El Ministerio del Interior asegura que la delincuencia se mantiene estable, pero la población reclusa sigue marcando máximos históricos y el crecimiento está lejos de detenerse. Según datos de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias cerrados con fecha del pasado 13 de marzo, las cárceles españolas albergan ya a 74.861 reclusos. En lo que va […]
El Ministerio del Interior asegura que la delincuencia se mantiene estable, pero la población reclusa sigue marcando máximos históricos y el crecimiento está lejos de detenerse. Según datos de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias cerrados con fecha del pasado 13 de marzo, las cárceles españolas albergan ya a 74.861 reclusos. En lo que va de 2009 han ingresado en las prisiones 1.380 personas, es decir, una media de 19,16 internos por día, frente a los siete ingresos de media que se registraron en el periodo 2004-2007.
Las cifras de 2009 -resultado siempre de la suma del sistema nacional y el catalán, el único transferido por el Estado- van camino de sobrepasar holgadamente las ratios de 2008, considerados ya de por sí alarmantes.
El año pasado, que cerró con 73.481 presos, ingresaron en prisión 6.381 personas, un número superior a la suma de 2006 y 2007. Pero en los próximos nueve meses puede caer la barrera de los 7.000 nuevos reclusos y batir en 2009 otro récord.
Al fenómeno está contribuyendo el ingreso desorbitado de población extranjera. Los sindicatos de prisiones advierten de que, en los primeros diez meses de 2008, el 50,46% de los condenados que ingresaron en prisión no había nacido en España, y la progresión de este parámetro mantiene un crecimiento exponencial en los últimos años. El porcentaje de la población extranjera ascendía el pasado 1 de noviembre al 35,5% del total, y subiendo.
El incremento de la población reclusa acentúa la brecha de España con el resto de países de la Unión Europea. El pasado verano, España tenía una tasa de encarcelamiento de 156 presos por cada 100.000 habitantes, lejos de la media europea de 102 internos. La tasa de delincuencia, sin embargo, es menor en España que en la mayoría de países del Viejo Continente.
Ocupación al 398 %
La evolución agudiza los problemas de saturación de las cárceles españolas. La Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (Acaip) denuncia que el grado de hacinamiento -número de reclusos sobre celdas disponibles- supera el 200% en una veintena de centros.
Los que peor se encuentran son los de Martutene (San Sebastián), con una tasa de hacinamiento del 398%, Ceuta, que se encuentra al 381%, y Basauri (Bilbao), al 334%. Picassent (Valencia), la prisión con más reclusos de España, 2.377 a fecha del pasado 13 de marzo, dispone de tan sólo 1.365 celdas en condiciones.
Las nuevas prisiones, como la de Morón de la Frontera (Sevilla), inaugurada en julio del pasado año, no han logrado mejorar la situación de los centros de su entorno.
El Plan de Infraestructuras de Instituciones Penitenciarias 2009-2012 prevé levantar 11 nuevas cárceles en Málaga, Ceuta, Valencia, Gran Canaria, Murcia, Guipúzcoa, Navarra, Álava, Soria, Fuerteventura y Menorca que supondrán un crecimiento neto de 8.029 nuevas celdas disponibles. Pero Acaip denuncia que las nuevas dotaciones ni siquiera servirán para ubicar a la población generada durante el periodo de ejecución de la obras.
Los sindicatos aseguran que la saturación de las cárceles está afectando «a la calidad del servicio y al trabajo de los empleados públicos y los cometidos penitenciarios básicos».
La seguridad también se resiente. Las peleas entre bandas rivales han aumentado. En la cárcel de Topas (Salamanca) se registra una reyerta con objetos punzantes cada diez días. Acaip denuncia que en ese mismo centro los presos tienen que comer de pie porque el comedor no es lo suficientemente grande. En la cárcel de Herrera de la Mancha (Ciudad Real), un grupo de presos durmió el pasado verano en el polideportivo del centro por falta de espacio. Y en la prisión de Ceuta tienen que dormir cuatro internos por celda, lo que dificulta el control de los reclusos.
Fuga de pelicula
Ayer mismo, UGT denunció la fuga de un preso del centro penitenciario de La Torrecica (Albacete) por falta de personal. El recluso se fugó la noche del sábado al domingo anudando sábanas para acceder al patio del módulo y desde allí salir al recinto exterior y a la calle, «sin encontrar oposición alguna». Por suerte, el reo fue apresado pocas horas después. UGT culpa del incidente a «la falta de efectivos de la Guardia Civil en el puesto de control a la entrada». Según el sindicato, La Torrecica registra una tasa de hacinamiento del 245%.