Comenzó en Cuba el gran encuentro que reúne más de 600 producciones cinematográficas y da impulso al film independiente, las artes plásticas, el teatro y la música. La pantalla grande proyecta, atrapa al espectador y lo traslada a nuevos mundos. Cintas cinematográficas de bajo costo y alta calidad formal y humanística son difundidas en la […]
Comenzó en Cuba el gran encuentro que reúne más de 600 producciones cinematográficas y da impulso al film independiente, las artes plásticas, el teatro y la música.
La pantalla grande proyecta, atrapa al espectador y lo traslada a nuevos mundos. Cintas cinematográficas de bajo costo y alta calidad formal y humanística son difundidas en la quinta edición del Festival Internacional de Cine Pobre en la cuidad de Gibara, a 800 kilómetros de La Habana.
Suzanne, una película francesa de Vivianne Candas, y el corto de ficción venezolano «Los elefantes nunca se olvidan», de Lorenzo Vigas Castes dan la bienvenida a todos aquellos cinéfilos, cineastas y aficionados.
Son más de 600 las propuestas y se destaca la presencia de obras de Argentina, España, Colombia, Cuba, Perú, México, Brasil, Nicaragua, Guatemala, Chile, Irán, Serbia Montenegro, Francia, Camerún, India y Estados Unidos.
Desde su fundación en 2002, el Festival de Cine Pobre es presidido por el director cubano Humberto Solás y tiene como fin dar promoción al cine independiente, cuyas producciones son realizadas con gran inventiva y calidad pero con escasos recursos.
«Tiene un carácter multifacético, no sólo es el audiovisual, nos interesan las artes plásticas, el teatro, la música», afirmó Solás, quien también aprovechará el contexto para lanzar la convocatoria al I Festival del Cine Invisible, de Valencia España, y la Red de redes de Festivales del séptimo arte alternativo.
Mientras corre el celuloide se llevarán a cabo diversas actividades, como foros y debates sobre la difusión y distribución del audiovisual alternativo, e intercambios de directores de festivales, televisoras y entidades audiovisuales internacionales.
Además tendrá lugar una expo-taller de pintura, cuya temática será la confección de telones que describan al Festival, con la participación de destacados artistas de la plástica como Agustín Bejarano, Eduardo Abela y Alicia Leal.
A su vez se verán muestras paralelas e institucionales como L`Alternativa, del Festival de Cine Independiente de Barcelona; Una mirada a la obra de Ives Billon, y la muestra Las Cámaras de la Diversidad, de la UNESCO. A estos segmentos se integran aportaciones del Festival Internacional de Oberhausen; de Signes de Nuit; Benalmádena; Derechos Humanos de Buenos Aires; Festival Icaro; Cinergia y la Escuela Internacional de Cine de los Tres Mundos en San Antonio de los Baños.
Otros atractivos son los eventos teóricos, que en esta oportunidad consistirán en una conferencia de Omar González, presidente del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC).
Hasta el próximo domingo 22 las producciones compiten por el Premio Especial del Jurado (Premio Pobreza Zero) a la mejor obra de ficción consistente en dos mil dólares en tecnología audiovisual, otorgado por la ONG Oikos «al realizador que con mayor humildad de recursos logre con arte un mensaje humano».
En el género de documental, obras experimentales y videoarte, los ganadores obtendrán tecnología valorada en tres mil euros, donado por la Universidad Politécnica de Valencia. A su vez el documental latinoamericano que mejor refleje la diversidad cultural podrá contar con mil dólares donados por la UNESCO.
Por su parte, la ONG Mugarik Gabe también financiará con mil euros en esa misma sección a la obra triunfadora realizada por una mujer.
Por último Telesur, la televisora integrada por Argentina, Bolivia, Uruguay, Cuba y Venezuela, otorgará un premio de distribución audiovisual dotado de cinco mil dólares, cuatro mil destinados a la adquisición de derechos de exhibición y mil para el realizador del film.
Tal como dijo Solás El Festival de Cine Pobre le da vida a una cinematografía que existe, está presente en todo el mundo y demuestra que se puede hacer buen cine sin tantos presupuestos.