«El auto que no hace ruido», dice Angie Agüero, periodista, el día en que por primera vez un automóvil movido a energía hidroeléctrica culmina con éxito una travesía de 400 kilómetros por carreteras paraguayas. El mismo fue conducido desde Hernandarias, ciudad paraguaya de la frontera este con Brasil, por el ingeniero Jorge Ferreira y un […]
«El auto que no hace ruido», dice Angie Agüero, periodista, el día en que por primera vez un automóvil movido a energía hidroeléctrica culmina con éxito una travesía de 400 kilómetros por carreteras paraguayas.
El mismo fue conducido desde Hernandarias, ciudad paraguaya de la frontera este con Brasil, por el ingeniero Jorge Ferreira y un equipo de monitoreo permanente de la Itaipú Binacional, empresa hidroeléctrica compartida entre Paraguay y Brasil. La prueba hasta Asunción duró cuatro horas y media, y demandó una inversión de tan solo 30.000 guaraníes (seis dólares estadounidenses) de «combustible eléctrico».
El vehículo forma parte del proyecto VE (vehículo eléctrico), que ya lleva tres años de funcionamiento y es resultado de un acuerdo de cooperación tecnológica entre la Binacional y la empresa suiza KWO (Kraftwerke Oberhasli AG).
Actualmente existen 41 vehículos de estas características en pleno funcionamiento en la parte brasileña de la binacional, así como del lado paraguayo. Sin embargo, es la primera vez que realiza una travesía tan larga dentro de las rutas de Paraguay.
Carlos Mateo Balmelli, presidente paraguayo de Itaipú -en guaraní, piedra que canta- comenta a SEMlac que el éxito de esta primera prueba es un gran paso para el crecimiento autosustentable de los paraguayos y las paraguayas.
«Se trata de un vehículo que funciona con energía renovable, que con una inversión inteligente dará buenos resultados para el crecimiento económico de países en vías de desarrollo como el nuestro» sostiene.
Sin embargo, pese a compartir otra hidroeléctrica con Argentina (llamada Yacyretá), la energía renovable todavía resulta muy cara para Paraguay, a lo que Mateo Balmelli apunta «sí, eso es cierto; sin embargo, la llave para el crecimiento social inclusivo es la inversión de los gobiernos en este tipo de tecnología».
El VE, según dice su prospecto explicativo, utiliza la batería ZEBRA (Zero Emisión Battery Research Activity), empleada generalmente en aplicaciones que exigen alta densidad de energía y de potencia, características fundamentales para la aplicación en vehículos eléctricos.
La hidroelectricidad, principio bajo el cual se basa la carga de baterías del vehículo, surge como opción de energía limpia y renovable ante el petróleo. «Aunque solamente 33 por ciento del potencial hidroeléctrico mundial haya sido aprovechado, este porcentaje evita la emisión de gases correspondiente a la quema de 4.400.000 barriles de petróleo al día», agrega.
«El sistema de recarga de batería es muy sencillo: el usuario solo la tiene que enchufar a un tomacorrientes durante cuatro horas, casi lo mismo que nos lleva recargar una laptop. Aunque el diseño todavía no es muy versátil y se necesita mucho espacio, con el tiempo la tecnología se irá perfeccionando», explica Edith de Macchi, encargada de comunicaciones de la binacional.
Para Nimia Aguilar, encargada de un restaurante en pleno corazón del Mercado 4 de Asunción, por cuyas adyacencias circulan cientos de vehículos al día, la idea de que existan automóviles eléctricos en su país «es como estar en las películas», dice a SEMlac, asombrada.
«Si es cierto que es muy barato, yo ahora mismo aprendo a manejar y enchufo mi auto, además, a la hora de repartir mis comidas ya no habrá peligro de contaminación por el humo negro de los camiones y a lo mejor tengo más clientes también», agrega.
Pero para esto todavía falta una considerable cantidad de tiempo e inversión. La empresa FIAT se unió al proyecto y es la que provee las partes del vehículo -chasis, carrocería, suspensión y otros componentes mecánicos menores- «y se ensamblan completamente en Ciudad del Este», especifica Macchi.
Por lo pronto, el VE es la estrella y todos quieren darse un paseo en él. Aldo Giménez explica a SEMlac que lo que más asombra a quienes lo prueban es que se trata de un vehículo silencioso. «Muchos quieren darle el encendido de forma brusca porque buscan el característico sonido del arranque. A este vehículo hay que manejarlo de forma suave, y combina la palanca de cambios con los principios de un automóvil automático», refiere.
Entre tanto, Nimia sigue por la televisión y los periódicos los progresos del proyecto, pues según dice no ve «la hora en que se termine el humo para poder vender más comida».