La ofrenda floral. Cada 16 de julio, las gentes del mar festejan a su patrona, la Virgen del Carmen. Este año, en Euskadi, las procesiones marineras portaban junto a la tradicional imagen de la santa una nueva normativa, plagada de seguros y salvavidas, que amenaza con ahogar la fiesta. Para evitar accidentes, males y mares […]
La ofrenda floral. Cada 16 de julio, las gentes del mar festejan a su patrona, la Virgen del Carmen. Este año, en Euskadi, las procesiones marineras portaban junto a la tradicional imagen de la santa una nueva normativa, plagada de seguros y salvavidas, que amenaza con ahogar la fiesta. Para evitar accidentes, males y mares mayores, debemos quedarnos en tierra. Quizás sea lo mejor. En el fondo del mar, hace tiempo que nuestras flores suenan a entierro, a despedida.
El buque inteligente. Un gran consorcio formado por 21 empresas y apoyado por el gobierno central, con 37 millones de euros, siete comunidades autónomas, seis universidades y 28 centros de investigación ha presentado hace unos días los resultados de su primer año de trabajo en el proyecto BAIP (Buque Autómata Inteligente Polivalente). El diseño del pesquero «más avanzado del mundo» estará concluido en 2011. Se abastecerá en parte con hidrógeno producido a partir de los descartes del pescado, ahorrará un 25% de combustible y reducirá las emisiones de CO2. «Será un buque que tomará decisiones propias y ayudará al capitán: hará pesca directa», señalan sus promotores. El barco accederá a cada instante a todos los datos pesqueros disponibles y podrá ser teledirigido vía satélite. La más voraz e infalible máquina de pescar, preparada para capturar cualquier especie, surcará, saqueará, los mares a partir de 2020.
Los peces bobos. «Parece una locura, pero es verdad», explica Simon Miner, investigador del Laboratorio de Biología Marina de Wood’s Hole, en Estados Unidos. En este centro enseñan a los peces a que se capturen a sí mismos. Los científicos entrenan a las crías de lubina negra en cautividad para que naden hacia una red cuando escuchan una señal sonora submarina que les indica la presencia de alimento. Una vez liberadas, tras hacerse adultas y engordar lo suficiente, basta con hacer sonar otra vez la señal para que las lubinas regresen a «casa». Con sólo dos semanas de entrenamiento, algunos ejemplares recuerdan y obedecen el sonido-anzuelo hasta diez después de su última escucha. Han nacido «los peces a control remoto».
La mar yerma. Sosa. Triste. Hueca. «El mar vacío» que navega Kirmen Uribe en uno de sus poemas. «Me decía mi tío el pescador. / Antes el mar estaba / lleno de peces, / ahora lo está de agua. / Murió mi tío. / Desguazaron su barco. / Ahora mi corazón está vacío, / tan vacío como el mar». La mar de agua. Y nada más. La mar hundida. Náufraga. Huérfana. La mar sin mar.