Un equipo de científicos en el Reino Unido afirma que una mejor opción es la reforestación y la protección del hábitat. En un artículo publicado en la revista Science, los expertos señalan que los bosques pueden absorber nueve veces más dióxido de carbono que la producción de biocombustibles en la misma área de tierra. El […]
En un artículo publicado en la revista Science, los expertos señalan que los bosques pueden absorber nueve veces más dióxido de carbono que la producción de biocombustibles en la misma área de tierra.
El crecimiento de los biocombustibles también está conduciendo a una mayor deforestación, agregaron.
«La razón principal para el uso de fuentes renovables era la de mitigar las emisiones de dióxido de carbono», dijo Renton Righelato, uno de los coautores del estudio.
«En nuestra opinión ésta es una política equivocada porque es menos efectiva que la reforestación», dijo a la BBC.
Righelato afirmó que esa política puede conducir a una mayor deforestación, en la medida que muchas naciones han recurrido a países fuera de la Unión Europea para atender la creciente demanda de biocombustibles.
Midiendo el carbono
El estudio comparó la cantidad de carbono que absorben los bosques en un área determinada de tierra, con el total de «emisiones evitadas» a través del uso de biocombustibles, en vez de combustibles fósiles.
Los investigadores examinaron una franja de tierra que igual podía ser usada para cultivos base de biocombustibles, o resembrada con árboles.
«Eso nos dio una cifra de ‘emisiones evitadas’ de carbono durante la producción de los biocombustibles».
Righelato dijo que este cálculo les proporcionó la cifra neta de las «emisiones evitadas» de carbono.
«Este es el factor clave; la cantidad de CO2 que deja de liberarse en la atmósfera utilizando el biocombustible».
Posteriormente los investigadores compararon las emisiones netas de carbono que no fue liberado, con la cantidad de CO2 que habría sido absorbido si los bosques hubieran sido replantados en la tierra.
«En todos lo casos la cantidad de CO2 capturado por los bosques sobre un periodo de 30 años es considerablemente mayor que la cantidad de ‘emisiones evitadas’ a través del uso de biocombustibles», aseguró el doctor Righelato.
Segunda oportunidad
Sin embargo, el experto dijo que la segunda generación de biocombustibles, que utiliza algas, paja, hierbas y madera en vez de granos o aceite de palma ofrecía una mejor oportunidad.
«Esa podría ser la ruta que parecería ofrecer algunas posibilidades en términos de mitigación de CO2».
«Si usted puede extraer de los bosques materiales leñosos de manera sostenible sin destruir el suelo y garantizando que los árboles se puedan reproducir rápidamente, es muy posible que haya encontrado su mina de oro», dijo Righelato.
Varios países, entre ellos Alemania, el Reino Unido y Estados Unidos, están desarrollando una segunda generación de biocombustibles, pero los costos de capital para la construcción de biorefinerías ha sido una gran barrera.
Pero dos investigadores que han publicado estudios en la revista Biofuels, Bioproducts and Biorefining, sostienen que un aumento de los precios de los granos podría hacer competitiva comercialmente la tecnología, más temprano que tarde.
Sin embargo, el costo total de producción de los biocarburantes de segunda generación sería similar al de los biocombustibles que utilizan granos, cuando los precios exceden los U$3 por litro, explicaron.
La adopción de biocarburantes de segunda generación sería bienvenida por los grupos ambientalistas y organismos alimentarios que vieron la primera generación de biocombustibles como insostenible.
Expertos reunidos en la conferencia World Water Week en Estocolmo (encuentro anual para los procesos de implementación y gestión mundial del agua) plantearon su preocupación de que los cultivos destinados a la producción de biocombustibles pueden poner en peligro las provisiones de agua.