Tiene razón mi amigo Salvador López Arnal cuando critica el cinismo que hay detrás de las declaraciones del conseller Ernest Margall. Pero no nos engañemos. El Tripartito está políticamente muerte por la falta de coherencia con que ha gobernado estos años. Se han heredado los vicios de CiU (propagandismo, clientelismo) y la política no ha […]
Tiene razón mi amigo Salvador López Arnal cuando critica el cinismo que hay detrás de las declaraciones del conseller Ernest Margall. Pero no nos engañemos. El Tripartito está políticamente muerte por la falta de coherencia con que ha gobernado estos años. Se han heredado los vicios de CiU (propagandismo, clientelismo) y la política no ha sido de izquierdas. Sólo en algunos Departamentos (que yo sepa sólo en Medio Ambiente) se han llevado a términos políticas que no hubieran sido posibles con CiU en el gobierno.
Lo que nos interesa ver desde la izquierda es cual es el escenario político que se abre en Cataluña. Por una parte tenemos la opción nacionalista liberal, que incluye a CiU y al PSC. El PSC se ha definido ya como una opción socioliberal y nacionalista moderada, no demasiado diferente de Convergencia i Unió. Es el espacio político dominante que sin duda gobernará Cataluña (como ya quiso en su momento Zapatero). Sólo se oponen las ansias de poder de Montilla y Mas, los sectores más nacionalistas de Convergencia y los pocos reductos de izquierda que puedan quedar en el PSC. Por otra parte tenemos uun independentismo ideológicamente ambiguo (ERC y Reagrupament). Finalmente el españolismo conservador (PP) y oportunista (Ciutadans i UyP). Frente al malestar y la crisis ya sabemos que triunfa el populismo. Las dos caras del populismo serán el independentismo oportunista para sectores que se identifican con Cataluña y el españolismo oportunista para los que se identifican con España. El panorama es desolador si no hay una alternativa que recoja el potencial de izquierda democrática y radical que hay en Cataluña.
La izquierda en Cataluña no puede reivindicar el Tripartito porque no es una opción de izquierda real. Tiene que plantear una oposición coherente de izquierdas. Es la única opción posible cuando no hay posibilidades de gobernar para ir creciendo como una alternativa a largo plazo. Debe recoger personalidades, grupos y organizaciones sin exclusiones y en una dinámica abierta y democrática. Son Esquerra Unida y Alternativa y sobre todo ICV los que deben potenciarla. Para la primera es cuestión de supervivencia porque ya no existe como un polo de izquierdas. ICV debe elegir entre seguir la deriva del Partido Verde alemán y participar en este proceso. Joan Herrera parece que está por repetir el Tripartito, lo cual me parece error. No podemos dilapidar en la abstención el capital político y humano de la izquierda catalana.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.