Obviamente, es imposible hacer una proyección exacta sobre el alcance de la morbilidad y de la mortalidad que la pandemia de Influenza A H1N1 2009, tendrá sobre la población bajo la jurisdicción del Estado Español. Pero el abordaje de éste, sin duda, importante problema socio-sanitario está poniendo de manifiesto las profundas carencias de las diversas […]
Obviamente, es imposible hacer una proyección exacta sobre el alcance de la morbilidad y de la mortalidad que la pandemia de Influenza A H1N1 2009, tendrá sobre la población bajo la jurisdicción del Estado Español. Pero el abordaje de éste, sin duda, importante problema socio-sanitario está poniendo de manifiesto las profundas carencias de las diversas estructuras institucionales, incluyendo las corporaciones profesionales, además de los medios de comunicación, para abordar de una forma racional, sin alarmismos innecesarios pero sin nihilismos irresponsables, un problema real.
Tampoco es para extrañarse demasiado, porque esa actitud, la de la dificultad, rayana en la incapacidad para enfrentarse a la realidad -a las realidades- de una forma racional, es una constante en prácticamente todos los ámbitos por parte de los diferentes entramados de Poder del Estado Español, sean los problemas de naturaleza política, económica, social, educativa,…
Desde aquello de que la transición a la democracia en España fue »modélica y ejemplo para medio mundo», o aquello otro de que » no hay crisis económica », o lo de que »no hay mas nación en este Estado que la española y lo demás son inventos de separatistas», hasta lo de que la presencia del ejército Español en Afganistán tiene una »finalidad humanitaria»; ejemplifican esta »metodología hispánica» tan contraria al rigor y a la verdad .
Tengo que reconocer que, a título personal, me quedaba la esperanza de que ante un problema de Salud Pública, teniendo en cuenta que, en la única administración del Estado en la que se dió algo relativamente cercano a lo que podíamos llamar »ruptura con el régimen franquista», fue en el Sistema Sanitario, se adoptase una posición de mayor respeto a la verdad y al rigor científico .
Aquel proceso de transformación del Sistema Sanitario fue posible por diversos factores:
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Una fortísima demanda social a favor de un auténtico Sistema Sanitario Público.
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Un fuerte movimiento sindical y de lucha entre los trabajadores del sector. Movimiento que además no estaba controlado, al menos en suficiente medida, por el sindicalismo entreguista.
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Una incorporación masiva en el segundo quinquenio de los setenta, justo en la fase álgida de la transición, de profesionales sanitarios, especialmente medic@s , que de verdad querían cambiar el Sistema Sanitario y el Sistema en general.
Es importante recordar que las facultades de medicina en los años setenta eran de las más combativas entre el movimiento estudiantil universitario.
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La instauración de un nuevo sistema de formación post-grado que incluía el Rotatorio y el sistema MIR, que supuso un auténtico revulsivo en lo que era el sistema tradicional, caciquil, de formación post-grado en el Estado Español. Es de destacar que se reconoció como una especialidad más a la Medicina de Familia, con lo cual se le dió un impulso cualitativo y cuantitativo al Subsistema de Atención Primaria.
Como digo, tenía la esperanza de que los profesionales que hoy rondan entre los cincuenta y los sesenta años, es decir aquellos que estábamos en las facultades y/o nos incorporamos al trabajo profesional en la década de los setenta, se visualizaran ante una situación como la actual, no para hacer tal o cual previsión global con criterios científicos propios, sobre la pandemia de Influenza en el Estado Español, cosa que quizás sería pedir demasiado, teniendo en cuenta que toda esa generación de »profesionales rebeldes» nos encontramos con que las generaciones anteriores de gran valor profesional con las que teníamos que engarzar para dar auténtica profundidad y cuerpo científico e intelectual a nuestras inquietudes había sido liquidada por el franquismo, de forma literalmente física o mediante la expulsión al exilio, pero sí al menos para abordar la cuestión de la pandemia de la nueva Influenza y todo lo que le rodea con rigor.
Es bueno recordar que después de los trabajadores y trabajadoras en general, los sectores profesionales que más represaliados tuvieron por el fascismo español fueron en primer lugar l@s maestr@s y después l@s médic@s.
