El 81 por ciento de las mujeres que carece de ingresos propios en América Latina y el Caribe trabaja sin remuneración, indicó en Méxcio D.F. la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Las amas de casa o cuidadoras cumplen un rol fundamental en la sociedad que, sin embargo, no lo reconoce y […]
El 81 por ciento de las mujeres que carece de ingresos propios en América Latina y el Caribe trabaja sin remuneración, indicó en Méxcio D.F. la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Las amas de casa o cuidadoras cumplen un rol fundamental en la sociedad que, sin embargo, no lo reconoce y lo margina, lamentó la secretaria ejecutiva del organismo, Alicia Bárcena, durante un seminario que analiza el impacto de la crisis económica en la mujer latinoamericana.
A su juicio, la actual recesión agrava la brecha sobre el cuidado y el trabajo no remunerado que dedican las féminas a niños, enfermos, personas mayores y otros miembros de la familia.
De acuerdo con la representante de la CEPAL, la crisis ha tenido un impacto fuerte en el desempleo de ese grupo poblacional en todos los países de la región.
Criticó la conveniencia para los sistemas económicos de la división entre el trabajo de los hombres y el de las mujeres, lo cual garantiza la oferta de fuerza laboral subsidiada por la labor de ellas.
Las féminas se hacen cargo sin costo de la producción de bienes y servicios que de otro modo tendrían que ser provistos por el mercado o el Estado, explicó.
El valor de las cargas de trabajo no pagado, como el cuidado de personas y la reproducción de los hogares, se estiman en 20 por ciento del Producto Interno Bruto del área, afirmó por su parte la presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres en México, María del Rocío García.
Señaló que uno de los compromisos pendientes es garantizar que la participación económica de ese sector se realice en igualdad de condiciones, en los mismos niveles y espacios que los hombres.
Uno de los grandes desafíos de las políticas públicas es reconocer e incorporar en su estrategia y diseño la existencia de barreras y desventajas que enfrentan las féminas, y que significan mayores cargas de trabajo no pagado y menor capacidad de recuperación ante adversidades económicas, consideró.
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