Cubainformación entrevistó en Madrid a Carlo Frabetti, escritor, matemático y miembro de la Alianza de Intelectuales Antiimperialistas. Frabetti es un conocido autor de libros para público infantil y juvenil, y un lúcido analista político, con participación activa en los medios alternativos.
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¿Desde cuándo tu relación con Cuba?
Mi relación con Cuba viene de antiguo. Viene de 1958, poco antes del triunfo de la Revolución. La primera pelea seria que tuve en mi colegio fue con un sobrino del general Moscardó. Teníamos 13 años, y me dijo que Fidel Castro era un bandido. Yo alegaba que era un bandido al estilo Robin Hood, que robaba a los ricos para devolvérselo a los pobres. Y acabamos a tortas. Esa fue mi primera relación directa, por así decirlo, con la Revolución cubana, y desde entonces para mí siempre ha sido un referente. No sólo para mí. Para tantas personas que creemos en el proyecto socialista la gran esperanza y el gran referente ha sido siempre Cuba. En los últimos años, además, esta relación de toda la vida se ha enriquecido en el aspecto profesional literario, porque he publicado bastantes libros allí y voy todos los años a la feria del libro.
¿Cómo ha sido tu experiencia en la Feria Internacional del Libro de La Habana?
Para mí ha sido una experiencia muy rica, porque cuando estás acostumbrado a las ferias del libro europeas, que son en realidad grandes mercados, grandes escaparates para vender, te das cuenta, al ir a La Habana, de lo que es una verdadera feria. Allí la feria es una auténtica fiesta y ves a la gente con bolsas llenas de libros. Y a los niños, porque sobre todo hay niños y niñas por todas partes. El pueblo cubano es muy consciente de que la apuesta más importante, la apuesta básica es la educación de la infancia y la juventud, y esto se aprecia también de una manera muy directa en la feria del libro. Y como yo escribo fundamentalmente libros para este público, lo vivo de una forma muy intensa y muy estimulante.
¿Por qué los medios retratan tan mal a Cuba?
Precisamente porque es la alternativa. Cuba ha demostrado que el socialismo es posible. Cuando los capitalistas y neoliberales se frotaban las manos con lo que Fidel llamó el «desmerengamiento» de la Unión Soviética y daban por supuesto el fin de la Historia y el asentamiento definitivo del capitalismo, Cuba siguió demostrando que el socialismo es posible, incluso en las circunstancias más adversas, y eso es algo que el mundo capitalista no puede tolerar y los grandes medios de información lo intentan silenciar y tergiversar de todas las formas posibles.
¿Cómo ves el caso de Los Cinco?
A mí el caso de los cinco cubanos presos en EEUU me parece muy importante, porque pone de manifiesto de una manera muy evidente, no sólo la crasa injusticia del gobierno estadounidense -eso lo pone de manifiesto todos los días- sino incluso sus propias contradicciones internas. El caso de Los Cinco es una aberración jurídica incluso desde el punto de vista de los propios EEUU. Hay juristas en EEUU que están escandalizados con el caso, aunque no sientan ninguna simpatía por Cuba, porque es un atropello no sólo contra Los Cinco y contra el Derecho Internacional, sino también contra las propias instituciones jurídicas estadounidenses. Por eso me parece un caso especialmente significativo y que tiene un especial interés utilizarlo como bandera y como espejo a la hora de enfrentar al Gobierno de EEUU con sus propias contradicciones.
¿Qué piensas sobre el papel que están jugando los intelectuales en el mundo?
Pienso que el poder ha jugado con ellos, sobre todo a partir de mayo del 68, cuando se vio que, desde el mundo de la cultura y desde el mundo de la universidad, se podía articular una protesta, una respuesta contra los poderes establecidos. Así, el poder se ha dedicado a comprar sistemáticamente a intelectuales, escritores y artistas. Y por lo visto se venden con bastante facilidad, incluso bastante baratos. Con lo cual, por desgracia, quedan muy pocos que no estén apesebrados en alguno de los grandes grupos mediático-culturales.
¿Existen algunas excepciones dentro del campo intelectual?
Tengo que citar a Alfonso Sastre y a Eva Forest como los casos más relevantes. Eva nos ha abandonado físicamente, pero su espíritu sigue ahí. Por desgracia, me costaría decir alguno más que estuviera a su altura. Hay gente respetable, que tiene una trayectoria defendible, pero gente que haya sido coherente hasta el final, por desgracia, ha habido muy poca. Después de la llamada «transición española», casi todos se han dejado comprar y ya digo que bastante baratos.
¿Qué importancia tienen los medios alternativos?
El papel de estos medios es fundamental. Por suerte cada vez tienen más audiencia, más capacidad de difusión, de informaciones y reflexiones alternativas y su papel es, evidentemente, el de denunciar y desenmascarar las mentiras y tergiversaciones de los medios oficiales.
¿Ganar premios literarios te abre puertas de algunas casas editoriales cerradas por tu posición política?
Hay puertas que cuando se cierran es difícil que se vuelvan a abrir. Esta misma mañana, por ejemplo, tenía una rueda de prensa para presentar una trilogía que acabo de sacar en la editorial Lengua de Trapo. Iba a venir un periodista de «El País», que había confirmado su asistencia, pero en el último momento ha llamado diciendo que un imprevisto le impedía asistir. Hay puertas, concretamente las del grupo Prisa, que cuando se cierran es muy difícil que se vuelvan a abrir. Pero el mercado tiene sus contradicciones y fisuras y, como mis libros para público infantil se venden muy bien, a las editoriales eso es lo que más les preocupa. Por ello, de momento siguen publicando mis libros.