Aquella »filosofía» que Millan Astray expresó de las forma más burda con aquello de »que muera la inteligencia » pero que otros »insignes intelectuales españoles» expresaron de forma más sutil como es el caso de Unamuno con su máxima de » que inventen ellos» , sigue plenamente vigente para nuestra desgracia.
Lo que nos encontramos aquella generación de profesionales, inicialmente al menos de forma conflictiva, con honrosas excepciones fue con los sanitarios del franquismo, que a lo que se ve han conseguido ir imponiendo lentamente buena parte de sus » valores» por llamarle de alguna manera.
¿Como es posible que ninguna voz autorizada desde el mundo sanitario salga a decir que el tratamiento que se está dando a la cuestión de la gripe AH1N1 2009 en el Estado Español, es una mezcla de falseamiento de datos con evidentes intenciones manipuladoras y de alarmismos virtuales cuya utilidad consiste en abrir una nueva vía para la privatización de la sanidad pública, por un camino que ya se había iniciado pero que se está intentando ensanchar de una forma alarmante, además de dar salida a las ingentes cantidades de antivirales, especialmente Tamiflu (oseltamivir) comprado a las multinacionales farmacéuticas?.
Me estoy refiriendo al intento de marginación o al menos al desplazamiento de la Atención Primaria como puerta de entrada y eje del Sistema Sanitario, sustituyéndola por las Urgencias, que se está convirtiendo de facto, a pasos acelerados, en la auténtica y real entrada al Sistema Sanitario. Ahora aprovechando el tema de la gripe, con todo lo que ello supone de abandono de una concepción de atención integral de la salud por la vuelta a un sistema puramente asistencialista.
Es de destacar también como algunas comunidades autónomas están aprovechando la coyuntura para producir recortes a los derechos de los trabajadores y trabajadoras del Sistema Sanitario.
El siete de agosto del presente año, un comité de expertos de EE.UU trasladó al Presidente Obama un informe sobre la previsión de la evolución de la Influenza A H1N1 2009 en ese país.
REPORT TO THE PRESIDENT ON U.S. PREPARATIONS FOR 2009-H1N1 INFLUENZA (http//www.whitehouse.gov/
En su introducción en la pagina VIII, aparece un resumen sobre un posible escenario, partiendo de la base de que es imposible hacer una predicción exacta, que contiene los siguientes elementos:
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La pandemia de Influenza A H1N1- 2009 puede afectar entre un 30-50% de la población. Un 20-30% puede ser de forma sintomática es decir, entre 60-120 millones de personas que pueden requerir atención medica.
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1,8 millones podrán necesitar ser ingresados en hospitales y de esos 300.000 pueden requerir ingreso en unidades de cuidados intensivos.
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Entre 30 y 90 mil personas pueden fallecer, estos fallecimientos se concentraran entre niños y adultos jóvenes. La gripe estacional provoca en EEUU entre 30 y 40 mil defunciones pero entre gente habitualmente mayor de 65 años.
Hay que recordar que la población total en estos momentos en EEUU esta ligeramente por encima de los 300 millones de personas.
La previsión que hace este comité de expertos de EEUU en ese informe para el presidente Obama sobre la pandemia de la gripe AH1N1-2009 es que ésta tendrá un comportamiento, tanto desde el punto de vista de la morbilidad como de la mortalidad, de bastante mas gravedad que la gripe estacional.
No deberíamos de olvidar que en el año 1981 ocurrió una dramática epidemia en el Estado Español, que afectó de forma casi exclusiva a los territorios castellanos, provocada por el aceite de colza envenenado, sobre cuyas causas se llegaron a decir cosas tan increíbles por parte de representantes institucionales, como la de que el brote epidémico estaba provocado por un »bichito que si se caía de una mesa se mataba»
Nuestros servicios sanitarios tuvieron que recurrir al epidemiólogo británico Richard Doll para que evaluase y sacase conclusiones epidemiológicas definitivas sobre aquel brote epidémico, llamado inicialmente de »neumonía atípica». Previamente la C.D.C. Fue la que orientó hacia el aceite de colza desnaturalizado como origen del brote epidémico de naturaleza tóxica
También en aquel entonces, como siempre que ocurre un nuevo brote epidémico o pandémico, se pusieron de moda las teorías ‘‘creativas’‘ que tienen la ventaja de sustituir el esfuerzo y el trabajo de la investigación según una metodología científica por la elucubración sin límites.
