicios Festival del Tercer Mundo- ha marcado su rol de formador y de sensibilización entre el público escolar.
Y es también dirigido a este sector generacional que la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) ha lanzado una proposición novedosa en esta edición en el marco del «Año internacional de la Juventud» de Naciones Unidas.
En colaboración con la ONG suiza francesa E-CHANGER (Intercambiar), responsable del Jurado de los Jóvenes, ha promovido la creación de un Blog dirigido a dar cabida a los comentarios y aportes en relación al FIFF y su oferta.
Durante siete días Friburgo se convierte en la capital helvética del cine. Abriendo una gran puerta europea a la producción de Africa, Asia y América Latina. Una posibilidad única de «apreciar la diversidad del mundo», tal como lo subrayó Martial Knaebel al presentar la selección oficial 2007.
*Sergio Ferrari, de Friburgo, Suiza
Colaboración de E-CHANGER, ONG de cooperación solidaria
Blog Jóvenes: www.kaywa.ch