Las aguas del rió Turia bajan rojas a su paso por «La Olmeda», es otoño son los inicios de octubre, es el primer fin de semana, siempre, lleva años… «Día del Guerrillero y Jornadas del Maquis». Este entorno es así, las tormentas desprenden la arcilla que tiñe de rojo el río, los olivos están cargados […]
Las aguas del rió Turia bajan rojas a su paso por «La Olmeda», es otoño son los inicios de octubre, es el primer fin de semana, siempre, lleva años… «Día del Guerrillero y Jornadas del Maquis». Este entorno es así, las tormentas desprenden la arcilla que tiñe de rojo el río, los olivos están cargados de fruto, las manzanas se arrellanan en el suelo, la uva camina a las bodegas. «La Olmeda» pedanía de Sta. Cruz de Moya, a la que bajaron los cadáveres después del asalto al campamento guerrillero para tirarlos en camiones y llevarlos a una fosa común a Teruel, cuantas palabras lleva el Turia, con esa imagen roja con la que nos recibe en un fin de semana de pasado y futuro.
Venir a la Jornadas es una bocanada de aire fresco, sobre todo para los urbanitas que desembarcamos para compartir un fin de semana, que año tras año se hace inolvidable. Con los guerrilleros, vecinos, historiadores, gaviller@s, asistentes… se forma un encuentro de los que desgraciadamente quedan pocos, un espacio de libertad lleno de aprendizaje y de conversaciones interminables, donde se desata el ansia de conocer a tod@s sin límite de horario alguno.
Se abrieron el viernes a la mañana: «La memoria histórica en la Universidad» un encuentro con profesores e investigadores de diversas universidades, donde al hilo del tema, se hablo de las dificultades de investigar en archivos, lo que aporta la universidad… y lo que podría aportar, las diferencias entre territorios del Estado, etc. Preguntas y presentación oficial.
A la tarde: » Desaparecidos y represaliados durante el periodo guerrillero» con una brillante exposición sobre el trabajo del grupo PALEOLAB, una presentación de Adolfo Pastor de La Gavilla Verde e intervenciones de familiares de desaparecidos como el relato de Angel Serrano, nieto del guerrillero «Ino» , las palabras de la escritora Enriqueta de la Cruz , un poema inédito prologado por Vázquez Montalbán de Olivier Herrera y muchas más voces que encuentran un sitio donde gritar su dolor y recibir el cariño de los asistentes, que escuchan con el bello de punta todos los relatos. El día se cierra con el pase del documental » Gerardo Antón: El último guerrillero extremeño » y una mesa redonda con Aureliano Martín, el director .
El sábado se abre con la duda de donde acudir, tres encuentros distintos llenan la mañana: El Taller de la Memoria: La Memoria en el Aula , sobre el trabajo que hacen a pie de aula varios pedagogos para cubrir el vacío histórico en la enseñanza.
Otra posibilidad es el Encuentro con los historiadores , una oportunidad de preguntas, respuestas y datos concretos. Y un tercer: Taller de la Memoria: La Memoria en la Red. La Guerrilla Antifranquista en Internet, un encuentro con varias Webs dedicadas a la guerrilla y a la memoria histórica, que contó con una introducción del investigador Armando Recio y donde tuvimos el placer de participar LQSomos. A la tarde Nuevos enfoques sobre la historiografía del movimiento guerrillero , un encuentro y partida de presentación de varias publicaciones de libros sobre «La Guerrilla». Le sigue otra mesa: Imagen y Memoria, con participantes del mundo del cine y la TV. Y cerramos jornadas: Que hablen los guerrilleros, sus historias, sus compromisos, sus reivindicaciones, son momentos de escucha emocionada, de vivas a la República de sus defensores más acérrimos, que nos desean pronto la Tercera. Es el punto, el colofón a dos días sin descanso de diálogos, de ilustración, de amistad, de palabras que se graban dentro de nosotros. Es sábado y quieres que nos se acabe la noche, todos tenemos muchas cosas que contarnos, con amigos, compañeros, camaradas que hemos conocido hace unas horas o apenas un día.
Todos los años
Primer domingo de Octubre, desde hace diecinueve años, «Día del Guerrillero». En el monte, junto al monumento con vistas a la impresionante geografía de la zona, se monta un pequeño escenario, donde en medio de los arbustos y las peñas florecen las banderas republicanas, las rojas, las libertarias. En medio del monte suenan las voces de nuestros últimos guerrilleros que junto con el eco de la voz dormida de los guerrilleros que murieron en el monte, piden que se haga justicia de una vez, su voz y su presencia han estado siempre con nosotros, formando una parte muy importante del pasado de este país.
Uno tras otro, nos llenan de emoción relatándonos sus historias llenas de dignidad, son los últimos bastiones de la defensa de la República. Son nuestros GUERRILLEROS. También tienen palabras para recordar al Che guerrillero de nuestro mismo frente, el de un mundo más justo.
Todos piden justicia y el reconocimiento de su país, quieren: «Que se recupere la memoria colectiva, no la particular de cada uno, y por tanto, que el Estado sea el que abra las fosas comunes».
: «Que dejemos de aparecer como malhechores y criminales en los archivos de la Guardia Civil porque yo sólo usé la metralleta para defenderme».
«Que se nos reconozca como parte integrante de la lucha contra el franco-falangismo».
José Montorio «Chaval»
El monte se nos queda pequeño para una república tan grande como la que llevamos en el corazón, la que queremos, la tercera, nuestro único homenaje y compromiso con nuestros guerrilleros, el único futuro para este país. Y nos vamos, volvemos cargados de emociones, de compañeros, de enseñanzas a la vida diaria, llenos de ganas de seguir peleando por un mundo más justo, como la han hecho ellos, todos los días de su vida.