Obviamente, los modelos económicos y sanitarios condicionan esencialmente la salud y la enfermedad.
El Neoliberalismo en particular es directa y exclusivamente responsable de varios problemas de salud como fue el caso de la encefalitis espongiforme, llamada comúnmente »mal de las vacas locas». P ero ésta realidad no justifica explicaciones simples para problemas complejos.
La mortalidad por gripe estacional en el Estado Español en contra de lo que nos han dicho por activa y por pasiva desde diferentes portavoces »autorizados» es la siguiente:
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Año 1997: Total de fallecidos por la gripe 435.
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Año 1998: Total de fallecidos por la gripe: 618.
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Año 1999: Total de fallecidos por la gripe:1185.
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Año 2000: Total de fallecidos por la gripe: 722
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Año 2001: Total de fallecidos por la gripe: 80
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Año 2002: Total de fallecidos por la gripe: 537
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Año 2003: Total de fallecidos por la gripe: 182
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Año 2004: Total de fallecidos por la gripe: 87
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Año 2005: Total de fallecidos por la gripe: 546
*Los datos están obtenidos de las tablas de mortalidad por causa y sexo (CIE-10), publicadas por el Centro Epidemiológico Nacional.
La media de fallecidos por la llamada gripe estacional entre 1997 y 2005, años sobre los que están publicados los datos oficialmente, ha sido de 465,7. Es de destacar que hay unas desviaciones significativas de unos años a otros, pero en el año en que se alcanza un mayor número de defunciones, 1999, el total es de 1185, es decir muy lejos de las seis o nueve mil defunciones anuales que están comunicando a la opinión publica nuestras autoridades sanitarias y corporativas.
Como es posible que gentes del Sistema Sanitario con suficiente formación e información epidemiológica y que además formaron parte de aquella oleada transformadora de la que hablábamos al principio de este artículo, que combatió de verdad por ello, permanezca en silencio ante este atentado a la verdad científica, y que representa además una manipulación interesada y burda de los datos que las propias instituciones aportan en sus estadísticas.
¿Sera el temor a perder cierto estatus profesional o ciertos privilegios?.
¿O quizás es el temor a que la gente se alarme y se descontrole al tener una información que en otros lugares se da sin mayor problema?.
¿Desde cuando hemos de tener temor a la sensibilización de la gente, a su movilización para exigir medidas para la prevención o la solución de sus problemas, especialmente si estos afectan a su salud?
Como decía al principio nadie está en condiciones de asegurar como se comportará la pandemia de gripe A H1N1 2009 en el Estado Español, pero si hiciéramos una simple extrapolación de las previsiones que se hacen en EEUU por expertos de altísima cualificación, ajustándolas a nuestra realidad demográfica, nos encontraríamos con un escenario de las siguientes características:
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Afectados por la pandemia: Entre 8,5 y 17 millones de personas.
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Ingresos hospitalarios: 250.000 personas. Ingresos en UCI: 42.000 personas.
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Defunciones: Entre 4.200 y 12.800 personas.
Es posible que al final todo sea mucho menos dramático que las previsiones, ojalá así sea, pero una de las formas de conseguir ésto es, precisamente, adoptar una posición científica y de racionalidad ante el problema. Lo demás es jugar, es verdad que a veces se gana en el juego, y entonces se dirá, » veis como no era para tanto ».
Con esa actitud simplemente habremos perdido una nueva oportunidad de dar un paso adelante en nuestro compromiso profesional y en nuestra maduración social colectiva.
Las necesidades sentidas y las necesidades objetivas, en cualquier caso, nunca son coincidentes al 100%.
En este caso será imposible conseguir algo que no se consigue nunca, una parte de la opinión publica se quedará corta y otra se pasara de largo, pero ello ocurre ante cualquier problema de salud publica o de otra naturaleza.
Ese fenómeno de disociación entre lo objetivo y lo subjetivo hay que considerarlo en su justa importancia y atenderlo como se merece, pero nunca puede ser una justificación para ocultar la información científica y veraz a la opinión publica en general.
Luis Ocampo , es Médico y militante de Izquierda Castellana
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