En estos días en que Zapatero intenta vender la imagen de que es la vanguardia en la lucha contra el cambio climático, a la Unión Europea se le ocurre publicar unos datos que en nada ayudan a la estrategia ambientalista del ejecutivo. En efecto, las cifras confirman que España ocupa el último lugar de la […]
En estos días en que Zapatero intenta vender la imagen de que es la vanguardia en la lucha contra el cambio climático, a la Unión Europea se le ocurre publicar unos datos que en nada ayudan a la estrategia ambientalista del ejecutivo. En efecto, las cifras confirman que España ocupa el último lugar de la UE en el cumplimiento del protocolo de Kioto.
El presidente del Gobierno quiso apostar por lucir ‘talante ecologista’ y el tiro le ha salido por la culata. Zapatero celebró un acto con la prensa en el que se mostró «decididamente comprometido» a hacer todo lo posible para reducir las emisiones de CO2 y poner a España «en primera línea» para cambiar el modelo energético y el modelo de producción.
El jefe del Ejecutivo inauguró las nuevas instalaciones de producción de energía solar ubicadas en el complejo de La Moncloa, y recibió el informe sobre el cambio climático en España, elaborado por un grupo de expertos de universidades e instituciones españolas.
El estudio vaticina que el calentamiento global del planeta llevará a España a tener veranos extremos, crecerá la desertización, disminuirán la humedad y las lluvias y el mar avanzará en numerosas partes del litoral. El norte tendrá un clima mediterráneo, mientras que el sur se desertizará.
Ése es el primer varapalo, pero por el cual no tiene mucho que responder. Ahora bien, los expertos señalan que con los precios actuales de la energía en España «es difícil que los consumidores adopte por sí mismos medidas de ahorro y eficiencia energética».
Alejados del compromiso de Kioto
Y lo que es peor y por lo que se le ha criticado hoy en la prensa: España se sitúa como el país de la Unión Europea más alejado de sus obligaciones sobre emisiones de gases contaminantes y puede convertirse en uno de los pocos de la región que incumpliría el pacto internacional.
Paralelamente, el Informe sobre Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) señala que España genera el 1,1% de las emisiones globales -con una media de 7,6 toneladas de CO2 por persona-, lo que supera en varios puntos la media mundial de 4,5 toneladas por persona.
En un momento en que España ha incrementado sus emisiones de efecto invernadero en vez de reducirlas, Zapatero se mostró «decididamente comprometido» a situar a España en «primera línea para cambiar el modelo energético y de producción».
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El clima mediterráneo se trasladará a la costa norte mientras el sur del país se convierte en un desierto. El agua no será sólo un bien muy preciado si no también muy excaso. La geografía de España no será tal y como la conocemos. Para el año 2050 se prevé que las inundaciones se multipliquen y el nivel del mar suba una media de 15 centímetros. La Costa Brava, Las islas Baleares y las Canarias serán las más perjudicadas. Un problema que afectará directamente al turismo y por tanto a la economía.
La desertificación que ya se hace patente, actualmente España tiene una tercera parte del territorio con este problema, se agravará y pondrá en peligro a multitud de especies animales y vegetales. Incluyendo a los humanos que podríamos desarrollar nuevas enfermedades por la contaminación atmosférica y los climas tropicales.