La construcción indiscriminada de autopistas y carreteras es un arma de doble filo. Por un lado se habla de que con las vías llega un supuesto desarrollo, por otro lado surge la pregunta de para quién es ese desarrollo. Lo que sí es cierto es que su construcción implica profundas transformaciones en las que conviene […]
La construcción indiscriminada de autopistas y carreteras es un arma de doble filo. Por un lado se habla de que con las vías llega un supuesto desarrollo, por otro lado surge la pregunta de para quién es ese desarrollo. Lo que sí es cierto es que su construcción implica profundas transformaciones en las que conviene reflexionar mucho antes de planificar su trazado.
Esta semana Salva la Selva apoya con ciberacciones a dos resistencias locales: una en Chiapas, México y otra en la isla de Mallorca, en España. Espacialmente se encuentran muy distanciadas, pero conceptualmente enfrentan al mismo monstruo: el politiqueo alrededor del asfalto, con el que unos pretenden ganar mucho dinero, al tiempo que priorizan a los vehículos por encima de las personas, su territorio y su calidad de vida.
Para conocer más detalles sobre estos casos, sorprenderse con su paralelismo y apoyar a las comunidades y grupos locales con su firma, por favor entre a
y ponga su firma a las acciones:
«Indígenas y biodiversidad amenazadas por autopista en Chiapas» y
«Detengan ya el Plan de Carreteras en Mallorca«.