El cada vez más arreciado bloqueo que los sucesivos regímenes norteamericanos han impuesto a Cuba desde hace casi cinco décadas ha privado a la isla caribeña de recibir cuantiosos ingresos por exportaciones y bienes de servicios, e imposibilitado al mismo tiempo de asumir los pagos de su deuda externa. Hasta diciembre de 2007, según […]
El cada vez más arreciado bloqueo que los sucesivos regímenes norteamericanos han impuesto a Cuba desde hace casi cinco décadas ha privado a la isla caribeña de recibir cuantiosos ingresos por exportaciones y bienes de servicios, e imposibilitado al mismo tiempo de asumir los pagos de su deuda externa.
Hasta diciembre de 2007, según cálculos conservadores, el criminal cerco protagonizado por Washington le había causado al estado cubano daños económicos por valor de más de 93 mil millones de dólares, unas 12 veces el monto de la deuda externa de la mayor de las Antillas.
Los perjuicios de esa política agresiva norteamericana representan asimismo 1,6 veces el Producto Interno Bruto (PIB) de Cuba, y alrededor de 23,5 veces el valor de las inversiones realizadas por la nación caribeña en el 2006, acorde con el informe contra el bloqueo que se debatirá nuevamente el 29 de octubre venidero en la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU).
La guerra económica, comercial y financiera aplicada por Estados Unidos ha estado dirigida a despojar a Cuba de sus ingresos por exportaciones y bienes de servicios, obstaculizarle acceder a fuentes de financiamiento, y además provocarle un incremento de sus erogaciones.
En su empeño por rendir por hambre a los cubanos y destruir su Revolución, la actual administración de la Casa Blanca acrecentó el pasado año su brutal conducta, que se tradujo en acciones irracionales de persecución contra entidades gubernamentales, empresas, instituciones bancarias, y ciudadanos de terceros países, llegando incluso a bloquear sitios de internet con algún vinculo con el pequeño país latinoamericano.
El asedio de Washington le provocó en el 2007 a Cuba afectaciones en sus exportaciones valoradas en 1745,6 millones de dólares, y gastos en su comercio exterior superiores a los 956, 2 millones de dólares.
Las cifras hablan por si solas de lo que ha representado para la mayor de las Antillas la continuada hostilidad de las autoridades estadounidenses, que persisten en su actitud, quebrantando las leyes internacionales y haciendo caso omiso a los reiterados llamados de la comunidad mundial para que ponga fin a esa política genocida.
En 16 ocasiones la Asamblea General de la ONU ha condenado, con el respaldo casi unánime de sus estados miembros, la postura de la Casa Blanca, que sin embargo prosigue ignorando con desprecio y arrogancia los reclamos de la inmensa mayoría de los países.
El bloqueo es hoy el principal obstáculo al desarrollo y el bienestar de los cubanos, y constituye una flagrante violación de los derechos humanos de un pueblo que, a pesar de todas las adversidades incluidas las impuestas por la naturaleza, no ha cedido un ápice en su propósito de seguir siendo independiente y soberano.