Cuando el marroquí Lahcen Ikassrien se cruza con un perro le invade un pánico que le obliga a cambiar de acera a toda prisa. Es una de las muchas secuelas que le han dejado las torturas a las que fue sometido durante sus tres años y medio en el centro de detención de Guantánamo. Ikassrien […]
Cuando el marroquí Lahcen Ikassrien se cruza con un perro le invade un pánico que le obliga a cambiar de acera a toda prisa. Es una de las muchas secuelas que le han dejado las torturas a las que fue sometido durante sus tres años y medio en el centro de detención de Guantánamo.
Ikassrien (1967, Alhucemas) fue uno de los presos interrogados por agentes españoles en la base estadounidense. Tras vivir doce años en España había sido capturado en Afganistán, a donde viajó «para vivir como musulmán en un país musulmán». Lleva dos años en libertad después de que la Audiencia Nacional le absolviera, por falta de pruebas, de pertenencer a Al Qaeda.
¿Cuál es su situación tras quedar en libertad?
Estoy en situación irregular, sin pasaporte marroquí y controlado por la Policía. Noto que me siguen. Los policías llaman e interrogan a las personas que han caminado o hablado conmigo. Vivo en Getafe, cerca de una mezquita y me tienen controladísimo. Marruecos no me quiere dar el pasaporte, dicen que se ocupen de mí los españoles que son los que me trajeron de Guantánamo.
¿De qué vive?
Mi familia me ayuda, pero no tengo trabajo y con mi situación de irregular me resulta imposible lograr un empleo.
¿Qué secuelas psicológicas le han quedado?
Muchas. Me cuesta dormir. Me dan mucho miedo los perros, sobre todo cuando ladran. En Guantánamo los usaban para asustarnos.
¿Está bajo algún tipo de tratamiento o terapia?
No. Pedí a la Audiencia que me facilitaran un psiquiatra, pero no me han respondido.
¿Intentaron usar alguna información obtenida en Guantánamo durante su proceso judicial en España?
Mi abogado pidió los informes de los americanos, pero nadie aportó nada.
¿Piensa reclamar alguna indemnización por su captura y por las torturas?
No queremos dinero. Lo que me gustaría es que algún abogado se interese por el caso y juzgue a los responsables. Incluidos los policías españoles que vinieron a Guantánamo.
¿Se identificaron los agentes españoles?
No. Me acuerdo de sus caras pero no sé sus nombres.
¿Cómo eran los interrogatorios con los españoles?
Eran muchas horas, pero no sé cuánto tiempo duraban ya que no teníamos reloj ni ventanas. Me preguntaban por mi viaje a Afganistán y traían datos falsos. Me dijeron que si no colaboraba y les daba nombres me iba a quedar 40 años en Guantánamo.
¿Qué le ofrecían en caso de colaborar?
Un pasaporte español, una casa y dinero. Los americanos ofrecían cuatro millones de dólares. Yo sólo quería que me dejaran en paz.
¿Qué pasaba después de la visita de los españoles?
Me metían en una celda frigorífica y luego me echaban cubos de agua caliente. Después me llevaban a una habitación muy fría y me hacían correr después para destrozarme las articulaciones.
¿Tiene algún sentimiento de rencor o venganza?
Espero que los responsables de nuestra detención sean algún día capturados y encadenados de pies y manos igual que estuvimos nosotros.
¿Por qué fue a Afganistán en octubre de 2000?
Yo soy musulmán y quería vivir con los musulmanes. Era un país con un Gobierno estable. Tenía una carnicería y estaba intentando casarme cuando fui capturado. Para mí era un país auténtico para vivir con mucha libertad. Si te gusta vivir con los gays vives con los gays.
¿Qué planes de futuro tiene ahora?
Ninguno. Para qué. Cualquier día me pueden volver a secuestrar.